Rostros en papel

Macarena Ríos encontró en el dibujo su forma de expresión. Cuando logra capturar y ver a la persona en ese papel que antes era vacío, y la gente la reconoce, entonces siente que logró su objetivo: captar su esencia y plasmarla.

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“Me expreso mejor con el lápiz”, dice Macarena Ríos (24), ingeniera en Marketing, para quien desde niña dibujar fue una forma de disfrute y juego. Ya en el preescolar, las clases de artes plásticas eran sus favoritas. Y si bien durante la época de colegio dejó un poco de lado su afición, porque le sobraba poco tiempo libre, en el primer año de universidad la retomó. “Iba a clases por la mañana y el resto del día tenía libre, por lo que decidí dibujar de nuevo”, comenta.

Autodidacta, la joven retratista –oriunda de Ñemby– buscó clases de dibujo en internet, pero no encontró ninguno gratuito ni que explicara cómo eran los cursos. “Así que consulté en YouTube y encontré que había gente que dibujaba”, recuerda, y quedó fascinada. Los artistas filmaban cómo iban realizando cada dibujo y los videos estaban acelerados para mostrar el proceso de unas cinco horas de trabajo. “De esa manera conocí a muchísimos ilustradores”, cuenta. También vio quiénes eran sus referentes y los buscó para aprender aún más. “Puedo decir que internet me sirvió muchísimo; todo lo que sé lo aprendí solamente mirando y probando”, revela.

Durante todo su aprendizaje, uno de sus mayores inspiradores fue el joven artista venezolano Juan Andrés Lacorte. “Es un youtuber. Hasta ahora sigue subiendo sus videos. Siempre comparte su arte”. Pero, al principio, no fue tan fácil. Las proporciones de las caras y la similitud con el rostro de la persona eran lo más difícil de lograr. “No tanto el sombreado, que es la parte más sencilla. Tuve que trabajar mucho tiempo en eso”, admite.

¿Por qué retratos? “Me encanta poder capturar y ver a la persona en ese papel que antes era vacío, y que la gente la reconozca. Entonces, siento que logré mi objetivo, capté la esencia de esa persona y pude plasmarla”, contesta. Al principio, tampoco fue fácil vender sus dibujos. Le faltaba confianza, aunque le llovían pedidos de sus amigos que le pedían que les retratara. “Ellos eran mis modelos. Les sacaba las fotos como a mí me gustaba y empezaba a copiar los rostros”, evoca.

¿El primer retrato que vendió? “Fue una conocida del Facebook. Como siempre subía mis dibujos, la gente me preguntaba si los hacía”. Pero ella contestaba que todavía no. “No me sale”, respondía. Su contacto insistió en que la retratara, así que se animó. “Ella me compró uno de los dibujos; por suerte, le gustó bastante”.

Ingeniera en Marketing, pero dibuja retratos... “Fue la carrera que elegí y me gustaría poder combinar ambas ocupaciones. Creo que del arte, realmente, no podría vivir. Hay un dicho que reza: ‘Encuentra un trabajo que te guste y no necesitarás trabajar el resto de tu vida’. Veo muy estresante el trabajo de retratista, porque si bien es prometedor, se vive bajo constante presión de uno mismo en la búsqueda de la perfección del trabajo”.

Señala que le gustaría tener el dibujo como la mitad de su actividad laboral, ya que muchas veces deja de dibujar durante un mes por falta de inspiración; entonces, se da una pausa. “Por lo tanto, si tuviese que vivir de eso, estaría haciendo algo que no me gusta”. En cuanto al futuro, cuenta que le gustaría ser alguien que inspire a los demás, así como otros la inspiraron a ella.

Su intención es crear una plataforma a través de internet para mostrar su trabajo. “Hay tantas personas talentosas que no saben cómo empezar ni qué usar. Guiar a otros, porque estuve en esa misma situación. Estoy pensando en crear una plataforma. Vamos a ver cómo avanza el proyecto que tengo en mente para, al mismo tiempo, empezar un canal en el que pueda grabar mis dibujos, mostrar el proceso, mis materiales de trabajo, cómo recomiendo empezar, entre otras cosas”.

Para más adelante, planea estudiar dibujo en el exterior y especializarse en retratos, así como exponer sus obras. Incluso, ya comenzó a enviar sus trabajos a algunas galerías. “Pero antes, me gustaría tener una colección estándar. Mi meta es contar con una colección de unos 10 trabajos. Tomar las fotos y hacer los retratos; no bajarlos de ningún lado”, afirma.

Si bien su fuerte son los retratos en blanco y negro, cuenta que hace poco empezó con el color. “Me gustaría saber adónde me lleva”. Si nos guiamos por lo que logró con el grafito, no dudamos que tiene un buen camino trazado.

mpalacios@abc.com.py

Fotos ABC Color/Diego Peralbo.

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