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El espiritismo, según sus seguidores, es algo más que creer en fantasmas. Se trata de una doctrina originada en la Francia del siglo XIX y que estudia la existencia de los espíritus y sus relaciones con el mundo corporal.
Y en nuestro país también tiene sus adeptos congregados en la Federación Espírita Paraguaya. En ese sentido, Paraguay fue sede del II Congreso Espírita Sudamericano, que se realizó en nuestra capital, en estos días, así como también la V Reunión del Consejo Espírita Internacional CEI Sudamérica.
Milciades Lezcano, presidente de la federación, nos ilustra sobre algunos puntos de esta doctrina. “El espiritismo es la ciencia que estudia el origen, la naturaleza y destino de los espíritus y su relación con el mundo corporal. Todos nosotros somos espíritus que temporalmente tenemos un cuerpo. Juan, en su Evangelio, en el capítulo 4, nos cuenta que Jesús en el diálogo con la samaritana le dice que Dios es espíritu y la misma verdad. Si fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, somos espíritus”.
Explica que el espiritismo tiene además un triple aspecto, es decir, es ciencia, filosofía y religión: ciencia porque basado en el método científico, puede demostrar todos sus postulados; filosofía, porque da una explicación a la vida, de dónde venimos, para qué estamos aquí, por qué sufrimos y otras cuestiones; y religión, porque basada en la moral de Jesús busca que el hijo retorne al Padre.
El espiritismo se inicia con la publicación de El Libro de los Espíritus, el 18 de abril de 1857, en París, Francia, por Allan Kardec, quien crea el neologismo espiritismo para denominar así a las enseñanzas de los espíritus. Posteriormente, publica El Libro de los Médiums, El Evangelio según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno y La Génesis. “Allan Kardec es el seudónimo del pedagogo francés Hippolyte León Denizard Rivail, quien fue discípulo de Johann Heinrich Pestalozzi, para diferenciar sus libros pedagógicos de los de la Doctrina Espirita”.
En nuestro país, el primer Centro Espiritista se funda el 7 de setiembre de 1962 por Istmio Veneroso, Francisco Colmán, Santiago Lezcano, Laudelina Torres de Lezcano, Eustaquio Farías, Alejandro Céspedes, Luis Garcete, Vicente Ruiz, entre otros. En la actualidad, existen siete Centros Espíritas en el país, asociados a la Federación Espírita Paraguaya.
Expone que la doctrina espírita se basa en seis principios: la existencia de un solo Dios, inmortalidad del alma, pluralidad de existencia o reencarnación, pluralidad de mundos habitados, comunicabilidad de los espíritus y Jesús: guía y modelo de la humanidad. “El espiritismo no tiene dogmas y en sus prácticas no se realiza ningún tipo de rituales; no usa incienso, tabaco, alcohol, talismanes, etc.”.
En referencia a qué son los espíritus, afirma que son los seres inteligentes de la creación. Pueblan el universo fuera del mundo material y que cuando están encarnados se los denomina alma. “Los espíritus somos nosotros, pero sin cuerpos. Tienen diversas categorías conforme al grado de perfección que han alcanzado”. Pueden ser clasificados en imperfectos, buenos y puros. Son además indestructibles, conservan su individualidad, e invisibles a los ojos humanos, se los ve con los ojos del alma, o sea con un sexto sentido, que Allan Kardec lo denominó facultad mediúmnica. “Tienen además tres atributos que deben ser desarrollados y que son la inteligencia, la voluntad y el amor e influencian sobre nosotros mucho más de lo que nos imaginamos. A menudo son ellos los que nos dirigen”.
Acerca de las posesiones, indica que en realidad, lo que comúnmente se denomina como posesión, ellos lo denominan como obsesión, y pueden ser la obsesión simple cuando un espíritu que perturba genera pequeñas contrariedades; la fascinación cuando ya este espíritu consigue engañar, induciendo a la vanidad, al orgullo, a la envidia, entre otros vicios; hacen creer algo que está mal como si fuera correcto; la subyugación cuando ya domina la voluntad e incluso la capacidad de razonar. “Para superar estas situaciones es necesaria la predisposición de un mejoramiento en la conducta moral del influenciado, mucha oración e incluso la asistencia de una persona conocedora de estas manifestaciones y de autoridad moral incuestionable. En el espiritismo todas estas asistencias son gratuitas conforme la orientación de Jesús ‘Dad de gracia lo que de gracia recibisteis’. Los espíritus imperfectos no pueden entrar en nosotros, pero sí tienen técnicas para poder dominarnos”.
Sobre el Congreso, señaló que el objetivo fue divulgar la Doctrina Espírita y que los participantes pudieran actualizarse respecto a la vivencia y a la práctica del espiritismo.
Lezcano aclaró que el espiritismo no promete la salvación, pero que nos provee conocimientos sobre las leyes naturales del orden moral para que, a través de nuestra educación, podamos encontrar la paz de conciencia que es de alguna forma la alegórica salvación. “El espiritismo nos propone la caridad como medio de encontrar la felicidad, una caridad que es benevolente para con todos, indulgente con las imperfecciones ajenas y que perdona las ofensas. En el conocimiento y puesta en práctica de las enseñanzas de Jesús, el ser humano tiene los medios para lograr la alegría de vivir y preservar la salud espiritual y corporal”, concluyó.
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