Más que un festival: una comunidad que respira música

Fotografía de ilustración de una edición anterior del Festival Internacional de Clarinetes.
Fotografía de ilustración de una edición anterior del Festival Internacional de Clarinetes.Gentileza

Asunción se prepara para sonar distinto. Del 3 al 7 de noviembre, la ciudad volverá a ser capital latinoamericana del clarinete con la décima edición del Festival Internacional de Clarinetes del Paraguay, un encuentro que reúne a artistas, estudiantes y melómanos de toda la región. A lo largo de una década, el festival se ha consolidado como un espacio de formación, intercambio y celebración de un instrumento que, en manos de grandes intérpretes, se convierte en voz colectiva.

Su creador, José Cabrera, clarinetista, docente y gestor cultural paraguayo, habla con emoción contenida. “Es una gran satisfacción, un motivo de orgullo estar liderando este proyecto tan hermoso”, dice.

Quizás comenzó como una casualidad, pero yo creo que las casualidades no existen, sino las causalidades. Coincidimos muchas personas con ganas de hacer bien las cosas, y el resultado son estos diez años que hoy celebramos”.

Cabrera reflexiona sobre el camino recorrido y el rol que el festival ha adquirido en el mapa musical de la región. “Ver cómo Asunción se está convirtiendo en un espacio de referencia para el clarinete latinoamericano es realmente una satisfacción tremenda. Este proyecto nos impulsa a seguir creciendo”.

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José Cabrera.
José Cabrera.

Un espacio para aprender y compartir

Desde sus primeras ediciones, el festival se pensó como una plataforma de aprendizaje y no solo de espectáculos. “Siempre tratamos de priorizar la formación continua”, explica Cabrera. “Queremos que los jóvenes puedan entrar en contacto con maestros de referencia mundial. Este año tendremos once clases magistrales, lo que implica once formas de ver la música, once experiencias distintas, once criterios artísticos”.

A eso se suman charlas de improvisación, mantenimiento y presentaciones de marcas internacionales de instrumentos y accesorios. Una de las actividades más esperadas es el conversatorio “Miradas femeninas”, donde artistas de distintos países debatirán sobre los desafíos de la mujer en el ámbito musical. “Abrir ese espacio de diálogo era necesario”, afirma. “Y me emociona mucho que sea dentro del festival, porque creemos en la educación como motor del cambio cultural”.

El encuentro culminará con el coro de clarinetes, una tradición donde maestros y alumnos tocan juntos. “Es el cierre más simbólico que tenemos —dice Cabrera—, porque sintetiza lo que somos: una comunidad unida por la música”.

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Cultura accesible para todos

Uno de los pilares del festival es su carácter gratuito. Todas las actividades están abiertas al público, una decisión que, según Cabrera, tiene tanto sentido artístico como social. “Yo creo firmemente en el acceso libre a la programación cultural de calidad. El arte y la cultura son pilares fundamentales de cualquier sociedad, y ofrecer estos espacios abiertos es nuestra manera de contribuir al crecimiento colectivo”.

El festival, sin embargo, ofreció la posibilidad de certificación para quienes deseaban acreditar su participación, pero siempre con un costo simbólico. “El objetivo sigue siendo el mismo: que nadie quede fuera, que la formación y la experiencia estén al alcance de todos”, puntualiza.

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El factor humano: la música como encuentro

Cabrera habla del festival con tono de cronista más que de organizador. No menciona cifras ni estadísticas, sino rostros, anécdotas, abrazos. “El clarinete termina siendo una excusa —dice feliz—. Lo que realmente quedan son las amistades, el contacto humano, las anécdotas de esos días. Eso es lo que nos enseña la música: la importancia de lo colectivo.”

El festival, asegura, es posible gracias a un equipo que comparte el mismo ideal. “No soy solo yo. Hay un grupo de personas que da su tiempo y sus recursos para que esto sea una realidad. Ese asociativismo, esa capacidad de dejar la individualidad de lado por un bien común, creo que refleja lo que debería ser nuestra sociedad”.

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Una semana de sonidos

La edición 2025 ofrecerá una programación intensa y diversa. La apertura, el lunes 3 de noviembre, será en la Casa Bicentenario de la Música “Agustín Barrios”, a las 20:00, con obras de Högberg, Hillborg y Crusell interpretadas por el brasileño Daniel Oliveira y artistas paraguayos.

El martes 4 a las 20:00, el Teatro Municipal Ignacio A. Pane acogerá el concierto de la Orquesta de Cámara de la Ciudad de Asunción, dirigida por Miguel Ángel Echeverríay Gabriel Senanes, con solistas invitados de Chile, Paraguay y Argentina. Esa misma noche, la Pizzería D’Alessandro vibrará con la propuesta popular “Lirio Poty Feat. Kambuchi”, encabezada por Edu Martínez y el propio Cabrera, junto a Lucero Sarambí, desde las 21:30.

El miércoles 5 será el turno del conversatorio “Miradas Femeninas”, a las 11:00 en el Teatro Tom Jobim, seguido por una muestra musical de jóvenes clarinetistas paraguayos a las 17:00, y un vibrante concierto junto a la Jazz Banda de la Policía Nacional, con músicos de México, Portugal y Brasil.

El jueves 6, además de charlas dedicadas a la historia del clarinete y a la interpretación contemporánea, la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción ofrecerá un programa con obras de Rossini, Weber y Beethoven, bajo la batuta de Carlos Calderón (Ecuador) y con Cabrera como solista, en el Teatro Municipal, desde las 20:00.

Finalmente, el viernes 7 de noviembre, el Teatro Tom Jobim acogerá el concierto de clausura a las 19:00, seguido por el encuentro “Clarinetes en el Lido” desde las 21:00, una velada de jazz fusión con António Saiote, José Cabrera, Lucas Andrade y el Ensamble Tonalli.

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Diez años y un mismo sueño

Antes de despedirse, Cabrera mira atrás con gratitud y hacia adelante con ilusión. “Lo primero que viene a la mente son los sueños. En las primeras ediciones pensábamos: ‘qué lindo sería traer a tal maestro’, y hoy es una realidad. La mayor satisfacción es ver a los alumnos paraguayos aprender de tantos artistas, conocer nuevas miradas sobre la música. Y sobre todo, saber que cada año, Asunción se vuelve capital latinoamericana del clarinete.”

Hace una pausa y dice con entusiasmo. “Lo difícil no es hacer que vengan los maestros, lo difícil es lograr que quieran volver. Y por suerte, siempre quieren volver. Eso me hace pensar que habrá Festival de Clarinetes para rato.”