De Caacupé a la samba de Río

Por octava vez consecutiva, Francisco "Pim" López, participa de los carnavales de Rio de Janeiro, como percusionista de la escuela de samba Salgueiro. Un privilegio de pocos.

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Viene de una familia dedicada a los eventos de carnaval. “Mi abuela integraba la comisión organizadora de los carnavales de Caacupé, y le siguió mi madre, quien, además, ideaba y confeccionaba los vestuarios. Mi madre ya no está, pero siempre la tengo presente. Ella era fanática y creativa de los carnavales. Teniendo ese linaje, no podía ser de otra manera; debía ser parte de estas fiestas y aspirar a más”, cuenta riendo Francisco, más conocido como Pim. 

Fue así que llegó a los carnavales de Río de Janeiro. “Fuimos con amigos y nos quedamos en casa de otros amigos caacupeños que residen en Río y conocían a gente de la escuela de samba de Salgueiro. Me invitaron a formar parte como percusionista y, bueno, de esa invitación oficial ya pasaron ocho años”, rememora.

Un privilegio de pocos, ya que los mismos brasileños sueñan con formar parte de una escuela de samba y Pim ya va por su octavo año en el mejor escenario de todos: el sambódromo Marqués de Sapucaí, en Río de Janeiro, desde el cual se transmite en vivo lo que los brasileños llaman el “mayor show de la Tierra”, y realmente es así. Ver un desfile de carnaval de Río es una experiencia única; probablemente, una de las más deslumbrantes que existen, y estar en él ni que decir. “Es emocionante. No se puede explicar lo que representa pisar esa gloriosa pista”, reafirma Pim.

Agrega que, además de emocionante, es una explosión cultural. “Cada escuela presenta su alegoría y va contando una historia. Es como un gran teatro bailado, alucinante; vivir ese momento es como estar en el teatro de los sueños. Cada escuela tiene más de 300 componentes y todos son actores de un gran espectáculo. Los temas están relacionados con problemáticas sociales; no solo sobre lo que sucede en el Brasil, sino en el mundo entero”, explica.

Su participación se da como percusionista en la escuela de Salgueiro, que este año eligió a Xangó, el orishá de la justicia, los rayos, el trueno y el fuego, como tema central y va a estar representando diversos aspectos, desde África hasta Brasil. “Voy a estar integrando la banda de música, así que estoy feliz una vez más”.

Se considera autodidacta. “Llevo en la sangre lo de percu-afro y, con el tiempo, fui profundamente influenciado por los ritmos del Brasil”, admite.

Sus referentes en la percusión son Karl Perazzo y Raúl Rekow, por la musicalidad en la fusión de géneros y estilos. En cuanto a técnica y estilo, adoptó a Santana. Como percusionista ya subió al escenario junto con Rumberos, Asunsamba, Mixtura Fina, Fusca y Radio Base. “Me produce mucha alegría saber que este instrumento milenario puede, en un segundo, crear un ambiente alegre. Me gusta ver cómo la gente disfruta cuando toco, y cuando doy ritmo y alegría con mi sonido. Eso me llena de satisfacción y plenitud”.

Actualmente, se encuentra abocado a un proyecto denominado A40° acuarentagrados. “Trata sobre la interpretación de música latina en versión samba, algo así como una samba experimental latina”.

Aspira a que los carnavales de nuestro país vuelvan a su esencia familiar. “Antes íbamos toda la familia a disfrutar de los desfiles del carnaval. Ahora, como está todo desvirtuado, la diversión sana se deja de lado para dar paso a los excesos. Que vuelvan los carnavales de Asunción, que concentraban a todos con alegría, mucha vida y color, con sus murgas, el baile a la par de las comparsas, los barrios se vestían con los disfraces más vistosos y los vecinos se volcaban masivamente a las calles. Esa alegría se agotó. Creo que si no revemos el enfoque, estas fiestas pueden ir desapareciendo en nuestro país. Caacupé tuvo una tradición de más de seis décadas y este año, lastimosamente, no vamos a estar celebrando, pero esperemos que el próximo año se vuelva a dar”, expresa esperanzado.

Lleva mucho tiempo participando de estas fiestas en otros países. “Tuve la oportunidad de estar en Venecia, en la fiesta de las máscaras. También visité el lugar en el que fabrican las máscaras y fue increíble. Cada carnaval, cada país tiene una rica historia que es fascinante. Hagamos que sea familiar, nuevamente, que los niños puedan participar y divertirse”.

Por de pronto, tiene en agenda una fecha feliz: el 3 de marzo, cuando va a estar “percursionando” con Salgueiro por las pistas del Marqués de Sapucaí. “Hay que animarse a vivir experiencias nuevas. Esta era mi meta y cumplí mi sueño. La vida se trata de eso: de escalar y cumplir deseos”.

Por ndure@abc.com.py • Fotos ABC Color/Heber Carballo/Gentileza.

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