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En una demostración de su pedantería autoritaria, Donald Trump prohibió la presencia del periodista de la agencia Associated Press en el despacho oval de la Casa Blanca, por no usar la denominación Golfo de América que él impuso, sin consulta y por decreto, para el Golfo de México.
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La AP dijo que la Casa Blanca le informó que si no alinea sus estándares editoriales con la orden ejecutiva de Trump, para nombrar el Golfo de México como el Golfo de América, se le prohibiría el acceso al evento oficial.
Totalitaria la decisión de Donald Trump contra AP por su periodismo independiente.
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Hannah Arendt decía que los autoritarismos del siglo XXI iban a gobernar por medio de lo superfluo. Aunque no es tan superfluo el tema de las pajitas de plástico reivindicadas con soberbia por un decreto de Donald Trump.
El hombre naranja, en demostración de su falta de consciencia medioambiental, afirma no creer que los plásticos afecten mucho a los tiburones.
El ignorante no está informado de que los plásticos se descomponen en forma de microplásticos y aparecen en los estómagos de peces, aves y otros animales, así como también en la sangre y los tejidos humanos.
Científicos y ecologistas calculan que cada año mueren más de cien mil animales marinos como consecuencia de los plásticos, incluidas las pajitas.
Es alarmante que el fascismo ahora regrese al mundo con la palabra libertad como bandera. Thomas Mann expresó en una conferencia en Los Ángeles: si el fascismo llega alguna vez a América, vendrá en nombre de la libertad.
Así es como se presenta la ultraderecha actual. Resuena el grito efectista: ¡Viva la libertad, carajo!, ocultando su autoritarismo cruel contra la gente más vulnerable. Sin embargo, fascinó a muchos.
Surgió con odio al globalismo, en contra de la Agenda 2030, en defensa del supuesto atropello a la soberanía, con las noticias de que las vacunas son un negocio, reflotando el racismo, esgrimiendo el odio al feminismo y a los grupos LGBTIQ+, el repudio a las organizaciones no gubernamentales, a la ONU, el rechazo al cambio climático, la deshumanización de pensar en las personas como capital humano.
La extrema derecha está en contra de nuestros derechos adquiridos, en contra de los derechos humanos más sensibles. La extrema derecha favorece los negocios de los recontra multimillonarios del mundo.
En nuestro país beneficia al crimen organizado internacional, a la narcopolítica, que está infiltrada en los tres poderes del Estado y apoya al narcotráfico, al terrorismo, a la trata de personas, al contrabando de armas, al lavado de dinero.
La ultraderecha paraguaya está compuesta por delincuentes políticos que se reparten el país, y manchan la palabra libertad construyendo mansiones costosas con inodoros inteligentes.
Veremos qué pasa cuando se descomponga el wáter de lujo y necesiten un plomero informático.
carlafabri@abc.com.py