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“Muchas especies arbóreas y arbustivas florecen en la primavera y la energía ahorrada en otoño les favorece para entrar con mucha fuerza al mes de las flores y a la vez producir las semillas que necesitan para mantener las especies”.
Las podas de plantas se realizan “a fines de invierno, cerca de la primavera, para acortar el tiempo en que las heridas hechas se cicatricen con mucha rapidez en el periodo de crecimiento que será en primavera y verano”.
Es necesario realizar una evaluación detallada del árbol a podar, y pensar cómo quedará después de la poda de formación.
El experto aconseja identificar las ramas principales que quedarán y retirar las secas o enfermas, así también buscar la distribución ideal.
El profesional prefiere no exagerar con los cortes, ya que eso puede afectar al buen crecimiento de las ramas y el árbol.
“Las heridas se curan con una pasta con base de producto cúprico y cal hidratada”, añade.
Lo que se debe evitar
El Ing. forestal Ortiz dice que “se evitará en lo posible el corte de las ramas con machete, porque no siempre se corta en el lugar adecuado y la fuerza empleada puede sobrepasar a la resistencia de la rama y ocasionar un desprendimiento de la corteza, abriendo así más la herida al tronco. Además es cuestión de puntería en el momento del corte y se puede sobrepasar ocasionando daños severos a la corteza”.
En cuanto a las herramientas manifiesta que “es muy importante mantenerlas en buen estado. Algunas son las tijeras cortas y las de brazos largos (para ramas más gruesas y altas). Después del uso y si se ve con suciedad pegada proveniente de las resinas y savias hay que lavarlas con agua y jabón, usando un cepillo de cerdas duras o metálicas”.
La herida ocasionada al árbol y mal manejo puede ser una ventana para el ingreso de hongos y bacterias que afectan al árbol.