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La rotación de cultivos es una de las normativas de las buenas prácticas agrícolas (BPA), relacionadas con el manejo del suelo y las plantas. De este modo, lo que se busca es contribuir a la sostenibilidad productiva y ambiental del suelo y, por ende, de la finca, obteniéndose cosechas de una calidad superior.
Se trata de la alternancia planificada en un mismo lugar y durante distintos ciclos, de cultivos agrícolas y hortícolas, con diferentes necesidades de elementos nutritivos y diversos sistemas radiculares. Su aplicación favorece un mejor aprovechamiento de los recursos naturales de suelo y agua, principalmente.
BENEFICIOS
Se mejoran las propiedades físicas del suelo, la aireación y el drenaje; se equilibra la fertilidad y se establece un mejor balance hídrico para beneficio final de los cultivos, que elevan su productividad y calidad. Con esta práctica se logra interrumpir el ciclo vegetativo de las malezas y el biológico de las plagas y enfermedades, con lo cual el productor economiza en fertilizantes y agrodefensivos. Ocurre que al repetir un cultivo en la misma parcela, se está favoreciendo a que las plagas y enfermedades continúen alimentándose del mismo y reproduciéndose sin inconveniente alguno por más tiempo.
ABONOS VERDES La rotación, mejor aún, en combinación con abonos verdes, es una práctica que además de diversificar la producción, protege el suelo, cuida el agua y permite al productor aplicar una de las prácticas de la agricultura ecológica y sostenible. Se cultivan para cubrir el suelo y mejorar sus características físicas, químicas y biológicas. Pueden ser sembrados en forma independiente o asociados a los cultivos comerciales. Los abonos verdes de verano, como mucuna, el poroto común, las crotalarias, el kumanda yvyra’i, la leucaena y el poroto gigante, se pueden cultivar a partir de agosto hasta diciembre. Los abonos verdes de invierno, como lupino, nabo forrajero, avena negra y la vicia, se cultivan a partir de marzo hasta junio.
CONCLUSIÓN
Tanto productores como técnicos tienen que insistir en la rotación de cultivos para mejorar las propiedades físico-químicas de los suelos, minimizar el daño por plagas y enfermedades; reducir el uso de productos químicos de control, ahorrando en dinero y elevando la inocuidad de los productos que se comercializan y consumen. Además, se contribuye a preservar el ambiente.
(*) Especialista en Comunicación Rural.