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Las pescaderías y los comedores de la zona del Puente Remanso esperan a los amantes de manjares elaborados con pescados capturados en el río Paraguay y el riacho San Francisco. En los locales aplican todas las medidas sanitarias para mitigar la propagación del coronavirus.
Algunas personas prefieren comprar ejemplares de pescado para compartir con familiares y amigos en la tranquilidad de sus casas, mientras que otros saborean los platillos en los cómodos salones abiertos con vistas al río y en ambientes amenizados por músicos paraguayos.
Entre los platos más solicitados se encuentran el popular chupín, caldo de surubí, soyo de piraña, empanadas, romanitas, milanesa de surubí, milanesa rellena de queso y cazuela de surubí. Todos complacen a los paladares más exigentes.
El negocio de los comedores comenzó con las esposas de los pescadores, en su mayoría primas. Al principio solamente se encargaban de la limpieza y venta de los pescados.
Un día surgió la idea de incursionar en el arte culinario aprovechando la abundancia de pescados de diversas especies. La aplicaron, y hubo rápida aceptación de los lugareños.
La buena fama de los platos caseros de los comedores se propagó y en poco tiempo el sitio se convirtió en un destino obligado de los visitantes.
El éxito impulsó a las hacendosas señoras a organizarse para mejorar sus instalaciones y así construyeron pequeños comedores de materiales rústicos. En el año 2010 las pescadoras de Remanso, como comúnmente se las conoce, recibieron capacitación en “atención al cliente”. Luego conformaron la Asociación Kuña Kyre’ÿ (Mujer guapa), consiguieron apoyo económico de la ONG australiana Propade y de la Gobernación de Central para mejorar la infraestructura y habilitar un acceso vehicular.