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¿Qué? ¿Un satélite paraguayo? ¿Para qué? Son preguntas que surgen cuando se habla de la incipiente carrera espacial del Paraguay. Sí, es cierto; tal vez todavía no podamos solucionar el problema de los cráteres terrestres de la ciudad, pero eso no impide que a través de la educación comencemos a proyectarnos como país hacia el espacio exterior.
El desarrollo en el área de las ciencias, como bien lo dice el cosmonauta ruso Fiódor Nikoláyevich Yurchijin, de ROSCOSMOS (Agencia Espacial Federal de Rusia), lo es “todo”, y las carencias propias de un país en desarrollo no obstan para que podamos expandirnos a través del conocimiento.
El principal insumo para ello son las nuevas generaciones, y de eso Fiódor está más que seguro. Este cosmonauta de 60 años y con más de 600 horas en el espacio exterior visitó nuestro país y lo recorrió dando charlas en Asunción y el interior del país a instancias de los directivos de la Agencia Espacial del Paraguay.
“Fue una gran experiencia conocer a esta nueva generación de chicas y muchachos paraguayos que sueñan con trabajar y experimentar en un programa espacial”, dijo al final de su última actividad en un aula de la AEP en la ciudad de San Lorenzo, rodeado de jóvenes estudiantes.
Para Yurchijin, la comunicación es clave en este proceso de construcción científica. “Se puede pensar que para qué invertir dinero en eso, siendo que hay otras prioridades, pero es muy importante comunicar lo que se está haciendo, y para eso los medios masivos son clave, porque nos ayudan a contar por qué es importante que Paraguay desarrolle un programa espacial, porque sería grandioso. La gente suele decir que primero debe ser la salud, la alimentación y otras cosas como prioridades, pero… ¿de qué manera piensan que se construyó un edificio, se ensambló un auto, se diseñó una ropa o incluso la comida que uno está consumiendo?... Todo eso es ciencia. La ciencia nos rodea todo el tiempo”, argumentó.
Mostrando su lado más humano, Yurchijin también se declaró fan de los “stamps” y memorabilias de todo el mundo. “Si le preguntás a mi esposa –Larisa Yurchikhina–, te dirá que mi colección es muy grande. Tengo recuerdo de todos los países que tienen agencia espacial, y otros souvenirs de lugares en los que he estado”, dice en otro momento.
Un pequeño gran paso
Volviendo a la experiencia con los jóvenes universitarios paraguayos, refiere: “Te voy a responder usando, en parte, lo que dijo Neil Armstrong cuando pisó la Luna: Es un pequeño paso, pero en el futuro todos estos pequeños pasos que estamos dando constituirán un gran paso para la ciencia en Paraguay”.
Aún con la emoción a flor de piel, Christian Coronel, estudiante de la Universidad Nihon Gakko, dice: “La experiencia, aparte de impresionante, me dio nuevas informaciones que no teníamos previstas”, refiere prestando especial atención al dibujo que el ruso realizó en uno de los cuadernos de anotaciones. A su turno, Diego Stanley, director de proyectos de investigación de la AEP, valoró los consejos estructurales que se deben tener en cuenta para construir los “cubesats” (pequeños satélites), atendiendo que el cosmonauta fue encargado de poner en órbita los cubesats en la Estación Espacial Internacional, y esa experiencia la transfirió a los jóvenes.
Asimismo, Eladio Javier Ferrer, director de evaluaciones y estadísticas de la AEP, valoró los “muchos tips y consejos sobre cómo debemos desarrollar (los satélites) y las pruebas a los equipos que estamos desarrollando y probando”.
El astronauta ruso instó a diseñar sistemas de control de comunicación “de tal manera que nosotros podamos controlar plenamente el satélite que pongamos en órbita, y no que quede dependiente de otro país, de forma que nos dé independencia tanto en las comunicaciones como en los datos, y así también el desarrollo de los sistemas que van a ir en un satélite, que sean específicos a nuestras necesidades”, refirió.
El ingeniero Jorge Kurita, de la Agencia AEP, enfatizó en el hecho más importante: que el satélite en sí es la transferencia de tecnología devenida del proceso de su construcción. “Este tipo de trabajo mejora con la enseñanza de la ciencia y tecnología de un país”, acotó. Mientras, el cosmonauta sugirió aprender de todas las escuelas espaciales, además de la rusa, la norteamericana, la china, la japonesa, para que la escuela paraguaya tenga una visión multidisciplinaria. “Si bien pareciera un juguete (el cubesat), es una herramienta para alcanzar un fin, que es la transferencia de conocimiento y tecnología”, dijo.
Para el estudiante de ingeniería mecatrónica Aldo Galeano, de FIUNA, la visita fue enriquecedora, contribuyendo con sistemas de orientación para la construcción de los cubesats. “Nos aconsejó hacer los bancos de prueba para probar para cada condición específica que se da en el espacio”. También Lucas Moreira, estudiante de ingeniería mecatrónica, actualmente pasante de la AEP, opinó: “Fue inolvidable que alguien tan importante del sector espacial venga a acercarse a nosotros. Eso demuestra que la ciencia no tiene barreras, y que todos estamos para aprender. Algo que rescato es el hecho de que nos dijo que el espacio no tiene divisiones políticas, sino que es un lugar para la realización de la ciencia. La ciencia es el único camino para el progreso, y estos acercamientos hacen que abramos la mente para ver nuevos rumbos y crecer todos juntos y progresar”.
Pequeño satélite paraguayo para el 2021
Para el director de la AEP, Liduvino Vielman, la experiencia fue bastante positiva. “La AEP pone todo su empeño en la formación de recursos humanos para demostrar que es posible intentar y aplicar todas las posibilidades que nos ofrece la tecnología para aplicarla a la ciencia aeroespacial en nuestro país”, comentó.
“Estamos haciendo lo prioritario en cuanto a formación de talento humano. Esto nos va a conducir a que en un momento dado el Paraguay tenga su propio satélite para observación de la Tierra o, en todo caso, de comunicaciones. Por de pronto, está en proceso, y ojalá que se cumpla. Creo que estamos por buen camino. El proceso de diseño, montaje y lanzamiento de un pequeño cubesat para aplicación educativa podría ocurrir para mediados del año 2021. Será lanzado a través de la Estación Espacial Internacional, brazo de la Agencia Espacial Japonesa”, concluyó.
En ocasión de esta visita importante al Paraguay, la de Yurchikhin, la AEP demostró debilidad institucional en cuanto a la comunicación de los eventos en que participaría el ilustre visitante, al no existir estrategia comunicacional. Gran parte de la sociedad, incluidos los niños, no participaron, y por lógica, no pudieron interactuar con el cosmonauta de manera masiva.
Texto y fotos Marta Escurra mescurra@abc.com.py