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Voltaire (1694-1778). Filósofo y escritor francés.
“Todos los hombres tienen iguales derechos a la libertad, a su prosperidad y a la protección de las leyes”.
Napoleón Bonaparte (1769-1821). Emperador francés.
“Nos batimos más por nuestros intereses que por nuestros derechos”.
José Martí (1853-1895). Político y escritor cubano.
“Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan”.
Charles Baudelaire (1821-1867). Escritor, poeta y crítico francés.
“Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: el derecho al desorden y el derecho a marcharse”.
El descubridor de Machu Picchu
Si bien mucha gente piensa que el explorador estadounidense Hiram Bingham descubrió esta maravilla, no fue así. Declarado una de las siete maravillas del mundo moderno, al Santuario Histórico de Machu Picchu, −uno de los destinos turísticos más populares del planeta desde finales del siglo XIX− se le empezó a reconocer la riqueza arqueológica de las ruinas, dado que casi una década antes y no en 1911 se descubrió la ciudad perdida de los incas.
En efecto, el agricultor peruano Agustín Lizárraga llegó al poblado de los Andes Centrales, en 1902, nueve años antes que Bingham e, incluso, hay informaciones que sitúan su primera visita en 1894, según una pequeña inscripción a carbón en las piedras de los vestigios que fue borrada alevosamente por Bingham para pasar a la historia como descubridor del monumento precolombino, a pesar del conocimiento de los investigadores y la población sobre la autoría del hallazgo de Lizárraga.
Fue precisamente su interés por buscar nuevas tierras de cultivo lo que llevó al agricultor a descubrir Machu Picchu, el 14 de julio de 1902, y dejó constancia de ello en una inscripción en el muro de las Tres Ventanas. Casi una década más tarde, el 24 de julio de 1911, Hiram Bingham halló esta prueba irrefutable de una expedición previa y la mandó borrar arguyendo razones de conservación. El explorador lo anotó en sus diarios de viaje, pero no lo mencionó en su libro La ciudad perdida de las incas, publicado en 1948, en el que se presentó ante el mundo como el único descubridor del enclave. Lizárraga, por su parte, intentó regresar al poblado durante la temporada de lluvias y, en su intento de cruzar el río Urubamba, para trepar hasta las alturas de Machu Picchu, fue arrastrado por la corriente y su cuerpo desapareció entre las aguas junto con el testimonio de su descubrimiento. Aunque ha transcurrido más de un siglo, sus descendientes tampoco han logrado el merecido reconocimiento por su proeza, dado que Bingham sigue siendo el descubridor científico de la ciudad que nunca estuvo perdida, sino olvidada por el mundo.
(*) Fuentes: https://www.muyhistoria.es - http://www.cienciahistorica.com/ - http://proverbia.net
Recopilación: mpalacios@abc.com.py