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En el comedor resalta la amplia mesada cuya tapa fue hecha de una puerta antigua de Indonesia, con vidrio de gran espesor. Detrás se observan la escalera caracol y la parrilla para preparar un rico asado. Los interiores de esta residencia están sesgados por la doble altura, los vidrios templados y una buena climatización para ampliar la comodidad. La arquitecta Matilde Sakoda se encargó de la reforma y la ajustó a las necesidades propias de la familia. En un rincón de la galería resalta una cómoda de madera con detalles de bronce de la India y las lámparas marroquíes.
Un jardín interno brinda el panorama ideal de relax en esta galería amplia, el paisajismo logrado por Graciela Bo suma el encanto de la cascada en una agradable estancia. El estar y el comedor se encuentran a pasos de la parrilla con ancha mesada de granito.
Se colocaron en algunos sitios largas cortinas como protección ante los fuertes rayos solares en una casa en la que priman un estilo actual y detalles que hasta hoy están vigentes. La sala cuenta con muebles clásicos tapizados en tono blanco, y una cómoda de madera en tono caoba con bronce y mármol se destaca. A los costados se colocaron unas sillas austriacas con impecable marquetería.
La chimenea de mampostería alberga a la eléctrica que simplifica el trabajo de encendido. El amplio marco de vidrio que rodea el lugar suavizó los contornos y le agregó la alegría del jardín. Mientras que en el estar la madera es un factor de calidez; y el sofá en forma de L posee almohadones de motivos geométricos. Una lámpara de brazo y las máscaras venecianas le confieren elegancia.
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