“Quería hacer la película de carreras más auténtica que alguna vez se haya hecho”, expresa el director Joseph Kosinski con respecto a “F1” y al correo electrónico con el que convenció al piloto Lewis Hamilton de sumarse a este proyecto cinematográfico.
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“Para poder cumplir esta promesa tuvimos que construir todo un nuevo sistema de cámaras para capturar la velocidad de estos autos, una alianza con la Fórmula 1 para que podamos rodar en carreras reales por todo el mundo y, lo más importante, fue encontrar a dos actores que pudieran manejar de verdad estos autos en la película”, añade el cineasta, durante una conferencia de prensa celebrada en México a la que ABC tuvo acceso.
Así sumó a Brad Pitt para interpretar al experimentado piloto Sonny Hayes y al joven Damson Idris para dar vida al novato Joshua Pearce.
Para Pitt, quien también es productor de la película, la propuesta de Kosinski fue un sueño hecho realidad: “Estuve tratando de hacer una película de carreras por una década, ya sea en autos o en motocicletas. Estoy muy agradecido porque la experiencia que Joe nos dio nos puso en los autos y en este ecosistema de las carreras de F1, con todos los pilotos y los equipos. Fue una experiencia extraordinaria”, afirma.

El actor estadounidense, que en 2020 ganó el Óscar por su trabajo en Érase una vez en… Hollywood, sostiene que en toda su carrera nunca vivió una experiencia como esta y que siempre estará agradecido con Kosinski “por ser el arquitecto de esta alocada idea”.
Una historia muy humana
El productor Jeremy Kleiner, por su parte, destaca que la película ha logrado no solo tener una autenticidad técnica, sino también ofrecer una historia muy humana: “Había una ambición muy grande y creo que hemos logrado algo de calidad”.
Damson Idris comenta que antes de obtener el papel estuvo manejando en California y en unos simuladores, donde pudo obtener alguna noción de lo que es un coche de Fórmula 1.
“Después descargué el juego de F1, creé un personaje ficticio y gané un campeonato. Así que de cierto modo lo estuve manifestando. Y cuando realmente obtuvimos el papel fue un intenso entrenamiento de Rockingham a Silverstone, Palm Springs y Austin, Texas. Todo el circuito desde Fórmula 4 hasta Fórmula 1”, detalla.

Para Brad Pitt, la idea de estar en el auto lidiando con la fuerza G es algo que no se puede imitar. “Estuvimos entrenando básicamente por dos años. A veces siento que me gustaría filmar otra vez porque para el final nos volvimos bastante buenos como conductores”, sostiene.
La actriz irlandesa Kerry Condon, quien interpreta a Kate, afirma que una de las cosas que descubrió con esta película es lo agotador que resultan los viajes por todo el mundo que realizan los equipos de la F1.
“Suena maravilloso, pero realmente es muy cansador. Terminan una carrera y ni siquiera pueden celebrar porque ya tienen que irse a otro sitio. Es realmente extenuante. Es un gran desgaste físico, no solo para los pilotos, sino para todos”, comenta.

La intérprete tuvo además la oportunidad de conversar acerca de sus experiencias con varias mujeres ingenieras que son parte de los equipos. “En las facultades de ingeniería son principalmente hombres, así que se acostumbraron a estar alrededor de los muchachos. Cuando llegaron a la Fórmula 1 fue como estar en la universidad”, indica.
La trama de F1 presenta a Sonny Hayes, quien fue el fenómeno más prometedor de la Fórmula Uno en la década de 1990 hasta que un accidente en la pista casi trunca su carrera. Treinta años después, su excompañero de equipo Rubén Cervantes (Javier Bardem) lo contacta y lo convence de regresar a la competencia para salvar a su equipo, que está al borde del colapso. El piloto conducirá junto con Joshua Pearce, el novato estrella que intenta marcar su propio ritmo.

“Sonny es un personaje que ya tuvo una experiencia en la F1 y no ha tenido éxito en ello. Hizo las paces con eso y avanzó, pero a veces en la vida esas cuestiones que no han sido resueltas vuelven y esas son las historias optimistas que me conmueven”, reflexiona Pitt.
Agrega que en la película también veremos a Kate “luchando contra el techo de cristal” y a Joshua Pearce “tratando de encontrar su camino en medio de un gran escrutinio”, mientras el personaje de Bardem “es alguien que está tratando de mantener este sueño”.
En este sentido, el productor Jeremy Kleiner sostiene que esta película trasciende al deporte y es una hermosa historia acerca de la vida, de las segundas oportunidades y de encontrar ese lugar al que consideramos nuestro hogar.
Interactuando con los pilotos
Brad Pitt celebra la inclusión del piloto Lewis Hamilton en el equipo de producción de la película, con quien mantuvieron reuniones de hasta 12 horas durante el desarrollo del guion y la preproducción.
“Mucho de él está en esta película. Sabe tanto que incluso en la postproducción él nos indicaba este tramo, este equipo; el conocimiento que tiene de las carreras es increíble”, detalla.

Damson Idris también destaca que el piloto, que ha logrado siete títulos mundiales, trajo mucha alegría y pasión al proyecto, acompañándolos en cada paso del camino. “Fue un sueño hecho realidad”, acota.
Pitt remarca que antes de iniciar el rodaje participaron de reuniones de pilotos para explicarles acerca del proyecto, ganar su confianza y expresarles su respeto por el deporte.
“Ellos nos hicieron sentir como en casa. Recuerdo que Carlos Sainz siempre venía a nuestro garaje a saludar, trataba de colarse en las tomas para estar en la película”, expresa Idris entre risas.
A su vez, Kosinski recuerda que George Russell también solía frecuentar el set y averiguar qué estaban haciendo.
Realizar el rodaje en medio de las carreras reales tuvo su complejidad, según comenta Kerry Condon, ya que para realizar una de las escenas tenían que tener cuidado de no tocar los vehículos, ya que verdaderamente podrían ser descalificados.
Cámaras en miniatura
Tras su experiencia en Top Gun: Maverick, el director Joseph Kosinski buscó trasladar ese mismo sistema de cámaras a F1, pero en miniatura. “Lo hicimos lo más pequeño que podíamos, me imagino que estos muchachos hubieran querido que sean aún más chicas porque estaban justo en sus caras todo el tiempo mientras manejaban”, comenta.
Añade que los actores “tenían cuatro cámaras enfocando sus rostros a medida que manejaban en la pista. (…) Estas cámaras también se mueven, es una innovación que desarrollamos para esta película”, acota.

El cineasta subraya además que la razón por la que esta película “se siente inmersiva” es porque los actores estaban manejando realmente, a unas 180 millas por hora (unos 280 km/h).
“Las cámaras están montadas en los autos y estamos filmando durante carreras reales, entre prácticas y sesiones de clasificación. El público puede sentirlo; hicimos todo ese esfuerzo para que se sienta real”, concluye.