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Internet, las cámaras de seguridad, las comunicaciones móviles y la creciente digitalización de los negocios afectan la vida del común de la gente.
Un perito informático asegura que todas las personas somos espiadas a diario, incluidas nuestras conversaciones personales. Sugiere que una forma de evitar que nos espíen a través del celular, es meter el móvil “dentro de una jaula de Faraday”, aunque reconoce que la mencionada jaula es cada vez menos eficiente.
Con cuánta facilidad proporcionamos nuestros datos personales en cualquier parte. En la farmacia, la vendedora me pide en voz alta mi número de celular y CI. Le pregunto si es una institución policial, porque yo vine a comprar no a robar. A mí no me dan el número de teléfono ni el de la CI del dueño de la farmacia. Y sospecho que mis datos engrosarán la lista de clientes, que después será hackeada y se venderá a cualquiera en la red, por unos pocos billetes.
También me intranquiliza el reconocimiento facial que empieza a estar en nuestro día a día. Funciona como una especia de CI digital cuyo objetivo, según los gobiernos, es mejorar la seguridad y vigilancia ciudadana. Pero este sistema deja un vacío legal en cuento a la privacidad de datos y suplantación de identidades ¿Están nuestros datos realmente protegidos?
El uso de reconocimiento facial en grandes eventos o el control de pasaportes en aeropuertos, ayudan a identificar a la persona en un instante y comprobar si se está ante un posible terrorista u otro tipo de delincuente. Pero, ¿están legalmente habilitados un sanatorio o un hospital, para que la recepcionista o la cajera enfoquen a un paciente con un aparato de reconocimiento facial sin pedir su consentimiento?
El Diccionario de la lengua española, define privacidad como el ámbito de la vida privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión. Y en Wikipedia encontramos que la privacidad puede ser definida como el ámbito de la vida personal de un individuo que se desarrolla en un espacio reservado y debe mantenerse confidencial. Muchas veces usamos la expresión esto es privado para referirnos a un tema reservado, íntimo, un asunto que los demás no tienen por qué conocer.
¿Es lo mismo privacidad que intimidad? ¿Poseen las personas públicas, las autoridades, un derecho menor a la privacidad que los particulares? ¿Qué ocurre cuando el derecho a la privacidad entra en conflicto con otros derechos, como el de la propiedad, la honra y la libertad de conciencia? ¿Es legal la filmación de una operación sin permiso del paciente o la construcción de un edificio torre, que altera la tranquilidad de una familia o de varias?
La protección de todo lo concerniente a nuestra privacidad es un derecho humano que nos permite controlar qué se hace con nuestros datos, cuestión fundamental para la respetuosa convivencia en una democracia sostenible.
carlafabri@abc.com.py