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El impacto de la palabra cáncer sigue siendo fuerte. Desde el primer momento, cuando el médico informa de la enfermedad, la experiencia subjetiva de la pérdida de la salud viene inmediatamente asociada a una percepción de fin de vida —independientemente del pronóstico—. Ante la noticia, normalmente las primeras reacciones emocionales son miedo, incertidumbre, impotencia, rabia, tristeza, ansiedad, culpabilidad, aislamiento y sensación de pérdida de control.
“Muchas veces las personas llegan al consultorio cuando la dolencia está en una etapa de mucho desarrollo. Pero cuando la detección es precoz y los pacientes acceden a servicios especializados, hay un alto porcentaje de posibilidades de superar el mal. Estas pruebas de detección temprana se hacen cuando no se tienen síntomas del padecimiento. Buscamos el trastorno antes de que la persona presente síntomas”, expresa el doctor Juan Carlos Alvarenga, director del Programa Nacional de Control del Cáncer.
La doctora Nelly Elena Maldonado, oncóloga especialista en patología cervical, añade que si se detecta un tejido anormal en forma temprana, puede ser más fácil tratar. “Generalmente, cuando una persona recibe el diagnóstico cree que va a morir, pero si llega tempranamente al consultorio, las probabilidades de curación son muy altas. Entonces, tenemos que ayudar a la población a recibir esa advertencia, encaminarla de una manera adecuada, eficaz y con calidad”, manifiesta.
Según los profesionales, a nivel global el índice de padecimiento del cáncer es muy alto. Esos números van a seguir aumentando en los próximos años. Aproximadamente el 47 % de los casos de cáncer y el 55 % de las muertes por cáncer ocurren en regiones o países menos desarrollados.
En la víspera del Día Mundial del Cáncer, el doctor Alvarenga aprovecha para sostener que las intervenciones para la prevención y el control del cáncer deben ser incluidas en programas de desarrollo país como acciones y objetivos legales. “Debemos fortalecer el desarrollo del sistema de salud y aumentar la capacidad de respuesta hacia todos los desafíos encontrados por individuos, sus familias y comunidades. Debemos concienciar a las personas sobre la prevención temprana. Ya contamos con hospitales en los que las mamografías, por ejemplo, son gratuitas. Hagamos uso de los servicios que se ofrecen y tomemos como hábitos los chequeos médicos. El mayor avance en la salud es la prevención”, finaliza Alvarenga.
El Día Mundial del Cáncer se recuerda el 4 de febrero. Los controles y los hábitos de vida saludables contribuyen a su prevención.
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