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La doctora Leticia Aranda, veterinaria, resalta que las fracturas más comunes en los gatos son las de los miembros anteriores y posteriores, es decir, las patas.
“Como primeros auxilios se recomienda resguardar al gato y ubicarlo en un lugar tranquilo, no automedicar al felino ya que no puede ingerir, por ejemplo, la droga llamada dipirona, que resulta tóxico para este animal”, agrega.
Trasladar al gato lo antes posible a la clínica veterinaria para ser atendido por un profesional o llevarlo a urgencia si se trata de un accidente a altas horas de la noche. Una vez en la clínica, el doctor procederá a palpar a la mascota y aliviar el dolor a través de analgésicos y antiinflamatorios, en caso necesario se suministrará antibiótico –si hay fracturas expuestas–.
“Para corroborar la fractura se realiza una placa radiográfica cuyo resultado está en 15 minutos aproximadamente. Se procederá a la inmovilización con ayuda de férula, yeso, o se indicará una cirugía, dependiendo del tipo de fractura, del accidente y parte del cuerpo fracturado”, añade la doctora.
Menciona también que entre tres a cuatro semanas ya se podrá observar la recuperación del gato cachorro. Sin embargo, si el felino tiene dos años de vida para adelante se hace más lenta la mejoría. En tanto, los gerontes son los que tardan más en recuperarse debido a la osificación (nivel de calcio) de los huesos.
“Los cachorritos son los que más sufren fracturas debido al deseo particular de esta etapa de querer experimentar y descubrir el entorno. Se aconseja resguardar bien al felino hasta por lo menos los seis meses de vida”, concluye.