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“Las dendrobium, phalaenopsis y algunas cattleyas en esta estación del año comienzan a acumular energías para la floración, que en estos géneros empiezan a finales de julio y parte de agosto; el pico de floración es en el mes de setiembre, y se prolonga hasta diciembre”, recuerda la ingeniera agrónoma Rudy Lugo.
Con días cortos, y bajas temperaturas reinantes, las orquídeas canalizan sus reservas para que sus flores sean abundantes, y estas condiciones son claves para que la planta manifieste todo su potencial.
“Los riegos deben realizarse de manera más espaciada, solo cuando el sustrato esté seco por las bajas temperaturas que reinan en otoño, de esa manera se evitaría la pudrición de las raíces y pérdidas de plantas a consecuencia de un exceso de agua”.
Con respecto a la luz que reciben, “como los días son más cortos en esta época del año, deberíamos retirar si tuvieran alguna cobertura de sombra, de manera que reciban la mayor cantidad posible de luz, atendiendo siempre que los rayos directos del Sol no quemen sus hojas”.