Saiach y su vuelo inesperado

Con el norte trazado hacia la arquitectura, el diseñador Javier Saiach, correntino de nacimiento, vino a Paraguay al terminar la secundaria para vivir con su padre y estudiar la carrera. Pero no pasó mucho tiempo para que aquí encontrara su verdadera vocación: la moda. Hoy, sostiene dos talleres bajo la marca SAIACH. Esta es la historia de un puente entre dos tierras: raíces correntinas y el suelo paraguayo, una conjunción dio forma a un sello de la moda que hoy se muestra en la vidriera del Ritz de París.

Javier Saiach se dice profundamente emocionado de haber llegado, como un ave migratoria, a fronteras lejanas con el vuelo que le permitió la creatividad desplegada a través de la moda.
Javier Saiach se dice profundamente emocionado de haber llegado, como un ave migratoria, a fronteras lejanas con el vuelo que le permitió la creatividad desplegada a través de la moda. gentileza

Javier Saiach se dice profundamente emocionado de haber llegado, como un ave migratoria, a fronteras lejanas con el vuelo que le permitió la creatividad desplegada a través de la moda. “Sentí que las piezas llevaban consigo todo el recorrido: el litoral, Paraguay, los talleres, las manos que las bordaron. Verlas bajo la luz de París fue como ver a un hijo crecer y encontrar su propio lugar en el mundo”, refiere.

Con su marca SAIACH, desde el 2 de octubre sus piezas se encuentran exhibidas en la Galería del Hotel Ritz, situado en la icónica Place Vendôme y en su boutique online.

De acuerdo a su equipo de difusión, la cápsula reúne en estas piezas—vestidos de noche, de cóctel y conjuntos— que traducen en forma y textura la diversidad de Sudamérica. Cada prenda ha sido desarrollada con bordados artesanales en hilos de seda natural, aplicados tanto en superficie como en volumen 3D, además de trabajos de calado en la técnica Richelieu. Estos detalles, sumados a la elección de materiales nobles, evocan los paisajes del litoral argentino y la calidez de Paraguay, reinterpretados con un lenguaje actual.

Cada prenda ha sido desarrollada con bordados artesanales en hilos de seda natural.
Cada prenda ha sido desarrollada con bordados artesanales en hilos de seda natural.

Aquí, este diseñador abre su corazón y nos cuenta detalles de este “vuelo inesperado a París.

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-¿Qué te inspiró a crear la colección “El vuelo inesperado” y cómo se relaciona con tu trayectoria como diseñador?

-El vuelo inesperado nació de mi propia historia. Siempre me sentí muy arraigado a mi tierra, al litoral argentino y al tiempo que pasé en Paraguay, donde encontré un espacio fértil para crecer. Yo no era un ‘ave migratoria’. Creía que mi lugar estaba en los ríos, los esteros y las tradiciones que me formaron. Pero la vida, a veces, te invita a seguir un viento nuevo. Este vuelo representa el momento en el que decidí cruzar fronteras, sin perder la esencia que me hizo diseñador: el amor por lo artesanal, por la naturaleza y por las manos que bordan sueños.

-¿Cómo describirías el estilo y la esencia de tu colección en la Galería del Hotel Ritz de París?

-La colección es ligera y etérea, como un vuelo. Los bordados y los calados dialogan con la luz, evocando la vegetación, el agua y el movimiento de las aves. Hay una búsqueda de pureza en las siluetas, con líneas suaves y naturales, que al mismo tiempo transmiten sofisticación. Es una propuesta que honra las raíces sudamericanas pero que se siente en casa en el Ritz de París.

-¿Qué técnicas y materiales utilizaste para crear las prendas de esta colección y por qué los elegiste?

-Elegí trabajar con tul, crepe georgette, organza de seda natural y el bordado Richelieu, que es casi una firma en mi trabajo. Son materiales que respiran, que permiten que la luz los atraviese y que tienen memoria del gesto humano. Cada puntada es hecha a mano; detrás de cada pieza hay horas de paciencia y de arte. Me gusta pensar que no hacemos vestidos: construimos relatos tejidos con hilo de seda.

"Siento que no llegué solo: llegaron conmigo las artesanas, los bordados, las raíces de un lugar que a veces el mundo no mira lo suficiente", reflexiona Javier Saiach.
"Siento que no llegué solo: llegaron conmigo las artesanas, los bordados, las raíces de un lugar que a veces el mundo no mira lo suficiente", reflexiona Javier Saiach.

“Siento que no llegué solo”

-¿Qué significa para vos presentar tu colección en la Galería del Hotel Ritz de París, uno de los lugares más emblemáticos de la moda?

-Es un honor y un punto de inflexión. El Ritz es un símbolo de elegancia y de historia en la moda; estar ahí significa que nuestra voz, hecha en los talleres de Asunción y Buenos Aires, se escucha en el corazón del lujo mundial. Siento que no llegué solo: llegaron conmigo las artesanas, los bordados, las raíces de un lugar que a veces el mundo no mira lo suficiente.

-¿Cómo te sentiste al ver tus diseños en el corazón de la ciudad de la luz?

-Fue profundamente emocionante. Sentí que las piezas llevaban consigo todo el recorrido: el litoral, Paraguay, los talleres, las manos que las bordaron. Verlas bajo la luz de París fue como ver a un hijo crecer y encontrar su propio lugar en el mundo.

-¿Qué reacciones has recibido de la crítica y el público parisino sobre tu colección?

-La recepción fue cálida y curiosa. Muchos destacaron la riqueza de los bordados y la delicadeza de las siluetas. Lo que más me conmovió fue escuchar que la colección transmitía una poesía distinta, una mirada nueva que venía de Latinoamérica. También fue especial ver el interés que despertó el hecho de que haya vestido a mujeres como Juliana Awada, Rita Ora y la cantante Soko; eso generó una conexión inmediata entre la colección y referentes muy diferentes entre sí.

-¿Cómo creés que la identidad latinoamericana se refleja en tu colección y en tu trabajo como diseñador?

-Está en las texturas, en los colores que evocan la naturaleza, en el respeto por lo hecho a mano. Latinoamérica tiene una herencia de oficios que no se apura, que entiende la belleza en el tiempo y en el detalle. Esa manera de hacer, esa calidez, es el hilo invisible que une todo lo que hago.

"Mostrar que en nuestra región hay manos capaces de bordar con la misma precisión, pero con un espíritu propio, es una forma de abrir caminos para otros creadores", dise Javier Saiach.
"Mostrar que en nuestra región hay manos capaces de bordar con la misma precisión, pero con un espíritu propio, es una forma de abrir caminos para otros creadores", dise Javier Saiach.

Espíritu propio: siluetas limpias y actuales

-¿Qué importancia tiene para vos mostrar la riqueza cultural y artesanal de Latinoamérica en el escenario internacional?

-Es fundamental. Durante mucho tiempo, el lujo se miró solo desde las capitales europeas. Mostrar que en nuestra región hay manos capaces de bordar con la misma precisión, pero con un espíritu propio, es una forma de abrir caminos para otros creadores y de reivindicar que el verdadero lujo puede venir de cualquier latitud.

-¿Cómo lográs equilibrar la tradición y la modernidad en tus diseños?

-Me gusta pensar que la tradición es un lenguaje, y que la modernidad es la manera en la que lo contamos hoy. No quiero reproducir el pasado, sino honrarlo con nuevas formas. Tomo las técnicas heredadas, como el Richelieu o los calados a mano, y las pongo al servicio de siluetas limpias y actuales. Así, el vestido cuenta una historia de legado, pero respira un presente contemporáneo.

-¿Qué planes tenés para tu marca y tu carrera en el futuro cercano?

-Estamos consolidando nuestra presencia en París y, al mismo tiempo, trabajando en el Estudio SAIACH en Asunción, que será nuestra casa madre. Quiero que siga siendo un espacio donde el lujo se construye con manos humanas, pero que dialogue cada vez más con el mundo. El futuro para mí es seguir volando, pero siempre recordando de dónde despegué.

Creación de Javier Saiach quien dice: "Estamos consolidando nuestra presencia en París y, al mismo tiempo, trabajando en el Estudio SAIACH en Asunción, que será nuestra casa madre".
Creación de Javier Saiach quien dice: "Estamos consolidando nuestra presencia en París y, al mismo tiempo, trabajando en el Estudio SAIACH en Asunción, que será nuestra casa madre".

-¿Cómo ves la moda latinoamericana en el escenario global y qué papel crees que juega tu marca en este contexto?

-Creo que la moda latinoamericana está en un momento de reconocimiento, porque el mundo busca autenticidad y raíces. SAIACH es parte de esa voz que viene del sur, mostrando que podemos aportar sofisticación, pero también emoción y narrativa. No somos solo vestidos bellos: somos historias que viajan con cada puntada.

-¿Qué mensaje le darías a los jóvenes diseñadores que buscan seguir tus pasos?

-Les diría que escuchen su propia voz, que no se apuren. Que aprendan los oficios, que valoren a las manos que trabajan junto a ellos. La moda puede ser veloz, pero lo que deja huella nace del tiempo y de la dedicación. Y también les diría algo fundamental: que no copien. Que se inspiren, que experimenten, que desarrollen su propio lenguaje. En la moda hay fórmulas que pueden parecer fáciles de repetir y hasta dar resultados rápidos, pero el verdadero diseño nace cuando transformás la técnica en identidad. Muchos han hecho carrera repitiendo el camino que otros trazaron, pero eso no los convierte en diseñadores: los convierte en comerciantes que despachan modelos de una marca superior. ¿Por qué superior? Porque tiene un pensamiento y un estilo que la hace única. El verdadero logro no es imitar el éxito de alguien más, sino atreverse a construir el propio.

SAIACH en la vidirera del Ritz de París.
SAIACH en la vidirera del Ritz de París.

Proceso largo y exigente

-¿Qué fue lo más desafiante de preparar esta colección y presentarla en París?

-Lo más desafiante fue mantener la calma. El proceso fue largo y exigente: coordinar talleres en dos países, trasladar piezas tan delicadas, adaptarnos a un nuevo escenario… y además enfrentar el tema de la exportación. Fue un camino muy difícil porque tuvimos que adaptar todo a la situación legal de exportar hacia Côte d’Ivoire, especialmente por el nivel de artesanía que tenían las piezas y cómo desarrollar el proceso de forma correcta. Cada obstáculo fue también una confirmación de que estábamos listos para este paso.

-¿Qué momento destacas como el más emocionante de esta experiencia?

-El momento que más me emocionó fue cuando comencé a ver la prensa de Paraguay contándole a la gente lo que estaba pasando. Ahí sentí que no era solo un logro para mi marca ni para mis sueños personales, sino que también estaba dejando un legado para el país. Me conmovió pensar que no solo habíamos construido una marca con identidad y presencia internacional, sino que además estábamos destacando el talento y las manos artesanas de Paraguay, poniéndolas en un lugar de reconocimiento mundial.

-¿Qué aprendizaje te llevas de esta experiencia y cómo lo aplicarás en futuros proyectos?

-Aprendí que los sueños grandes se construyen paso a paso, con humildad y disciplina. También que cada vez que cruzamos una frontera, no solo llevamos nuestras creaciones: llevamos la cultura de la que venimos. Eso quiero seguir haciendo: representar a mi región con respeto y orgullo.

De la firma SAIACH.
De la firma SAIACH.

-¿Podrías recordarnos tus orígenes y tus lazos con el Paraguay? Además, ¿cómo fueron tus inicios como diseñador y cuál fue el camino recorrido?

-Soy correntino. Viví en Corrientes hasta terminar la secundaria, rodeado de la naturaleza, los ríos y esa identidad litoraleña que todavía siento muy mía. Después me vine a Paraguay, a Asunción, para estudiar Arquitectura y para vivir con mi padre, que residía aquí. Fue en Paraguay donde descubrí que mi verdadera vocación era la moda y donde pude formarme, crecer y desarrollar los talleres que hoy sostienen el alma artesanal de SAIACH. Mi historia es la de un puente entre dos tierras: las raíces correntinas que me dieron sensibilidad y amor por la naturaleza, y el suelo paraguayo que me ofreció un lugar fértil para que esa vocación floreciera.