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Entrenar para expresar aquello que la persona no se da cuenta que siente y lo identifique es el trabajo de un coach ontológico. Esta es una modalidad de entrenamiento emergente que se viene aplicando desde hace 20 años para que las personas mejoren sus vidas y rendimientos profesionales. “Mi trabajo es que la persona sienta algo que todavía no se está dando cuenta; que sienta la emoción que tiene, pero no la sabe expresar”, explica Marcelo Saenz, coach ontológico.
Coach es la persona que prepara o adiestra a otra en algo, especialmente en la práctica de un deporte, y coaching significa entrenamiento. Saenz explica que su trabajo consiste en ser el nexo entre la cabeza y el cuerpo de la persona. A veces, uno siente emociones y un montón de cosas que no entiende; entonces, los deja en el campo de los “quizás”. Son aquellos cambios que uno quiere hacer y nunca los hace porque no se siente capaz. “El coaching, como yo trabajo, es más desde el sentir”, comenta.
Dinámicas
Uno de los sistemas de trabajo de Saenz son las dinámicas y ejercicios –no necesariamente físicos– en los cuales la persona siente cómo su cuerpo reacciona ante un estímulo. “Trabajo desde la cabeza. Puede ser desde estar parado en un pie y sentir cómo uno está con el equilibrio, o estar sentado con los ojos vendados y escuchar y sentir lo que pasa alrededor, que son dos cosas diferentes”, indica.
En este método se trabaja desde el cuerpo hacia la cabeza; que esta empiece a interpretar cuáles son las sensaciones que tiene el cuerpo, que es el cable a tierra de todos los pensamientos que tenemos. “Si estamos nerviosos, el cuerpo se tensiona; si estamos tristes, se cierra”.
Profesor de educación física y terapeuta quiropráctico, Saenz –quien aplica esta disciplina desde hace ocho años– explica que el coach ontológico interpreta lo que la persona dice a través de lo que siente. “Por eso es importante conocer primero el lenguaje corporal, para interpretar sus reacciones. De acuerdo a cómo la persona se mueve y piensa”, señala.
Lo bueno de esta disciplina es que puede aplicarse a muchos campos profesionales. Por ejemplo, ahora, Saenz hace coaching deportivo para atletas. “Cómo un atleta tendría que superar sus miedos, alcanzar sus metas y romper sus barreras mentales”, cuenta. El coach considera que es mejor alentar que presionar. “La gente se dedica a presionar, pero no a alentar. La consecuencia del éxito viene después. Según o como la persona se siente feliz y realizada, los resultados van a hacer buenos”.
Considera que si uno se siente exigido y presionado constantemente para obtener un resultado sin que tome importancia sobre sí mismo, nunca estará satisfecho de su trabajo. A veces, también, hay pensamientos negativos instaurados; entonces, se busca qué hay detrás de estos que no dejan crecer. No siempre aquello que consideramos la causa es la raíz de lo que nos está pasando. Quizá, ese estado de negación tenga su origen en una inseguridad.
Muchas veces, cuando nos preguntamos “¿por qué todo me pasa a mí?”, tal vez, solo sea falta de autoestima. Por eso, nunca –por lo general– es lo que uno cree que es. La ansiedad no es la culpable de lo que está pasando, sino cómo interpretamos la situación interior por la cual nos ponemos ansiosos. “Por ejemplo, tengo un examen y estoy ansioso. En realidad es el nerviosismo que tengo por no estar seguro de mostrar lo que sé”.
No obstante, Saenz considera al miedo como un factor positivo si impulsa a avanzar, pero negativo si paraliza. “Son las dos caras de una misma moneda. La ansiedad puede ser positiva si te motiva a salir adelante y tener un equilibrio, pero negativa si te desespera y bloquea”, afirma.
Generalmente, las personas que más consultan son aquellas que sienten que no pueden o están en un estado de pesimismo. Esto se da porque no saben realmente lo que está pasando. “Cuando tengo un nudo en la garganta y no puedo expresar lo que siento, es porque tengo sentimientos guardados que no quiero expresar o no sé cómo hacerlo y los estoy sintiendo en el cuerpo, pero los interpreto de otra manera”.
Entonces, ponemos rótulos a todo. Culpamos al estrés: todo el mundo está estresado. O ansiedad y dinamismo, y nos perdemos de encontrar el equilibrio. Si dejamos que una situación maneje nuestra mente de manera negativa, el cuerpo lo interpretará así. “Todos sabemos que vamos a morir. Lo importante es encontrar la forma de elegir cómo vamos a vivir el resto de nuestra vida. Ya sea de forma negativa y victimizándonos, o positiva y felices. Depende de nosotros”.
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Facebook: Marcelo Saenz.
Fotos: ABC Color/Celso Ríos/Pixabay.