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¿Cuál es el rol de los sacerdotes jóvenes en la Iglesia? ¿Que hay de los curas influencers? ¿Es posible evangelizar con IA y redes sociales? ¿Cómo hacer que la feligresía se despegue del celular por lo menos en la misa? ¿Qué habilidades debe tener el religioso de nuestros días?
Son preguntas latentes en estos tiempos. Cuatro sacerdotes jóvenes y dinámicos que mueven multitudes en sus parroquias y llegan siempre con un nuevo mensaje desde las iglesias responden a nuestra consulta: el padre Hugo Fernández, del templo de la Encarnación; el padre Héctor Fariña Garcilazo, párroco y rector del santuario María Auxiliadora; el padre Cristián Rodríguez, rector del santuario joven de Schoenstatt, y el hermano Tomás Sosa, sacerdote franciscano capuchino.

“El papel de los sacerdotes jóvenes en la iglesia es justamente tratar de conectar con las nuevas generaciones”, afirma el sacerdote salesiano Héctor Fariña Garcilazo (40 años, nacido en Asunción), quien además se destaca por sus actividades en el Monseñor Lasagna.
La respuesta la complementa el padre Hugo Fernández (37 años, nacido en Lambaré), cura párroco de la Encarnación y director de Bienes Patrimoniales y Culturales de la Arquidiócesis de Asunción: “Los jóvenes sacerdotes aportan a la iglesia una peculiar vitalidad en el espíritu y deseo evangelizador. Hijos de su época, utilizan los medios a su alcance, el valor de la experiencia de quienes ya han recorrido más tiempo y el coraje de seguir radicalmente el evangelio en los desafíos de este tiempo”, asegura.
Para el padre Cristián Rodríguez (36 años, argentino, de Tucumán), rector del santuario joven y asesor de la juventud masculina secundaria de Schoenstatt, afirma: “Aunque el papel del sacerdote es independiente de la edad, los sacerdotes jóvenes tenemos más cercanía con la realidad que están experimentando las nuevas generaciones. Eso nos ayuda a estar en sintonía con ellos, que vean que dentro del mundo podemos elegir a Dios y ser católicos”.
El sacerdote franciscano capuchino hermano Tomás Sosa (44 años, nacido en Asunción), coordinador del programa Gotas de Paz, de la capilla San Pío de Pietrelcina de Surubi’i (Mariano Roque Alonso), responde en el mismo sentido: “El papel de los sacerdotes jóvenes en la Iglesia es transmitir, desde esa juventud, el rostro de Dios que es vida, que es esperanza y alegría para todos los fieles, pero de un modo más especial a las nuevas generaciones. Los chicos hoy, aunque no aparenten, buscan y tienen sed de lo trascendente; cuando sos capaz de hablar con ellos de frente y con argumentos claros, se enganchan al camino de la fe y son geniales”.
Sacerdotes <i>influencers</i>
¿Qué hay de los sacerdotes influencers? Ser influencer hoy día ya no es algo ajeno al sacerdocio, pero podría tener su riesgo, al decir del padre Héctor: “El mundo digital es un desafío, y en los últimos años se han multiplicado distintas iniciativas católicas, tanto de laicos, laicas, religiosos, religiosas, sacerdotes. Yo considero que el trabajo de los sacerdotes que se dedican a eso es muy interesante para la evangelización, pero no está exento de riesgos. ¿Por qué? Porque están muy expuestos y también tenemos casos de algún influencer que de repente se ha perdido”.
El padre Hugo se basa en el mandato cristiano: “Anunciar el Evangelio a todo el mundo conlleva también adecuarse a las épocas. Por eso veo con mucha alegría que en este mundo cada vez más digital existan sacerdotes que tienen la peculiar actitud de, no solamente pararse en el púlpito a enseñar, sino también difundir el mensaje del evangelio en diversas plataformas, con diferentes estilos y suscitando una interesante discusión entre quienes los siguen o no. De esa manera llegan inclusive a personas que físicamente nunca han tenido algún diálogo o plática físicamente con algún sacerdote”.
El padre Cristián señala que la pregunta es un tanto difícil y la argumenta: “Hace unos 6 años que empecé un camino para tratar de disminuir el uso de las redes, del celular y ponerme límites en este sentido… No es fácil, lo sigo conquistando. Siempre es bueno anunciar en todas las redes a Cristo, estar en las redes para llevarlos a una vinculación con Jesús. De todas maneras, creo que somos tan vulnerables como cualquier otra persona, y muchas veces podemos caer en mostrarnos más a nosotros mismos que transmitir a Cristo, y en ese sentido, creo que no todos pueden asumir las implicancias que tiene ser influencer, es demasiada exposición. Tengo claro que yo no podría”.
Para el hermano Tomás “el mayor influencer de la historia sigue siendo Jesús, es decir, sus palabras, sus acciones, su modo de comunicar la verdad de Dios siguen teniendo una actualidad impresionante. Los sacerdotes somos embajadores de Jesús, tenemos la misión de influenciar a toda la sociedad, ser capaces de transformar a la masa. Si un sacerdote no es influencer, es decir, si no genera cambios a su alrededor, estaría faltando a su propia vocación y misión”.
Uso de inteligencia artificial y redes

Sobre utilizar la IA y las redes sociales, el padre Héctor Fariña comenta que estas herramientas tecnológicas deben ser utilizadas para dar a conocer las cosas que se están haciendo, invitar a las actividades y construir contenidos originales. El padre Hugo Fernández agrega que contribuyen a la difusión de contenido formativos de la doctrina de la Iglesia, el mensaje del evangelio y ayuda a dar visibilidad a las acciones de los grupos y movimientos, compartir propósitos y acciones.
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En el mismo sentido lo ve el padre Cristián Rodríguez, quien apela a Instagram para difundir mensajes y grupos de WhatsApp para ayudar y estar conectado con la gente: “Somos una sociedad de la inmediatez y, en ese sentido, las redes nos hacen estar en el aquí y en el ahora”. No obstante, cree que es un gran desafío utilizar las redes para el contacto humano y los vínculos experimentando el misterio de la fe en la Iglesia, que es comunidad.
El hermano Tomás Sosa completa la idea: “Dejarnos ayudar por las nuevas tecnologías tiene un gran beneficio para la tarea de evangelización de la Iglesia”. De hecho, dada su experiencia como coordinador del programa Gotas de Paz, demuestra que las redes ayudan a una máxima difusión para llegar a la feligresía.
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Celulares en la misa
Y como en la vida cotidiana, incluyendo la mesa familiar, el colegio y las escuelas, hay quienes no pueden desprenderse un minuto del celular. Este mal hábito también suele llegar a las iglesias.
El padre Héctor lo califica como una “mala costumbre” que se está extendiendo y que, así como en el aula uno debe desprenderse del celular para prestar atención al docente, en los templos hay que desconectarse de ellos. “Creo que no nos hemos informado suficientemente sobre las posibles adicciones que generan y no hemos tenido lo que se denomina el consentimiento informado”, advierte.

Coincide el padre Hugo en que “los extremos siempre son dañinos y que ello se aplica también en el ámbito religioso. Todo lo que distraiga de sobremanera de la relación con Dios es dañino porque interfiere en el crecimiento espiritual. La santa misa es el centro y culmen de nuestra experiencia y caminar espiritual, por ello no está permitido distraerse con elementos o acciones que no tiendan al culto”.
El padre Cristián reconoce que “cuesta mucho dejar el celular”, aunque señala que pocas veces se ve a alguien usar el celular en misa, pero si ello ocurre “entristece”. A su criterio, estar en la iglesia “te regala estar desconectado de la tecnología” y es una de las pocas horas en que no estamos frente a la pantalla. Es, por tanto, uno de esos momentos que hay que aprovechar para alimentar el alma. Ese momento ideal es la misa.
El hermano Tomás refuerza esta perspectiva al señalar que debemos estar atentos y concentrados durante la celebración. “Sugerimos, antes de cada misa, que los fieles dejen sus celulares o que los coloquen en modo silencioso. Hay que ubicarse y entender quién es el centro de mi vida cuando estoy en misa”.
Habilidades para religiosos de nuestro tiempo
Sobre las habilidades que deben tener los sacerdotes en nuestros días, el padre Héctor Fariña apunta que “la habilidad fundamental es el arte de comunicar, ya que Jesús fue un comunicador nato. Una buena noticia hay que comunicarla, y ello exige creatividad. Jesús en su época fue bastante creativo”.
Para el padre Hugo Fernández “la primera habilidad debe ser el entusiasmo de querer servir a los demás, de desear manifestar a Dios y acercar su mensaje a todos. Con ello es importantísimo hoy día ser prudentes y también aprender a manejar los medios de nuestro tiempo, la informática, las redes, ejercer acompañamiento psicológico cuando alguien necesita que se le escuche”.
El sacerdote Cristián Rodríguez dice que los seres humanos vamos adquiriendo habilidades tecnológicas desde nuestro nacimiento y vamos capacitándonos casi sin darnos cuenta porque el mundo favorece esa situación. Sin embargo, se necesita “saber manejarlas” y “saber controlarse en un sano uso”. También menciona que tentación de obtener resultados inmediatos afecta a nuestras generaciones: querer hacer TODO, hacerlo AHORA, hacerlo SOLO. “Nosotros, los sacerdotes, no somos la excepción. Las cosas llevan su tiempo y es importante aprender a esperar”, recomienda.

El hermano Tomás Sosa reflexiona que un sacerdote de nuestros días, así como de cualquier época, debe ser consciente de lo que su vida y su ministerio expresan. “Somos ministros de Cristo, mientras celebramos un sacramento, lo hacemos in persona Crhisti, debemos empaparnos del misterio que vivimos y celebramos”. Su recomendación es no caer en la rutina o el ejercicio del ministerio sacerdotal como algo mecánico.
El mensaje a la juventud
Sobre un buen mensaje para los jóvenes ante la tecnología de nuestros días, el padre Héctor Fariña insiste en que hay que fomentar más el encuentro comunitario e interpersonal.
Y el padre Hugo amplía la conclusión: “Que el uso de la tecnología no sustituya la vida de fe en la oración personal e íntima con Dios, que el compartir todo con agentes virtuales no reemplace el compartir directo y presencial con quienes nos rodean, con nuestras familias y amigos. Que también cada día busquemos unas redes más humanas, más genuinas, más cercanas y afectivas”.

Frases claves
“(Al ser influencer) están muy expuestos y también tenemos casos de algún influencer que de repente se ha perdido”. Padre Héctor Fariña.
“Que también cada día busquemos unas redes más humanas, más genuinas, más cercanas y afectivas”. Padre Hugo Fernández
“El mayor influencer de la historia sigue siendo Jesús, es decir, sus palabras, sus acciones, su modo de comunicar la verdad de Dios”. Hermano Tomás Sosa.
“Tenemos más cercanía con la realidad que están experimentando las nuevas generaciones. Eso nos ayuda a estar en sintonía con ellos”. Padre Cristián Rodríguez.
Cadenas de WhatsApp o Spam
Con esas cadenas de WhatsApp que se propagan a diario debemos tener mucha precaución. “Algunas son fake news, bastante ridículas en sus planteamientos, inclusive no tienen nada de fe cristiana, porque venga de la carita de algún santito”, advierte el pa’i Héctor Fariña.
El pa’i Hugo Fernández menciona que “esas cadenas de oración que se difunden por las redes son totalmente innecesarias y apeligran, inclusive, el sentido mismo de las oraciones al poner advertencias como, por ejemplo, que si no se comparte o no se responde se está pecando o se está privando de una gracia. Esas cadenas no tienen valor espiritual y desvirtúan el sentido de la oración”.
El hermano Tomás Sosa recomienda “evitar las supersticiones que se hacen circular por grupos de WhatsApp y otras relacionados a cadenas o devociones parecidas. Sobre todo cuando exigen que se reenvíen a una cantidad específica de personas. Eso simplemente es cosa de gente que quiere generar spam”.
Carlo Acutis, un ejemplo para los jóvenes
El padre Cristián Rodríguez también reflexiona sobre Carlo Acutis y San Francisco de Asís, dado un paralelismo recientemente difundido. El joven Acutis tuvo una vida de desprendimiento, no fue de un día para el otro, su centro fue la eucaristía.
Carlo Acutis demostró cómo se pueden usar las redes para llevar a Dios. Su vida fue extraordinaria, tenía 15 años cuando murió. Pero durante toda su vida buscó estar más vinculado a Jesús. Su primera comunión fue uno de los grandes hitos de su vida; la hizo a los 7 años.

La santidad es para todos, Carlo es un testigo de ello, no se necesita edad para buscar a Dios. Nunca se es ni muy joven ni muy viejo en el camino hacia la santidad.
Admiro mucho a San Francisco, lo considero un punto de inflexión dentro de la Iglesia. Nos hizo poner la mirada en el evangelio, en el pobre, en el indefenso.
Sobre ello mismo el hermano Tomás Sosa responde: “¡Qué hermoso testimonio de vida y de santidad el de Carlo Acutis, este millennial que encontró su “autopista al cielo” tan joven!

Representará para muchísimos jóvenes un impulso y hasta una provocación para querer vivir la santidad en el día a día, y, sobre todo, lo que Carlo nos recuerda es que hoy también se puede; santos no solo son aquellos que vivieron hace cientos de años atrás, la santidad es un llamado para cada bautizado. En fin, para toda persona.
Si bien Carlo tenía mucha admiración por San Francisco de Asís por haber sido un joven que decidió entregar toda su vida a Dios, el propio Carlo tiene una frase que es genial: “Todos nacemos originales, pero muchos mueren como fotocopias”. Desde allí estoy seguro que él supo encontrar su camino de originalidad para conquistar la santidad.
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