Entre la historia y el inframundo asunceno

Entre los mitos y leyendas de la Madre de Ciudades está el de los túneles ocultos. Es precisamente la trama de la novela La Caverna de Asunción, de Richard E. Ferreira-Candia, que presenta un relato atrapante donde conviven la filosofía, la cruda realidad, las historias fantásticas y ¿por qué no? el realismo mágico.

Richard Ferreira-Candia, durante el lanzamiento del libro La caverna de Asunción, en el Centro Cultural El Lector.
Richard Ferreira-Candia, durante el lanzamiento del libro La caverna de Asunción, en el Centro Cultural El Lector.Gentileza

Ficción y realidad, pasado y presente se entremezclan con maestría a través de una pluma exquisita que conquista al lector desde la primera página. Esa es la experiencia con La Caverna de Asunción (Editorial El Lector), que se presenta hoy en la Feria Internacional del Libro, luego de un exitoso debut en la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. El autor Richard Ferreira-Candia conversa con ABC Revista.

–¿De dónde surgió el título? La caverna es un lugar, una metáfora o es el tiempo...

–La primera vez que me imaginé una caverna en Asunción fue cuando tenía 10 o 12 años, con una pregunta que se haría cualquier niño curioso y con mucha imaginación. Ya mayor, luego de leer a Saramago y su novela La caverna, no tenía dudas de que si escribiera una novela, iba a usar esa figura. La caverna es efectivamente una metáfora de dos pilares: el poder político, siempre oculto, y el recorrido de la vida desde el nacimiento. Es también el tiempo desde una visión histórica del Paraguay y Asunción, que tiene que ver con el recorrido de las vivencias, no de una persona, sino de varias que son presentadas en un entorno real o imaginario.

Richard Ferreira y su libro La caverna de Asunción.
Richard Ferreira y su libro La caverna de Asunción.

–¿Y el héroe de la historia, cómo surge y quién es la mujer que siempre se le cruza en el camino?

–El comandante es un personaje que nació entre los años 2006 y 2008 con artículos de análisis que escribía en un diario, y representa distintas voces, distintos actores, desde una mirada analítica y crítica si se considera su visión sobre la situación social. Es, a la vez, en algunos aspectos, el pensamiento del silencio de quien escribe. La mujer representa una figura única. Representa a las mujeres que aparecen en la vida de uno y se convierten en importantes, desde la niñez y a lo largo de la existencia. Ella es el amor, la comprensión, la compañía, la amistad, el pensamiento, la razón.

–¿Qué representa para vos este relato-novela?

–Es una conexión entre recuerdos, vivencias y el análisis sobre la vida, la que uno vivió, la que vive y la que espera vivir. Expone lo que han pasado muchas personas. Sería un error creer que un personaje, tanto el comandante así como los demás, solo representen una historia. No, son varias conectadas bajo el paraguas de un nombre.

El mirador del cerro Lambaré o cerro Verami es muy concurrido por pobladores locales y turistas.
El Cerro Lambaré es el punto mencionado en la obra como la Entrada a la caverna.

–Tiene muchos elementos históricos y simbólicos...

–Lo histórico busca rescatar hechos que nos hacen pensar y analizar sobre lo que pasó para entender lo que sucede hoy, sobre todo en el campo del poder y la política. Lo simbólico complementa una narrativa presentada con técnicas periodísticas para darle una vuelta a lo imaginativo que trata de ser mágico.

–Me gustó mucho la reivindicación del café: “Un café es como una bolsa de valores en la política”, como dice la cita del español Luis Arroyo...

–Los cafés y, sobre todo, aquello que rodea los cafés, no pueden desaparecer. Lo que implica el “tomemos un café” es una parte importante para el ser humano, la necesidad de compartir sus pensamientos, de ser escuchado, de escuchar. Hay gente que corre del café, quizás por el temor de hablar sobre lo que tiene guardado de una manera silenciosa.

Ita Pyta Punta, otro de los puntos claves en el misterioso mapa.
Ita Pyta Punta, otro de los puntos claves en el misterioso mapa.

–¿La seudoparticipación es un problema paraguayo actual o de generaciones? En redes sociales es el mal de nuestros días...

–Es un problema de generaciones y no solo paraguayo. Y se ahondó con la irrupción de las tecnologías y el acceso a ser parte de la generación de contenidos. Hay gente que, por dar “me gusta”, un RT o dejar un comentario en algún entorno digital, cree que ya está participando en la sociedad. Es, desde luego, importante ser parte de una avalancha digital sobre un tema actual, pero es una herramienta. No hay que confundir con una participación real, activa, que solo se puede dar si nos involucramos de verdad en las acciones que creemos pueden, por ejemplo, mejorar el país.

La historia transcurre entre el pasado y el presente con mucho simbolismo y filosofía.
La historia transcurre entre el pasado y el presente con mucho simbolismo y filosofía.

–El Paraguay sigue siendo un “espejo luminoso, pero fragmentado”, como decía Roa Bastos...

–El espejo luminoso, pero fragmentado, del que hablaba Roa Bastos sigue estando con sus parches, remiendos, puestos principalmente por la sociedad con su esfuerzo diario. Pero es como que cada vez tiene más grietas. Vivimos momentos en que esa fragmentación se da en todos los campos de la sociedad, el político, ideológico, religioso.

–¿Las salidas de la caverna tienen algún significado especial? Esa puerta al anfiteatro de la Facultad de Filosofía es de muy grata nostalgia...

–Las salidas que se mencionan aparentemente, no son las únicas. Las que aparecen son utilizadas para rememorar lugares o hechos que hacen a la historia, la de Asunción, y del personaje principal. El anfiteatro de Filosofía que ahí está en el olvido, rememorará recuerdos de quienes pudieron disfrutar de ese espacio en la caverna de Asunción.

pgomez@abc.com.py

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