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La arquitecta Verónica González de Jure afirma que primero se debe tener en cuenta la ubicación del inodoro, ducha y lavatorio. Es recomendable que se encuentren en la misma línea, con el fin de simplificar las tareas de plomería.
Agrega que también se deberá tener en cuenta el tamaño de las cañerías, si es necesario un rebaje o, si es posible, un escalón, separando la zona de inodoro y ducha, que requiere cañerías de mayor diámetro.
En tanto, Raúl Zoilán, plomero, dice que todos los baños deben tener una rejilla de 15x15 cm, que irá conectada a la cañería de 100 mm, en la que se desaguan los líquidos provenientes del lavatorio, el bidé y la duchera.
“El problema más común con relación al desagüe es la acumulación de cabello, que se puede estacionar en la rejilla pequeña del lavatorio y en la ducha. Esto a su vez hace que el agua se acumule en dicha zona y produzca mal olor. Es importante la limpieza constante, para ello se podrá quitar la rejilla y con ayuda de un guante extraer la suciedad acumulada”, aconseja.
Zoilán, en tanto, dice que otro problema común en baños es no poseer una adecuada ventilación. Recuerde que la boca del inodoro debe tener un ramal o un tubo para lograr expulsar el olor desagradable. Este ramal no debe estar más de un metro y medio de la boca del inodoro, de modo a permitir un buen funcionamiento. La ventilación consiste en un caño de 40 mm que debe dirigirse al exterior y que debe sobrepasar la altura del techo del baño. Este caño al final puede tener un codo o una terminal, que servirá de techito al caño, de modo que no ingrese el agua de lluvia en la cañería.
Concluye la arquitecta González: “también se debe realizar una correcta aislación, utilizando un material hidrófugo a elección antes de la colocación de los azulejos, así como una buena terminación del pastinado, evitando así filtraciones que podrían afectar a los pisos inferiores o habitaciones adyacentes”.