Destrezas para la vida

Las destrezas psicológicas son habilidades que pueden ayudar a encarar los desafíos que se presentan en diversos aspectos de nuestras vidas. El psicólogo Rudolf Behrens revela a ABC Revista de qué manera un padre puede sacarles provecho.

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Si bien muchas personas asocian la palabra psicología con lo que en realidad se denomina psicología clínica, y que se limita al tratamiento de estados y enfermedades complejas, pocos saben que existe una amplia gama de herramientas y habilidades psicológicas que pueden ser aplicadas en el día a día sin entrar en los derroteros psiquiátricos.

De acuerdo a Rudolf Behrens, psicoterapeuta (HP) por la Studiengemeinschaft Darmstadt (República Federal Alemania), estas destrezas son altamente efectivas siempre y cuando sepamos aplicarlas correctamente.

“Nuestro sistema educativo ha perdido la capacidad de impartir conocimientos prácticos, es muy sencillo demostrarlo. ¿A quién le gustaría ser operado quirúrgicamente por un médico recién egresado? La respuesta demuestra el gran déficit de la enseñanza académica que se basa en la acumulación de conocimientos. Ahora bien, la otra pregunta es: ¿dónde están las destrezas que uno desarrolla con los años como profesional? ¿No debería formar parte de la carrera académica? Tiene más ‘destrezas’ un aprendiz de carpintero que aplica sus conocimientos constantemente, que un estudiante de medicina en el segundo año de su carrera. Justamente por eso yo las llamo destrezas”, revela el profesional, quien recientemente desarrolló un taller abierto a todo público sobre la materia.

Behrens habla de la necesidad de que cada individuo se convierta en su propio psicólogo, buscando así llegar al equilibrio mediante el manejo de estas herramientas personales, sobre todo en la relación padre e hijo, uno de los escenarios más desafiantes en lo que a relaciones familiares se refiere. El psicoterapeuta menciona a la coyuntura psicohistórica actual como uno de las mayores dificultades en cuanto a la relación de un padre con su hijo.

“Como nunca antes, la figura del padre y del hombre tradicional está siendo cuestionada. Me refiero al patriarca omnipotente, al hombre machista, y todos los rasgos que de una u otra forma aún permanecen en nuestro legado genético cultural. Estos cuestionamientos conforman la punta de lanza de los movimientos feministas, y han derivado en el nacimiento de grupos del así llamado tercer género”, refiere Behrens, asegurando que este fenómeno es más que nada una reacción a la ausencia de respuestas alternativas convincentes por parte del hombre ante tales circunstancias.

“Lo único que hace es burlarse, negar o incluso perseguir esas apariciones, lo que no hace otra cosa que desnudar y evidenciar su perplejidad y falta de preparación ante esos cuestionamientos. El hijo que observa ese comportamiento hereda esa ‘debilidad’ y se queda sin contención, lo que lo lleva a las reacciones violentas y de rabia”, agrega.

En una sociedad en constante cambio y evolución ante el tremendo influjo de información, los roles y modelos tradicionales sufren variaciones notables que producen cuestionamientos. ¿Cuál es el rol del padre moderno? ¿Existe alguna diferenciación en cuanto a la función que una madre debería desempeñar en el seno de familia?

El padre moderno

“Cada vez nos damos más cuenta de que todo aquello que hacía a un padre está estrechamente vinculado con lo que era ‘antes’. Es evidente que él siente que ‘está perdiendo el cetro’. Urge hallar un espacio exclusivo y diferenciado para encarar los desafíos del siglo XXI al lado de una mujer que difiere enormemente de la mujer sumisa de antaño y que justamente ‘sostenía’ su poder”, explica Behrens.

Para ello, el profesional recomienda establecer un código exclusivo de comunicación, un ámbito al que la madre no tenga acceso. “No se trata de excluir a la madre, sino más bien de consolidar los lazos padre-hijo. Es algo que podríamos rescatar de la antigua tradición, si bien en la antigüedad era a costa de la exclusión de la mujer y la consolidación del ‘frente masculino’. Una de las claves sería además demostrar que no estamos luchando contra la mujer, sino a favor de algo que es nuestro. El ejemplo nos lo están dando las mujeres mismas”, señala el psicólogo.

“Sería conveniente establecer un diálogo franco y honesto que permita el aprendizaje del hijo y la búsqueda de recursos del padre”, finaliza.

david.messina@abc.com.py

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