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En 1985 se creó una organización para investigar y preservar las tres especies de pecaríes que habitan el Gran Chaco paraguayo, un animal del cual se tenían muy pocos datos y que sigue en peligro de extinción por la pérdida de su territorio. El Proyecto Taguá nació por un acuerdo entre la Sociedad Zoológica de San Diego (EE. UU.), el Ministerio de Agricultura y Ganadería, y el Cuerpo de Paz de los Estados Unidos para intentar salvar la especie.
Desde el principio, el trabajo fue criar en cautiverio a los animales, con el claro objetivo de reinsertarlos a su hábitat, que hasta ahora se realiza con éxito, ya que durante su estadía en el refugio, a pesar de estar en contacto con humanos y vivir en corrales, los espacios son considerables para evitar crear dependencia, así cuando vuelven a la selva, pueden conseguir alimentos sin complicaciones.
Mediante gestiones con el Gobierno nacional, se logró el usufructo de 180 ha de reserva del Fortín Toledo, a casi 500 km de Asunción y 30 km de Filadelfia. Inicialmente, se había instalado en el Parque Nacional Defensores del Chaco, pero debido a los problemas de acceso se optó por la reubicación. Ahora, el local está a solo 9 km de la ruta Transchaco y es accesible durante casi todo el año, siendo ideal como base para científicos nacionales, extranjeros y estudiantes que deseen investigar la fauna y flora de la región.
En 2010, el proyecto pasó a convertirse en el Centro Chaqueño para la Conservación e Investigación (CCCI), para continuar con las acciones y expandir los trabajos de cría en cautiverio, conservación, salud y desarrollo sustentable del Paraguay con énfasis en la región chaqueña.
El director ejecutivo de esta asociación sin fines de lucro es Juan Campos Krauer, quien trabaja directamente con los encargados del establecimiento, Iván Benítez y Víctor Robles. El lugar cuenta con todas las comodidades para los profesionales que tengan deseos de investigar la especie. Para los turistas que quieran visitar el lugar, se ofrecen paseos guiados con la posibilidad de interactuar con los ejemplares. El costo de los paseos es de G. 20.000, cifra módica que se invierte en la conservación y mejoramiento del local.
Los taguás son parte de una familia de pecaríes conformada por tres especies: el taguá o pecarí del Chaco (Catagonus wagneri), el pecarí de labio blanco o tañy kati (Tayassu peccari) y el pecarí de collar, conocido en nuestro medio como kure’i (Tayassu tajacu). Según datos científicos, estas especies evolucionaron en Norteamérica, luego migraron hacia América Central, para finalmente arraigarse en Sudamérica.
El pecarí de collar o kure’i es el más distribuido entre las tres especies y se puede encontrar en distintos tipos de hábitat, desde los desiertos del sur de Estados Unidos, las selvas amazónicas hasta el norte de Argentina y Paraguay.
Mientras que el pecarí de labio blanco o tañy kati está distribuido en bosques tropicales y húmedos como Argentina y Bolivia, pero principalmente en la zona seca y espinosa del Chaco, en Boquerón y Alto Paraguay. Una característica única de esta especie es la formación de manadas de hasta 250 individuos, lo que la hace extremadamente vulnerable a la caza furtiva.
Por su parte, el taguá es una especie que solo se encuentra en el Gran Chaco Sudamericano; evolucionó con su hábitat, encontrándose perfectamente adaptada para sobrevivir en el hostil Chaco, pero esto la hace vulnerable a los cambios que se dan en el frágil ecosistema chaqueño.
Cifras
Según Juan Campos, actualmente existe una población que está muy por debajo de los 5000 ejemplares, en estado salvaje en el Chaco. Esta disminución se debe, principalmente, al rápido desarrollo urbano que experimenta la región, por lo cual la labor del CCCI se hace aún más indispensable.
En caso de que no se tomen las medidas correspondientes, se enfrentaría la total desaparición de esta especie, única en su tipo y, desde hace décadas, símbolo del Gran Chaco paraguayo.
Los fondos para la conservación del criadero, único en su tipo en nuestro país, provienen principalmente del exterior. El CCCI mantiene convenios con zoológicos que cuentan con taguás paraguayos, como la Asociación Zoológica de Cleveland (EE. UU.) y el Tierpark de Berlín (Alemania), donde en mayo de 2013 nacieron las dos primeras crías de esta especie en cautiverio, bautizadas como Kunu’u y Yuky.
Para los turistas que quieran visitar el lugar, se ofrecen paseos guiados con la posibilidad de interactuar con los ejemplares. El costo de los paseos es de G. 20.000, cifra módica que se invierte en la conservación y mejoramiento del local.
Agradecimientos especiales a Esteban Arriola y Rubén Señor.
Sepa más
Proyecto Taguá
Centro Chaqueño para la Conservación e Investigación (CCCR).
http://www.cccipy.org
Fortín Toledo - Boquerón - Paraguay.
Teléfono: (0975)173-452
Email: ibenitez@cccipy.org
Texto mbareiro@abc.com.py