UIP: 88 años impulsando el progreso de la industria nacional

La Unión Industrial Paraguaya (UIP) celebra su 88º aniversario defendiendo los intereses del sector, promoviendo la capacitación y el desarrollo de las industrias. Desde 1936 ha sido clave para el crecimiento económico del país, impulsando políticas públicas y colaborando en la integración de las empresas paraguayas al mercado global.

El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), ingeniero Enrique Duarte.
El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), ingeniero Enrique Duarte.Gentileza

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¿Cómo ha evolucionado la UIP desde su fundación hasta hoy? ¿Qué cambios significativos ha experimentado el gremio en estos 88 años?

–Desde su fundación en 1936, la Unión Industrial Paraguaya ha sido un actor clave en la representación y defensa de los intereses de la industria nacional, promoviendo el desarrollo industrial y económico del país. El gremio nació en un contexto donde el Paraguay buscaba reconstruir su economía y fomentar la industrialización como una estrategia de crecimiento y modernización. En ese entonces, la industria era incipiente, y el país dependía en gran medida de la agricultura y la ganadería, así fue como un grupo de industriales paraguayos vio la necesidad de contar con una organización que pudiera articular los intereses del sector, y así surgió la UIP.

A lo largo de su historia, la UIP ha desempeñado un papel fundamental en la promoción de políticas públicas que favorezcan el desarrollo industrial, ha sido un interlocutor clave entre el sector privado y el Gobierno, colaborando en iniciativas que buscan mejorar el entorno empresarial y fomentar la inversión en la industria paraguaya, de forma tal a generar empleos formales.

Hoy en día, no solo se concentra en la defensa de los intereses industriales, también en la promoción de la sostenibilidad medioambiental, la innovación y el apoyo a las mipymes. Además, ha creado diversos programas y alianzas, tanto nacionales como internacionales, para mejorar la competitividad del sector industrial, fomentando la innovación y el emprendimiento en diversas áreas de la industria. Su influencia ha sido clave para enfrentar desafíos como el acceso al financiamiento, la formalización del sector y la lucha contra el contrabando.

–¿Cuáles han sido los mayores logros de la UIP durante su presidencia?

–Como presidente de la UIP desde 2021, he centrado mis esfuerzos en continuar el legado de mis predecesores, defendiendo y promoviendo el crecimiento del PIB Industrial, a pesar de los desafíos sin precedentes que hemos enfrentado, como la pandemia de covid-19, las crisis globales en curso y el contrabando. Durante la pandemia y en el periodo pospandémico, hemos colaborado con acciones público privadas, para garantizar que el pueblo paraguayo tuviera acceso a educación, transporte, salud y empleo. Gracias a esta colaboración, nuestras industrias mantuvieron sus operaciones, lo que nos permitió abastecer tanto el mercado local como el regional. A pesar de los desafíos, la economía logró amortiguar el impacto y, por primera vez en años, pudimos casi erradicar el contrabando, demostrando que la producción y la industria local pueden satisfacer la demanda en forma cualitativa y cuantitativa.

Quiero resaltar las importantes normativas que hemos promovido desde la UIP, siempre desde un enfoque técnico y despolitizado en beneficio del Paraguay, abarcando tanto temas industriales como sociales.

Trabajamos en varias iniciativas en el Congreso y también el Poder Ejecutivo. Entre los logros recientes, destaco nuestro apoyo a la Ley de Créditos de Carbono, la creación de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) y de la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones, la ley de suministros y compras públicas, la ley de etiquetado frontal de alimentos, la fusión de la Dinavisa y el INAN, la ley Hambre cero, el aumento de la mezcla de biodiesel al 5%, el impulso a la industria metalúrgica paraguaya, entre otros.

Otro aspecto de consideración es haber trabajado juntamente con la Aduana y lograr la exposición transparente de los datos de comercio exterior, con más de un millón trescientas mil consultas a la fecha. Este trabajo no ha sido solitario. He contado con el valioso apoyo de la Junta Ejecutiva, el Consejo Directivo y el equipo de colaboradores de la UIP, quienes me han asesorado en la toma de decisiones fundamentadas en datos y análisis concretos.

–¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la industria local y cómo abordan estos retos?

–Si bien el sector industrial ha dado importantes pasos para su desarrollo, aún enfrenta algunos desafíos para lograr un nivel de industrialización que nos permita estar en el nivel de los países desarrollados: el acceso al financiamiento en condiciones de desarrollo, es una materia pendiente. Desde el gremio, nos encontramos trabajando en crear mejores alianzas con el sistema financiero.

Otro punto es la informalidad y el contrabando. La UIP lleva adelante importantes iniciativas de concienciación sobre sus efectos negativos, trabajando en conjunto con el Gobierno para fortalecer los controles y las políticas que protejan la producción local.

También la excesiva burocracia muchas veces dificulta la operación de las empresas, especialmente a las mipymes; trabajamos con el sector público para mejorar el entorno empresarial y la facilitación de comercio exterior, mediante la promoción de la simplificación de procesos y la digitalización de trámites.

La capacitación del capital humano es muy importante, ya que existe una necesidad creciente de contar con mano de obra calificada para responder a las demandas de una industria en constante evolución tecnológica. Como gremio, nos enfocamos en la formación de estos a través del Centro Paraguayo de Productividad y Calidad (Ceprocal), el Instituto Técnico Superior y la Universidad Paraguayo Alemana (UPA), con una gran variedad de opciones diseñadas para mejorar la competitividad empresarial.

Un aspecto que merece especial atención es la necesidad urgente de superar la debilidad institucional del país. Si bien se ha avanzado en varios frentes, como la implementación de normativas y mejoras en la infraestructura industrial, aún persisten problemas estructurales que obstaculizan el desarrollo pleno de la industria. Es imperativo que Paraguay trabaje en el fortalecimiento de sus instituciones, especialmente en áreas críticas como el sistema judicial, la transparencia gubernamental y el combate a la corrupción.

–¿Qué iniciativas está impulsando la UIP para fomentar la inversión?

–Mediante el trabajo conjunto con organizaciones nacionales y organismos multilaterales, la UIP se encuentra implementando diversas iniciativas y proyectos clave para fomentar la formalización, inversión y el crecimiento en el sector industrial. Por ejemplo, el fortalecimiento de las mipymes mediante el proyecto MiPYME COMPITE con el apoyo de la Unión Europea. La Unión Industrial Paraguaya está promoviendo la adopción de nuevas tecnologías y procesos innovadores a través de programas de capacitación y colaboraciones con instituciones académicas y tecnológicas, para la promoción de la innovación y la tecnología.

Desarrollamos programas específicos para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), como ruedas de negocios, asesorías personalizadas y acceso a financiamiento. Impulsamos proyectos que fomentan la producción sostenible y la economía circular, ayudando a las empresas a reducir su huella de carbono y a adoptar prácticas más ecológicas. Un ejemplo es el proyecto Al-Invest Verde, que apoya en la transición hacia una producción más sostenible.

Trabajamos en iniciativas para mejorar la infraestructura industrial y logística del país, facilitando el acceso a mercados internacionales y mejorando la eficiencia de las cadenas de suministro.

–¿Cómo está trabajando la UIP para promover la adopción de nuevas tecnologías en las industrias?

–La UIP está comprometida con la promoción de la innovación y la adopción de nuevas tecnologías en las empresas industriales del país. Desde nuestra perspectiva, la tecnología también juega un papel crucial en la formalización de las empresas. Por ello, organizamos diversas actividades de sensibilización y capacitación dirigidas especialmente a nuestros socios, con un enfoque particular en las mipymes, que son las más interesadas en incorporar nuevas tecnologías.

Además, mantenemos un diálogo constante con instituciones relevantes en este ámbito, especialmente con el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic).

–¿Qué papel juega la UIP en la formulación de políticas públicas y en la creación de un entorno favorable para los negocios en Paraguay?

–Este es un pilar estratégico de la UIP, ya que priorizamos las políticas públicas sólidas. Hemos trabajado en la promoción de la diversificación productiva, hecho que ha contribuido al logro del grado de inversión y la resiliencia de nuestra economía ante factores exógenos. Participamos activamente de varias mesas de trabajo, tanto en el Congreso como en el Gobierno, para asegurar un proceso de consulta previa y transparente que permita ajustar las estrategias comerciales de las empresas generado así mayor previsibilidad. No nos limitamos a las regulaciones en materia económica o comercial, sino que también nos interesamos en asuntos que impactan a los sectores sociales. La UIP ha sido clave en las negociaciones que resultaron en la ley que crea la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones. Hemos creado recientemente una mesa de trabajo con el Instituto de Previsión Social (IPS) para entender mejor la situación y proponer medidas correctivas.

–¿Cómo está enfrentando la Unión Industrial Paraguaya (UIP) los problemas relacionados el impacto ambiental en la industria?

–La UIP viene incorporando hace varios años la responsabilidad socioambiental como pilar de su estrategia institucional, lo que ha resultado en reconocimientos y adjudicaciones por diversos organismos internacionales de cooperación para la gestión de programas ambientales. Actualmente estamos trabajando con varios actores clave, como la Unión Europea, en un programa de cooperación denominado “Transición de empresas paraguayas hacia una producción sostenible y baja en carbono”, cuya prueba principal será facilitar herramientas e instrumentos a las empresas y profesionales para que adecuen sus sistemas productivos de una manera más eficiente y amigable con el ambiente.

No tomamos este asunto como un problema, sino como una oportunidad para poder ajustar nuestros procesos de producción, aportar valor agregado y cumplir con estándares que nos permitan acceder a mercados de valor y diversificar nuestros destinos.

–En términos de capacitación y desarrollo profesional, ¿qué programas o recursos ofrece la UIP?

–La formación, tanto para empresarios como trabajadores, representa desafíos y oportunidades; en este sentido, impulsamos programas de formación profesional que responden a las necesidades de la economía. La UIP se involucra en la formación académica a través de la Universidad Paraguayo Alemana (UPA) y programas de formación profesional mediante el Centro Paraguayo de Productividad y Calidad (Ceprocal), dos entidades propias que nos permiten contribuir significativamente al desarrollo de competencias y habilidades necesarias para el mercado laboral actual y futuro.

Estas iniciativas buscan cerrar la brecha entre la oferta educativa y las demandas del sector productivo, asegurando que los profesionales estén mejor preparados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presentan.

–¿Cómo ha cambiado el panorama económico y político en Paraguay en los últimos años y qué impacto ha tenido en la industria?

–En los últimos años, el panorama económico y político en Paraguay ha cambiado con un impacto notable en la industria del país. Desde el punto de vista económico, hemos visto una recuperación gradual pospandemia, permitiendo a las empresas adaptarse y explorar nuevas oportunidades. Sin embargo, la inflación y la volatilidad en los precios de las materias primas han representado desafíos importantes, impulsando a las industrias a innovar y optimizar sus procesos para mantener la competitividad.

En el ámbito político, la estabilidad gubernamental y la implementación de políticas favorables han sido clave. La colaboración entre el sector público y privado se ha fortalecido, mediante normativas que fomentan la inversión y la formalización del sector industrial. Sin embargo, la geopolítica regional también ha influido en nuestro entorno. El proteccionismo implementado por países vecinos como Brasil y Argentina ha generado barreras para las exportaciones paraguayas, lo que ha obligado a nuestras industrias a ser más resilientes y buscar mercados alternativos.

Además, la situación geográfica de Paraguay, como país sin litoral marítimo, presenta desafíos logísticos adicionales. La dependencia de puertos en países vecinos para la exportación de productos puede afectar nuestra competitividad. Sin embargo, esto también ha llevado a un enfoque renovado en el desarrollo de infraestructura y en mejorar la conectividad, tanto interna como con mercados internacionales. A pesar de estos desafíos, el sector industrial paraguayo ha demostrado una notable capacidad de adaptación.

–¿Qué planes tiene la UIP y cómo visualiza el futuro del gremio y de la industria?

–La proyección industrial es positiva, ya que venimos creciendo de manera sostenida, aunque no con la fuerza necesaria para cambiar el modelo económico paraguayo. Actualmente, la industria representa alrededor del 25% de la economía nacional, con una proyección de crecimiento del 4% para 2024, por lo que aspiramos superar la barrera del 30% muy pronto. Este y otros datos como las exportaciones de productos manufacturados reflejan una mejora en la competitividad y una mayor integración en los mercados internacionales. Sin embargo, esto no nos satisface, el desarrollo de la industria paraguaya depende de varios factores y requiere reformas estructurales que abarcan tanto el ámbito económico financiero, como el social.

Desde un punto de vista político y estratégico, es fundamental posicionar a la industria como motor de desarrollo, tanto a través de políticas públicas como en la implementación de medidas concretas y a largo plazo que nos permitan hacer inversiones, formar personal capacitado, generar empleos necesarios y recuperar aportes realizados. Necesitamos comprender, que tal como ha ocurrido en los procesos económicos de todos los países desarrollados, el llegar a ser una economía de rentas altas dependerá de una industria fuerte y diversificada.

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