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Claudia Gadea Cueto, decoradora, inició la marcha a través de sus particulares toques en los que no pueden faltar ciertos elementos, como libros, velas, follajes, buena iluminación, y por sobre todo, buen gusto. Las líneas modernas y los tonos neutros están plasmados en los muebles.
Considerar a la familia que habita este lugar es fundamental para llevar a cabo el equipamiento, así como lograr la armonía en el conjunto. Existen elementos que producen ciertas sensaciones y son esenciales porque aportan un plus interesante, como por ejemplo los relojes de arena y otro más convencional con soporte cromado.
El vidrio templado abarca la doble altura de la pared y permite la máxima conexión con el exterior. Muy elegante, el comedor dispone de una mesa con cómodas sillas para los comensales, con tapizados importantes y a solo unos pasos se encuentra el estar donde es habitual reunirse y disfrutar de una película. Flores, piezas de porcelana, metal y cristal así como obras de arte son parte de un interiorismo que aprovecha la delimitación de las alfombras. Las paredes de tono chocolate se ven interrumpidas en algunos sectores por ladrillos a la vista, y el piso blanco con guardas de madera es la base de todas las áreas.
Fotos: Celso Ríos.