Industria imparable

A lo largo de estos 31 años, Envaco SA logró posicionarse y ganar preferencia en el mercado nacional, captando a importantes nichos como el exigente sector frigorífico. Además, sorteó varias crisis teniendo como frente la perseverancia y sobre todo, el trabajo constante, destaca su fundador.

Rodolfo César Winekker Echeguren, gerente general y Rodolfo Winekker Zuza, fundador y presidente de la industria paraguaya Envaco SA.
Rodolfo César Winekker Echeguren, gerente general y Rodolfo Winekker Zuza, fundador y presidente de la industria paraguaya Envaco SA.Archivo, ABC Color

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Envaco SA se inició como una pequeña fábrica de elaboración de envases de cartón corrugado e impresiones flexográficas de alta calidad, en un galpón alquilado en la ciudad de Fernando de la Mora. Fue fundada en el año 1990 por Rodolfo Winekker Zuza, cuya visión empresarial convirtió a Envaco en una industria de referencia a nivel país.

Lo que empezó como un sueño y se hizo realidad mediante el arduo trabajo, permitió a la empresa familiar posicionarse y buscar nuevos horizontes de crecimiento. Para ello, cinco años más tarde, tras-

ladó sus operaciones a la ciudad de Mariano Roque Alonso, donde hoy a 31 años consta con más de 20.000 m² construidos y emplea a 150 personas directamente.

No fue fácil, pero sí posible

La industria nunca está toda hecha, es una dinámica constante que requiere de ideas, proyectos y cosas nuevas. Así lo indica el fundador y presidente de Envaco SA, Rodolfo Winekker Zuza, quien acompaña esta celebración de los 31 años de la mano de sus hijos Rodolfo César y Karen, quienes también integran el directorio.

Señala que los comienzos de la empresa no fueron fáciles, de hecho, recalca que arrancó con máquinas muy rudimentarias para la fabricación de cajas, pero con la convicción puesta de que algún día daría pasos agigantados.

“Fuimos innovando, desarrollando más líneas y creciendo junto con el mercado”, relata el titular de la compañía, quien hace además hincapié en el esfuerzo realizado hace más de 30 años para dar a conocer sus productos, pero por sobre todo, para cambiar una práctica que en ese entonces era común. “En esa época se usaban mucho los envases a base de madera. Iban y venían con los productos, y eso ocasionaba problemas de inocuidad, en el flete y pérdidas (para las empresas). Entonces trabajamos en inculcar el uso del papel, la importancia del reciclaje y otras aristas. Costó pero lo logramos”, afirma sobre el tema.

Un nicho en potencia

Un punto importante del crecimiento tiene que ver con la cobertura que Envaco dio a un sector que estaba en crecimiento, que es la industria cárnica. “Lo que más nos hizo crecer fue la carne, ya que la exportación de carne empezaba su momento más fuerte y para la exportación, la protección del producto era indispensable”, cuenta.

Al principio, los frigoríficos traían las cajas de Chile y Argentina para la exportación, pero luego las reemplazaron por las cajas hechas por Envaco. “Fuimos creando con mucha calidad, acorde a las exigencias. Esto demandó indudablemente grandes inversiones en maquinarias, pero sabíamos del alcance que representaba cumplir con ese rubro”, rescata.

Varios saltos, logros

Haber alcanzado certificaciones internacionales de calidad, como las normas ISO 9001, llegar con los productos laminados y terminados a mercados exigentes como Brasil, Argentina y Bolivia, ser una empresa reconocida por las acciones ambientalmente sustentables y de alto impacto, son algunos de los logros destacados por el fundador de Envaco, que celebra hoy sus 31 años de operación.

“No existe un gran secreto. Es perseverar y perseverar. Enfocarse en la idea y seguir. De tropezarme, lo hice muchas veces, pero no me rendí. Esta empresa es 99% sudor y 1% cabeza”, detalla el presidente de la compañía.

Inquietud

El titular de Envaco pide mayor protección a la industria nacional, que se ve muy afectada por el ingreso de productos de dudoso origen o contrabando y que inundan al mercado. Resalta que la industria paraguaya precisa que el Gobierno pelee y frene esta acción que además de poner en riesgo el funcionamiento de muchas empresas, afecta a la mano de obra formal. “Es terrible (el contrabando). Le perjudica a muchísima gente y lo seguirá haciendo si no hay un alto”, cuestiona el empresario.

Asimismo, recalca que se necesita de un Mercosur más igualitario y con normas más justas para avanzar en la región.

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