Damas de la escena

Voces de amor y lucha son fragmentos de grandes heroínas del teatro clásico llevados a escena por actrices prodigiosas, como Margarita Irún, Alicia Guerra y Ana Ivanova. El preestreno está anunciado para el jueves 15, en la Sala Molière de la Alianza Francesa.

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Son actrices con oficio, como ellas mismas se califican. Tres nombres y tres ingenios para deleitar al público con una propuesta clásica: Voces de amor y lucha. Alicia se muestra contenta con esta puesta, ya que supone trabajar al lado de “dos grandes compañeras y ser dirigida en la última obra del director Arturo Fleitas”.

“Es un peso muy grande y un disfrute también, porque la selección realizada por Arturo corresponde a grandes autores como Anton Chéjov, Margot Ayala, Tito Chamorro, Federico García Lorca, Enrique Buenaventura, Aristófanes, Lope de Vega y Alcibiades González Delvalle. Poder llevar a escena las palabras, el texto de estos escritores es un gran desafío, puesto que depende de nosotras que eso luzca”, afirma.

Lleva 30 años de carrera. En el 85 protagonizó su primera obra: Súbitamente el último verano, de Tenesse Williams. Algo en común, Ramona Quebranto son otras grandes interpretaciones que nutren su trayectoria. Lo más reciente es Actrices con oficio. Su talento, actualmente, llega a la dirección y realización de guiones.

Ana no se queda atrás con la satisfacción de formar parte de esta puesta. “Es un aprendizaje y un reto trabajar con textos clásicos y maestras como lo son Margarita y Alicia, y con un maestro como Arturo. No desaprovecho esta oportunidad de crecer como actriz. Llevo 10 años en esta profesión, tengo varias obras, pero es la primera vez que trabajo en una realización clásica de esta magnitud. Poder resumir estos textos tan potentes y poner todas las caras, realmente, es muy competente”.

Ana resalta la generosidad de Margarita con sus conocimientos. “No desaprovecho la oportunidad de trabajar al lado de grandes talentos y, sobre todo, agradecer”, expresa.

Todas se sienten cómodas en los diversos géneros del teatro: el drama, la comedia... Saltan de uno a otro con total soltura y cada una vuelca en el escenario toda su vocación.

Medio siglo

A lo largo de su carrera, Margarita fue dirigida por renombrados directores e hizo gala de su capacidad con calificados trabajos. “Estoy cumpliendo 50 años de vida teatral. A los 8 años subí a los escenarios. Pasé primero por la poesía. La declamación me dio la seguridad de poder transitar por estos clásicos y la musicalidad de las palabras. Estuve por el Ateneo y el Arlequín, del cual soy una de las fundadoras. Gran parte de mi carrera y recorrido por lo clásico fue en el Arlequín. Tengo más de 50 obras”, rememora Irún.

Troyanas, Ramona Quebranto, La casa de Bernarda Alba son algunas de las obras que protagonizó y la llevaron a la cumbre.

Para ellas, el teatro es oxígeno y sangre. “Es la vida... El teatro y cine son una ocasión para vivir distintas vidas a través de los personajes, de entender más al ser humano”, dice Alicia.

Para Ana, es la energía de vivir. “Una está en constante movimiento. Ninguna representación es igual a otra y eso nos lleva a públicos muy intensos”.

Coinciden en que el teatro es un hecho vivo, que crece y se modifica por sí solo,con los espectadores, y que cada función es única e irrepetible. Este género teatral entró a sus vidas y lo toman como el ámbito en el que pueden ser plenamente libres desde lo creativo. En el que no están ceñidas a una estructura, ya que pueden romper “el esqueleto”, fusionar lenguajes y contar una historia. “Esta relación no se termina más”, dice Margarita. “Una dice que va a retirarse, pero ese tiempo nunca llega; es una pasión”, añade.

Igual sentimiento suscita en Ana y Alicia. “Requiere esfuerzo, pero es difícil bajar del escenario. Todo siempre suma, aporta y genera”.

Momentos

Volviendo a la obra que las tiene como estrellas, Voces de amor y lucha, aseguran que el público va a disfrutar de diferentes momentos, todos muy vehementes, durante 1 h y 20 min. “Vamos de la tragedia a la comedia, luego volvemos de la comedia a la tragedia y, finalmente, hay un destape”, adelanta Margarita. “¡No cuentes!”, interrumpe Alicia. “Pero es impactante el final”, continúa.

El vestuario de la puesta fue diseñado por el artista plástico Ricardo Migliorisi. Es una interpretación ágil en la que solo bastan milésimas de segundos para los cambios de vestuario. “Es otra característica”, aporta Ana. Mencionan a todo el equipo técnico, además de la escenografía y el maravilloso texto.

Y, por supuesto, habrá lugar no solo para la emoción, sino también para la sorpresa. “Cada fragmento tiene su valor y puede llegar a enamorar. La idea, igualmente, es mover la obra a otros espacios, que llegue a más público”, manifiesta Alicia.

“Las mujeres están representadas en su universalidad”, nutre Ana. Para ellas, ser dirigidas por Arturo Fleitas es un orgullo y agrado. Es un director realista que compone desde la verdad del propio actor, quien se hace carne en el personaje. No trabaja desde la impostación o lo forzado; propone al actor seguridad en sus textos y busca la naturalidad. “Formar parte de la última obra que dirige este gran director nos hace sentir únicas”, coinciden.

Mujeres sencillas que se deleitan con lo que hacen. Felices con la carrera elegida y en lo personal. Margarita disfruta de la casa, los hijos y nietos. “Mi vida gira también alrededor de mis afectos, pero mi pasión es siempre teatro; vivo actuando, hasta cuando reto”, exclama a viva voz.

Más arte

Alicia enseña en varias instituciones educativas. También dirige audiovisuales y pinta, al igual que su padre, el artista Jorge von Horoch. Anuncia una exposición en poco tiempo. Es, además, presidenta de Inter Artis, una entidad de gestión colectiva de actores del audiovisual.

Ana confiesa que está intentando vivir de la actuación. “El 90 % lo dedico a ese fin. Soy independiente; en medio de todo trato de cultivarme y seguir aprendiendo. El 10 % restante le dedico a los adultos mayores, a quienes les voy guiando con herramientas de computación; soy como una guía y sicoterapeuta a la vez”. Le suma locución y jingles.

Ana se muestra agradecida con el camino trazado por grandes actores y actrices. “Surgieron en épocas en las que todo era más difícil. Veo y valoro la comodidad del camino delineado por estos grandes maestros”, puntualiza.

A decir del director Arturo Fleitas, en esta propuesta se unen la destreza de Margarita, la sensualidad de Alicia y la juventud avasallante de Ana. Ellas siguen transitando el camino elegido, profundizando en lo que tanto las entusiasma, en lo que las hace sentir el vértigo ante nuevos proyectos y debiéndose al público, claro, quien, finalmente, termina por completar cada obra.

ndure@abc.com.py

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