Según recuerda la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), fue el 25 de mayo de 1961 cuando el presidente John F. Kennedy anunció el “ambicioso” objetivo de enviar a un estadounidense a la Luna con un retorno a salvo antes del final de la década.
También menciona que varios “factores políticos” afectaron la decisión del estadounidense, entre ellos la presión para que Estados Unidos “alcanzara y superara” a la entonces Unión Soviética en la “carrera espacial”, luego del enorme impacto que generó el ruso Yuri Gagarin al convertirse en abril de 1961 en el primer ser humano en orbitar la Tierra.

El objetivo fue cumplido y no importa cuántas décadas pasen, el Apolo 11 será recordado siempre como el hito del hombre en la Luna. Para saber más sobre este tema, el Prof. Dr. Félix Kanazawa, investigador especial de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (FPUNA), contesta una serie de preguntas.
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¿Qué fue la misión Apolo 11 y quiénes formaron parte de su tripulación?
Antes del fin de la década del 60, el presidente John F. Kennedy tuvo la valentía y el coraje de llevar a cabo el ambicioso proyecto de enviar un estadounidense a la Luna y traerlo sano y salvo a casa. Fueron tiempos de la Guerra Fría, cuando se vivía una escalada en la carrera espacial con la Unión Soviética. Esa misión fue encomendada a la NASA con el programa Apolo, para lo cual la NASA efectuó varias misiones de prueba y vuelos de desarrollo.
La prueba del Apolo 1 resultó en la muerte de tres astronautas en un incendio de la cápsula durante un simulacro en tierra. El Apolo 7 fue la primera misión tripulada en órbita terrestre, con lo que se probaron sistemas de la nave y el comportamiento del cuerpo humano en el espacio; con el Apolo 8, los astronautas orbitaron la Luna, el Apolo 9 realizó maniobras de separación y acoplamiento y el Apolo 10 simuló los pasos del alunizaje, sin aterrizar en la Luna. Todas estas pruebas ayudaron a preparar la tecnología y las operaciones para el vuelo lunar.
Misión crucial
Kanazawa refiere que la misión Apolo 11 fue lanzada por el cohete Saturno V desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, el 16 de julio de 1969 a las 13:32 UTC, después de la quinta misión tripulada del programa Apolo. El Apolo 11 alunizó en un lugar de la Luna denominado “Mar de la Tranquilidad”. El tiempo exacto del Apolo 11 para llegar a la Luna fue de 76 horas y 56 minutos, desde el lanzamiento hasta la inserción en la órbita lunar.
Asimismo, detalla que el equipo estaba compuesto por tres astronautas: Neil Armstrong, el comandante de la misión y primer ser humano en pisar la Luna, un día como hoy, 20 de julio de 1969, a las 02:56 UTC. Antes de posar su primer pie en la Luna, se cercioró de que el suelo fuera suficientemente sólido antes de dar el paso histórico. La bota del astronauta se hundió apenas 2 cm en la superficie y las patas del módulo lunar se hundieron unos 20 cm.
El astronauta Buzz Aldrin pisó el suelo lunar 19 minutos después de Armstrong y Michael Collins fue quien pilotó el módulo de comando en órbita lunar. Los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin estuvieron un total de 21 horas y 36 minutos en la superficie lunar durante la misión Apolo 11.
En ese tiempo realizaron varios experimentos científicos emblemáticos, como medir terremotos lunares o los efectos de impactos de meteoritos, un retrorreflector de medición láser permitió medir con precisión la distancia entre la Tierra y la Luna; otro experimento, creado por científicos suizos, recopiló partículas de viento solar para que los investigadores pudieran analizar su composición. El equipo también registró extensas observaciones de la superficie lunar, fotografió el terreno y recopiló 22 kilogramos de muestras de roca, suelo y polvo.
¿Cuál es su importancia en la historia?
Gracias a los materiales recogidos por los astronautas, dice Kanazawa, se pudo determinar con el análisis la composición química de las rocas lunares, lo que contribuyó a reforzar la teoría de que la Luna era en realidad un fragmento de la joven Tierra.
Ese día quedó grabado para siempre con la frase de Armstrong: “Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Fue un momento cumbre de la carrera espacial y un símbolo de lo que la humanidad puede lograr cuando combina ciencia, tecnología y mucha audacia.

“La llegada a la Luna fue un hito trascendental para la humanidad, demostrando la capacidad tecnológica para explorar el espacio, un entorno hostil para el ser humano. Este logro no solo representó un avance científico y tecnológico, sino que también tuvo un profundo impacto cultural y psicológico, inspirando a generaciones y redefiniendo la percepción humana del universo”, sostiene el profesor.
¿Cuál es el legado del Apolo 11 para las futuras misiones y la astronomía en general?
El Apolo 11 sentó las bases para la exploración espacial moderna y nos dejó lecciones clave sobre navegación espacial, supervivencia en el espacio y hasta geología lunar. “Sin esa experiencia, hoy no estaríamos hablando de misiones a Marte, estaciones lunares o turismo espacial”, agrega el entrevistado.
También es digno destacar la participación de la mujer en la misión de Apolo 11, el diseño y la implementación del programa de vuelo fueron liderados por Margaret Hamilton. La cápsula lunar tenía una computadora de vuelo que fue central para ejecutar la misión, ya que permitió realizar la navegación y el pilotaje automático; en esa época, para dar instrucciones a la computadora se utilizaban trozos de cartón con hoyos; la tarea de desarrollar programas informáticos fue muy innovadora para su época, actualmente se tienen constelaciones de satélites, que requieren el uso de algoritmos de inteligencia artificial.

En el campo de las ciencias de los materiales, se desarrollaron elementos más ligeros, resistentes y con propiedades térmicas mejoradas para uso en trajes espaciales, módulos lunares y otros equipos.
Interés por el espacio en Paraguay
En nuestro país, el desarrollo aeroespacial y los avances en temas aeroespaciales se encuentran en un nivel incipiente; por ejemplo, el desarrollo llevado a cabo por la Agenda Espacial del Paraguay (AEP), en conjunto con la Agencia Espacial del Japón JAXA y la Universidad Kyutech de Japón, con ingenieros aeronáuticos paraguayos de la Facultad de Politécnica UNA, quienes diseñaron, desarrollaron y lanzaron el primer nanosatélite de baja órbita “Guaranisat 1”, con fines científicos para detectar focos de vinchucas en el país (por el mal de Chagas), por medio de sensores en ubicaciones clave en toda la geografía del país. Actualmente se desarrolla en Japón el segundo nanosatelite “Guaranisat 2”, en cooperación con la Agencia Espacial del Japón JAXA, también con los mismos ingenieros aeronáuticos paraguayos.
Otro hito a nivel académico se puede mencionar, que entre 9 y 14 de junio de 2025, el Grupo de Investigación en Sistemas de Propulsión Aeroespacial (GISPA), compuesto por estudiantes de la Facultad de Politécnica UNA, participaron por primera vez en la mayor competencia de Ingeniería de Cohetes IREC 2025 en Midland Texas EE. UU., donde compitieron 200 mejores universidades aeroespaciales del mundo, con el lanzamiento exitoso del cohete “Yaguareté 2”, que por primera vez un cohete paraguayo sobrepasó la barrera del sonido, el equipo del GISPA ocupó el puesto 48 entre los primeros mejores 50 equipos que cumplieron satisfactoriamente con las exigencias de la competencia con un lanzamiento exitoso.