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Robert es papá de Mateo Daniel y Agustín Daniel. Si bien la noticia fue una sorpresa, la recibió con mucha alegría. “Ser padre es una satisfacción muy grande y de dos al mismo tiempo, mucho más”, afirma.
Después de la alegría vinieron también las faltas de sueño y los malabarismos para atender las necesidades de los pequeñines sincronizadamente. “Los primeros meses nos costó adecuarnos y seguir una rutina, pero luego uno se va organizando. Hoy, con mi señora, disfrutamos plenamente de esta experiencia y con orgullo vemos cómo van creciendo y fortaleciendo vínculos”, confiesa Robert.
La experiencia de Héctor Martínez no queda atrás. Él es papá de ¡trillizos! Y tampoco duda en afirmar que representa un esfuerzo múltiple y simultaneo todo el tiempo, repartiendo cada acción equitativamente. Pero el amor y la dedicación que experimenta hacen que todo lío represente un bálsamo. “El mayor esfuerzo diario está en pasar un tiempo juntos, dedicando a la vez momentos especiales a cada uno de ellos con el fin de lograr una relación independiente, y desarrollar las habilidades y los rasgos positivos de cada uno, respetando sus personalidades", confiesa el feliz papi.
Y uno que siente por primera vez la sensación de ser padre es Víctor Velázquez. Para él, ser papá por primera vez es lo más hermoso que le toca vivir... “Se siente superbién; es una gran bendición y conlleva una enorme responsabilidad. Desde que supe que venía en camino hablaba con ella desde la panza, participé de su nacimiento y hoy sigo sus pasos las 24 horas”, revela.
Su rutina con Danna Luz es la despedida antes de ir al trabajo; “luego, cuando a veces voy a casa a la siesta, estamos un ratito juntos; por la tarde hablamos desde del celular en un idioma muy raro, pero es una sensación maravillosa, y a la noche jugamos un rato antes de dormirse. Los fines de semana disfruto más con ella; jugamos, le hago muchas cosquillas, comemos pororó o vamos a algún lugar de paseo. También vamos a la casa de mi mamá y comparte con sus primitos”.
Lo mejor para él es cuando le dice “papá”. “¡Le sale muy bien y su sonnrisa me mata! Sencillamente, le tengo una adoración sin límites”. Lo mismo le sucede a Robert con Mateo Daniel y Agustín Daniel. “Cuando llego a casa después de las prácticas, me esperan para jugar a la pelota y no hay cansancio que valga”, expresa riendo. “Disfruto mucho de mis hijos... Mateo es muy cariñoso, de esos que besa cada rato y te dice ‘te amooo’; Agustín es más reservado, muy observador; me hacen muy feliz”, añade.
Héctor revela que sus querubines muy tempranito se "meten a la cama" y no hay más remedio que levantarse y seguir el ritmo. Inés es la más activa y divertida; Benjamín, el más risueño y comilón. Sofía es la más seria, tranquila y observadora.
En fin, mellizos, trillizos, primerizo, no importa la cantidad de hijos, sino lo que representan y ¡cómo cambian la vida!
ndure@abc.com.py
Fotos ABC Color/Arcenio Acuña, Heber Carballo.