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Los textiles naturales son más propensos a arrugas, pero son más atractivos y confortables. Las telas sintéticas son resistentes, pero calurosas.
“Hoy el sofá de la sala es recto, minimalista, con tapicería de chenille, una tela muy durable o el hilo –lino– en tono blanco, que permite combinar con accesorios de colores”, apunta la arquitecto Magda Balbuena.
“En un living del estar diario se opta por mecanismos retráctiles que permiten la mayor comodidad, con una guía en los asientos que levanta las piernas, y la sensación es muy placentera, como si estuvieras acostado”, indica.
Por otro lado, “los rellenos son de espuma soft y fibra siliconada en los respaldos, y para nuestro clima conviene el lino, por la frescura que otorga. Otros tejidos de moda son la gamuza y el chenille de seda, por la suavidad”.
El juego clásico consta del sofá de tres lugares, más dos butacas, pero hoy se usan otras variadas combinaciones, acompañadas de sillas y butacas, e incluso sillones de estilo.
Asientos cada vez más cómodos
La arquitecta Graciela Fornera señala algunos aspectos sobre las tendencias del sofá.
* El sofá en L es una alternativa, muy interesante, porque crea un espacio reunitivo que se complementa con otro mueble de dos cuerpos. Se adapta y aprovecha la esquina, ofrece una tumbona ideal para el relax.
* Los colores para el área social siempre son claros; se opta por los neutros, y en algún rincón, un toque lila o rojo, que marca la diferencia. Algunas opciones de sofás vienen en marrón, gris, beige, blanco y cemento claro.
* Mientras tanto, en el estar el tono de elección es más sufrido: negro, azul y chocolate.
* Las patas modernas son de acero inoxidable.
* Hay un retorno a los modelos Chesterfield, con detalles en capitoné (abotonados). Lo moderno se mezcla con un clásico.
* En cuanto a la terminación, la gamuza es una tela que se siente bien al tacto y es muy aceptada.
* Los almohadones llevan diseños de aves y flores con un efecto vintage.