Cargando...
Henrik Johan Ibsen (1828-1906) Dramaturgo noruego.
“Un verdadero espíritu de rebeldía es aquel que busca la felicidad en esta vida”.
Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán.
“La rebeldía es la virtud original del hombre”.
Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.
“La desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la desobediencia y la rebelión se ha realizado el progreso”.
George Orwell (1903-1950) Escritor británico.
“Hasta que no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Este es el problema”.
Eulalia, la rebelde
Hija de Isabel II, la infanta Eulalia de Borbón nació un 12 de febrero de 1864. Conocida por su rebeldía, esto la llevó a distanciarse, prácticamente, toda su vida del resto de la familia real, más aún luego de publicar una serie de libros en los que exponía su manera de pensar, muy contraria a las de la realeza y la época. Cuentan que con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento de América, se celebró en Chicago una exposición universal. El Gobierno español envió una embajada extraordinaria que antes de llegar a los Estados Unidos debía pasar por Cuba. Como representante de la familia real española fue designada la infanta Eulalia. Ella misma cuenta en sus Memorias la graciosa anécdota que sucedió cuando la embajada llegó a La Habana. La infanta vistió ese día un traje azul celeste con bordados blancos y una cinta de terciopelo rojo rodeando el cuello. “Al presentarme en cubierta —cuenta la infanta—, una exclamación del capitán del buque me dejó estupefacta. Me dijo que no podía desembarcar vestida de aquella manera porque llevaba los colores de la bandera de los insurrectos cubanos. Por más que le insistieron, doña Eulalia no quiso cambiarse de traje y les dijo a los que se lo pedían:
–¿Qué quieren ustedes, que baje a tierra vestida de rojo y amarillo porque esos son los colores de España?
Y termina diciendo:
–Desembarqué con el traje ‘insurrecto’ y crucé entre aclamaciones, aplausos, cañonazos y música, mientras los cubanos alzaban sus gritos jubilosos y mis compatriotas, desconcertados, se preguntaban qué era aquello.*
(*) Fuentes: Carandell, Luis. Las anécdotas de la política. - http://proverbia.net
Recopilación: mpalacios@abc.com.py