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El Dr. Carlos Montaner, veterinario - especialista en pequeños animales, afirma que “el pug es una raza canina de origen histórico en China, un perro bajo y macizo, de aspecto cuadrado y compacto, bien proporcionado y musculoso; la cabeza grande, redondeada y sólida, está cubierta de pliegues, los ojos son grandes y oscuros; tiene las patas rectas”.
“El pug bien entrenado y adecuadamente socializado no es un animal agresivo. Al igual que cualquier perro, puede morder, pero es raro que esto ocurra. Tiende a mostrarse juguetón y busca la interacción; sin embargo, puede ser receloso ante los extraños y anunciar con sus ladridos la presencia de personas desconocidas”, señala.
Resalta también que “si bien por su tamaño no es guardián, sí es buen ‘perro de alerta o alarma’. En ocasiones, no necesariamente acude cuando se le llama, sino más bien cuando él quiere. A pesar de ello no se aleja mucho de sus dueños y prefiere la compañía de estos a la de otros perros”.
“Dada la particular forma de su cráneo, sus ojos tienen un aspecto saltón y alegre. Al encontrarse los ojos localizados anteriormente, están más expuestos al roce con plantas y objetos, por lo que es recomendable llevarlo al veterinario cuanto antes si tiene una lesión”, explica. El doctor recomienda que se limpien una vez a la semana los ojos del animal con un algodón humedecido con agua hervida fría o té frío, con el fin de eliminar secreciones y suciedad. Las características arrugas de la cara también pueden acumular secreciones y suciedad. Se recomienda al menos una vez a la semana limpiar suavemente entre las arrugas utilizando el mismo método. No es necesario aplicar jabones, cremas u otras sustancias, el simple aseo basta. Hay que secar bien los pliegues con una gasa seca, ya que si permanecen húmedos se crea irritación. Si bien es un perro de pelaje corto, no se sugiere su tenencia a las personas alérgicas o asmáticas. Posee un característico olor que puede incomodar, pero que disminuye con un baño cada dos semanas”.