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En lo referente a la sanidad animal de pequeñas mascotas, se ha desarrollado muy grandemente, debido a que posee una característica muy interesante y alusiva a la afinidad con la familia. Actualmente, un animal de compañía ya es un miembro más, por lo que requiere de toda la atención de sus amos, especialmente desde el punto de vista sanitario. Además de ello, para los propietarios “el valor afectivo hacia la mascota no tiene precio”.
La veterinaria, en este sector, evolucionó desde la parte clínica, el diagnóstico y el tratamiento propiamente dicho de las diversas enfermedades parasitarias o infecciosas. Clínica y científicamente, la actualización es constante. Los congresos y seminarios realizados permiten que los especialistas y dueños de clínicas adquieran más conocimientos técnicos.
Cabe destacar que, hoy en día, las ciencias veterinarias enfocadas en los pequeños animales representan una muy buena fuente de trabajo para los profesionales.
GANADERÍA MAYOR
En los últimos 40 años, en el rubro de grandes animales, las instituciones encargadas de la salud animal, específicamente en el sector bovino, se enfocaron preferentemente en el tema de la fiebre aftosa. Se han realizado campañas de control, pero sigue la lucha contra este terrible mal, sumado a la modernización en cuanto a los procesos de vacunación con ayuda de los organismos privados, como ser las comisiones de salud animal que, en los últimos 10 años, tuvieron gran protagonismo en la organización y puesta en marcha de los programas de inmunización.
FALTA DE ATENCIÓN A ENFERMEDADES QUE AFECTAN LA PRODUCCIÓN
Por otra parte, un bloque en el que los organismos del Estado no han invertido dinero ni investigación -en el campo de los vacunos, principalmente- es aquello alusivo a las enfermedades que afectan a la producción ganadera, las cuales recaen negativamente sobre el productor pecuario, entre ellas, enfermedades parasitarias, infecciosas; además de problemas carenciales y reproductivos.
La falta de políticas específicas que se enfoquen en este ámbito no permite el desarrollo productivo de ejemplares de carne como de leche en el Paraguay.
URGENCIA
En el Paraguay no existe una política de Estado de sanidad ganadera o producción. Para tener en cuenta, cuánto se pierde al año por los “no nacimientos”, considerando la cantidad de vientres en el país.
Nuestro porcentaje de marcación no llega al 50 % y eso está traducido en pérdida de terneros, con costos que oscilan los USD 400 millones al año, aproximadamente, según datos del último congreso ganadero realizado en el 2015, en la Asociación Rural del Paraguay (ARP).
Prácticamente, el 50 % de las vacas no tiene cría al año y esto requiere de mayor atención.
No sabemos cuánto se pierde por parasitosis internos y externos, por enfermedades producidas por garrapatas o clostridiales. Urge un mayor enfoque hacia las pérdidas directas en el área productiva, así como cambiar la óptica, considerando que ya jugamos en la ligas mayores en cuanto a producción de carne.
MERCADOS Y ENFOQUES
Gracias al mantenimiento del estatus sanitario de país libre de aftosa con vacunación, el Paraguay está posicionado entre los mejores productores de carne del mundo. Este elemento abre las puertas de otros mercados y no solo por este aspecto, sino también por la introducción de tecnología y genética en los establecimientos. Sin embargo, el enfoque de la ganadería paraguaya debe apuntar a problemas más específicos, de manera de cambiar el rumbo sanitario, porque estamos llegando al límite de la tierra disponible para la producción de vacunos. Ya no es posible faenar tanta cantidad, porque, en poco tiempo, el país se verá obligado a usar sus vientres, lo cual es muy delicado.
En el Paraguay es posible aumentar la productividad del hato ganadero, simplemente si se atiende a las enfermedades mencionadas más arriba.
(*) Especialista en producción animal – Cedivep