Tener diversos estudios, incluso en nuestro país, indica que los graduados universitarios tienden a tener salarios más altos y una mayor estabilidad laboral a lo largo de su vida profesional.
Los empleos que requieren un título universitario suelen ofrecer, además, mejores beneficios.

La universidad, además de transmitir conocimientos técnicos, fomenta el pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos, la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la adaptabilidad.
Estas son habilidades blandas altamente valoradas hoy día por cualquier empleador, y son cruciales en el mercado laboral.
¿Sigue valiendo la pena?
Para profesiones como medicina, derecho o ingeniería, el título sigue siendo indispensable. Sin embargo, incluso en campos emergentes, la universidad ofrece algo irremplazable: una red de contactos, acceso a pasantías internacionales y un marco para el aprendizaje continuo, porque conecta a una red de profesores, compañeros y profesionales del sector que permiten un mejor desarrollo.
Los convenios internacionales y las alianzas con empresas que las universidades ofrecen hoy, abren puertas a pasantías, proyectos y oportunidades laborales que de otra manera serían difíciles de conseguir.

Si bien la automatización y la inteligencia artificial están transformando el mercado laboral, los roles que requieren creatividad, habilidades sociales, juicio crítico y resolución de problemas complejos, a menudo cultivados en la universidad, son menos susceptibles de ser reemplazados, porque una formación universitaria puede preparar para los trabajos del futuro.
Otro punto a favor del estudio terciario es que más allá de lo profesional, la universidad contribuye al desarrollo personal, ampliando la visión del mundo, fomentando la disciplina y la autonomía, y proporcionando un marco para el aprendizaje continuo.
El valor de la educación universitaria
Es cierto que hoy existen alternativas valiosas, como bootcamps, certificaciones especializadas, cursos online y el aprendizaje autodidacta, especialmente en campos tecnológicos, que pueden ofrecer una inserción laboral más rápida para roles específicos.
No obstante, es crucial elegir una carrera que sea relevante y tenga demanda en el mercado laboral investigando las proyecciones de empleo y las habilidades más buscadas.

Las universidades modernas están evolucionando para incluir más experiencias prácticas, proyectos y vinculación con la industria para asegurar que los egresados estén listos para el mundo laboral.
En Paraguay, aunque la tasa de acceso a la universidad para los jóvenes aún presenta desafíos, porque menos del 20% de los jóvenes entre 19 y 23 años la cursan, el valor de la formación universitaria sigue siendo reconocido y buscado por las empresas.
Desafíos, oportunidades y futuro
Nuestro país experimenta un crecimiento en la matrícula universitaria en los últimos años, lo que indica una mayor formación académica.
Se expandió el acceso a la educación superior, alcanzando una tasa de asistencia del 25% de la población entre 19 y 23 años, según datos de la OEI de julio de 2024.

La mayor parte de la matrícula universitaria se concentra en universidades privadas, que representan aproximadamente el 82% de los estudiantes, y las universidades públicas tienen 18% de matriculados.
En esta estadística existe una fuerte concentración de estudiantes universitarios en Asunción y el departamento Central, que agrupan el 55% del total, seguidos de las zonas fronterizas, como Alto Paraná y Concepción.
Crecimiento de la matrícula femenina
La matrícula de mujeres en la educación superior muestra una tendencia creciente y sostenida, superando a la de los varones en el periodo 2000-2017, con un aumento más acentuado en los últimos años.
A pesar del aumento en la matrícula, el sistema universitario paraguayo enfrenta retos en cuanto a calidad, equidad y acceso, especialmente vinculados a un financiamiento insuficiente.
Como desafíos, están las discrepancias entre el número de graduados, sus posiciones laborales y el crecimiento económico, lo que sugiere la necesidad de una mayor conexión entre la formación universitaria y las demandas del mercado laboral.

Para restar esta diferencia, la excelencia académica en las universidades modernas se manifiesta en un cuerpo docente más calificado, que combina la teoría con la experiencia práctica y la investigación.
Hoy las instituciones se enfocan en impartir currículos actualizados y fomentar el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la capacidad de análisis, logrados con metodologías pedagógicas innovadoras, programas de tutoría y el desarrollo de habilidades blandas que son cruciales en el mercado laboral.
Las becas de excelencia académica, por ejemplo, buscan atraer y retener a los talentos más prometedores, invirtiendo en su formación integral.
Más allá del aula
La innovación es el motor que impulsa a las universidades. Esto se traduce en la inversión en laboratorios de última generación, centros de investigación y desarrollo y la promoción de proyectos que abordan los desafíos actuales de la sociedad.
Las universidades están integrando tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, big data y robótica en sus programas, formando profesionales capaces de usar estas herramientas, crearlas y aplicarlas en diversos campos.

La innovación se extiende a las metodologías de enseñanza con un creciente uso de plataformas digitales, clases híbridas y recursos interactivos que hacen el aprendizaje más dinámico y accesible.
Puertas al mundo
Los convenios internacionales son, sin duda, una de las mayores oportunidades que ofrecen las universidades contemporáneas.
Estos acuerdos permiten programas de intercambio para cursar parte de la carrera en el extranjero, exponiendo a los estudiantes a diferentes sistemas educativos, culturas y formas de pensar.
Esto enriquece su preparación académica, forja su carácter y amplía su visión global.
Algunos convenios ofrecen la oportunidad de obtener doble titulación universitaria o de realizar estudios de posgrado en instituciones de prestigio mundial.
La investigación colaborativa facilita la participación de docentes y estudiantes en proyectos de investigación con equipos internacionales, promoviendo el intercambio de conocimientos y la generación de soluciones a problemas globales.
De esta manera se crean redes de contacto valiosas con estudiantes, profesores y profesionales de diversas partes del mundo, abriendo puertas a futuras colaboraciones o empleos internacionales.