La nueva era del aprendizaje médico

Simulación, tecnología y empatía se combinan para formar profesionales más seguros y humanos en UNISUD.
Simulación, tecnología y empatía se combinan para formar profesionales más seguros y humanos en UNISUD.nimon_t

En medicina, el error no es una cifra: es una persona. Por eso, cada vez más facultades y hospitales incorporan simulación clínica, una herramienta que está revolucionando la forma en que se enseña y se aprende a cuidar la salud. Desde la Universidad Sudamericana (UNISUD) cuentan su experiencia.

Se trata de recrear, con un realismo sorprendente, los escenarios en los que los futuros médicos deberán tomar decisiones críticas: una urgencia, un parto, una cirugía o la comunicación de un diagnóstico difícil.

Un timbre suena. En el monitor, una paciente ficticia –en realidad, un maniquí de alta fidelidad– muestra una caída de saturación.

Dos estudiantes se miran, reparten roles, ventilan, piden medicación, y, minutos después, se sientan con su docente a revisar paso a paso qué hicieron bien y qué podrían mejorar.

La urgencia fue simulada, pero el aprendizaje es muy real. “Es el equivalente, en salud, a los simuladores de vuelo que usan los pilotos”, explican los especialistas.

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La simulación médica permite entrenar decisiones críticas sin poner pacientes en riesgo.
La simulación médica permite entrenar decisiones críticas sin poner pacientes en riesgo.

Y el concepto es el mismo: practicar hasta que cada reacción sea segura y precisa, sin poner vidas en riesgo.

Aprender haciendo y repitiendo

La simulación médica permite entrenar tanto las habilidades técnicas, como colocar una vía, intubar, manejar un parto, y las no técnicas, igual de importantes, como liderazgo, comunicación, empatía y toma de decisiones bajo presión.

Los escenarios son cada vez más realistas: desde modelos de baja fidelidad (brazos para practicar punciones o torsos para reanimación), pasando por maniquíes de media y alta fidelidad, hasta entrenadores de realidad virtual o aumentada que permiten “entrar” en un quirófano desde una pantalla.

Los futuros médicos practican partos, urgencias y cirugías con maniquíes de alta fidelidad y tecnología de vanguardia.
Los futuros médicos practican partos, urgencias y cirugías con maniquíes de alta fidelidad y tecnología de vanguardia.

Incluso, se combina con actores que interpretan pacientes o familiares para entrenar la comunicación clínica, pero la clave no es solo la tecnología, sino lo que ocurre después: el debriefing.

Esa conversación guiada en la que los alumnos analizan qué pasó, qué pensaron, qué sintieron y cómo podrían hacerlo mejor la próxima vez. Es ahí donde se consolidan el juicio clínico y la madurez profesional.

Cuando la práctica hace al médico

La simulación se ha convertido en una herramienta esencial no solo para los estudiantes, sino también para los equipos de salud en ejercicio.

Médicos, enfermeros, kinesiólogos y residentes partipan juntos en entrenamientos de reanimación, manejo de emergencias o protocolos quirúrgicos.

Practicar hasta que cada reacción sea segura y precisa, sin poner vidas en riesgo

Practicar en conjunto reduce los errores de comunicación y coordinación, causas frecuentes de eventos adversos en hospitales.

En países de la región, las investigaciones muestran que los equipos entrenados en simulación tienen mayor retención de conocimientos, tiempos de respuesta más cortos y mejor trabajo interdisciplinario.

Entrenar habilidades técnicas y emocionales fortalece la empatía y la comunicación con los pacientes.
Entrenar habilidades técnicas y emocionales fortalece la empatía y la comunicación con los pacientes.

Pero más allá de las estadísticas, hay una razón simple: nadie quiere que la primera vez que enfrente una crisis sea con un paciente real.

Un cambio cultural en la educación médica paraguaya

En Paraguay, la simulación ha ganado terreno en los últimos años. Diversas universidades y hospitales escuela cuentan hoy con laboratorios de habilidades clínicas, centros de simulación avanzada y espacios interdisciplinarios para entrenar procedimientos y comunicación.

Uno de los ejemplos más destacados es el de la UNISUD (Universidad Sudamericana), que ha concretado un proceso de evolución institucional enfocado en la excelencia y la innovación educativa y ha logrado posicionarse entre las 25 mejores facultades de Medicina del Mercosur, con su doble acreditación, nacional e internacional.

Con campus en Pedro Juan Caballero y Saltos del Guairá, la universidad invirtió más de USD 13 millones en infraestructura de vanguardia, incluyendo un centro de simulación avanzada donde los estudiantes practican desde el primer año situaciones reales de atención médica.

La Universidad Sudamericana invierte en infraestructura avanzada para formar médicos preparados y sensibles.
La Universidad Sudamericana invierte en infraestructura avanzada para formar médicos preparados y sensibles.

UNISUD ofrece una formación integral que combina teoría y práctica, con entrenamientos desde el primer día y convenios con instituciones de salud clave en Paraguay y Brasil”, resaltó la Dra. Silvia Brizuela, especialista en Oncología Pediátrica y rectora de la institución.

De esta manera, se convirtió en la única universidad en la región fronteriza y tercera en todo el territorio nacional en contar con convenios con el Instituto de Previsión Social (IPS) y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS), el Hospital Regional de Pedro Juan Caballero, Hospital Regional de Salto del Guairá y sanatorios privados.

Así también, colabora con hospitales brasileños, consolidándose como un puente entre ambos países y cuenta con una clínica universitaria que atiende a la comunidad.

Simular para humanizar

Más allá de la destreza técnica, la simulación médica también enseña algo más profundo: empatía y comunicación.

Parte del entrenamiento incluye cómo explicar un diagnóstico, pedir consentimiento informado o dar una mala noticia. En esos ejercicios, los alumnos aprenden a mirar a los ojos, a escuchar y a responder con claridad y respeto.

Los entrenamientos colaborativos entre médicos, enfermeros y kinesiólogos mejoran la coordinación y reducen errores.
Los entrenamientos colaborativos entre médicos, enfermeros y kinesiólogos mejoran la coordinación y reducen errores.

Esa práctica tiene impacto directo en la realidad: mejora la relación médico-paciente y la adherencia a los tratamientos, factores esenciales para el éxito de cualquier terapia.

“UNISUD ofrece una formación integral que combina teoría y práctica, con entrenamientos desde el primer día y convenios con instituciones de salud en Paraguay y Brasil”

La tendencia apunta a modelos híbridos: combinar la práctica presencial con simuladores virtuales y plataformas digitales que permiten evaluar el desempeño en tiempo real. Así, el aprendizaje se vuelve continuo, personalizado y accesible.

Si bien ningún maniquí reemplaza el contacto humano, la simulación complementa la formación tradicional, ofreciendo un entrenamiento indispensable para que, al llegar al hospital, la primera respuesta sea siempre la más segura y profesional.