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En siete preguntas Berta Rojas responde lo que podría ser el contenido entero de un libro. Sus palabras generan una inmensa empatía y afecto. Ella es un verdadero orgullo para el Paraguay y un ejemplo para niños y jóvenes que empiezan a soñar con tocar un instrumento musical.
–¿Cómo y cuándo comenzaste en el mundo de la música?
–Mi bisabuela Berta Künzle tocaba la guitarra. Fueron inmigrantes llegados de Schaffhausen en Suiza, ella y su esposo, Wilhem Degueller. Ella, sin quererlo, creo que marcó dos destinos para mí: la música y la búsqueda de nuevos horizontes lejos de casa.
–¿Cuántos años de trayectoria tenés con la guitarra?
–Toda la vida. Estudié música desde pequeña: piano y guitarra. Cuando alcancé la edad universitaria, una dosis de coraje y todos los sueños del mundo me llevaron a comenzar mi primera etapa como inmigrante en el Uruguay. Las clases con el maestro Carlevaro, luego con Eduardo Fernández y Mario Payseé en la Escuela Universitaria de Música, acabarían de darme las herramientas forjadas en Paraguay con Felipe Sosa y Violeta de Mestral, y que consolidarían el camino que solo exigía disciplina, constancia y la misma dosis de sueños que me acompañan todavía hoy.
La decisión de estudiar música en las circunstancias de Paraguay en esos tiempos y siendo mujer aún más, fueron barreras que, al cruzarlas, también te hacían más fuerte para enfrentar las dificultades propias de la vida en el exilio y con el arte como sustento.
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–¿Cómo cambió tu vida después del Latin Grammy?
–Fue hermoso recibir el Latin Grammy, por mí, por mi país. Fue la reivindicación del derecho a soñar. La estatuilla llegó con inmensa alegría y la recibí con calma y sincero agradecimiento a las personas que creyeron en mí e hicieron mis sueños los suyos. Este premio lo recibimos muchas personas, yo solo fui la cara visible. El tiempo de decir gracias fue también el tiempo de descansar. Sentía que había nadado un río y que llegué a una orilla, que estaba cansada y que podía parar saboreando ese momento tanto tiempo como mi corazón necesitara. Y eso hice. Descansé, me recompuse, saboreé el momento y con el tiempo, poco a poco, sin prisa alguna, mi cabeza se fue llenando de ideas, de ganas y bueno, como es la historia de mi vida, ahora trabajando de nuevo en un hermosísimo proyecto que comienzo a grabar la semana próxima en Italia.
–¿Cuántos kilómetros lleva recorriendo contigo La Rojita?
–Silvia, mi amiga de toda la vida, llevaba conteo de los países que visité. La última vez que hablamos de esto eran unos 60, algunos los he visitado muchas veces. Inglaterra desde donde te escribo, por ejemplo, desde el 92 sin pausa. ¿Quizás 1 millón de millas? Tan solo este proyecto que estoy emprendiendo ahora tendrá 147.000 millas de viajes.
–¿Qué representa para vos Instrumentoteca?
–El boomerang que es la vida: algún día me regalaron una guitarra, hoy me toca regalar 8. Herramientas que acompañarán a la nueva generación de guitarristas paraguayos dando voz a la música que tienen en sus corazones. Nada puede ser más hermoso.
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–Decir Berta es siempre sinónimo de guitarra clásica pero, ¿tenés en planes aparecer en escenario con una guitarra eléctrica, por ejemplo?
–¡Me compré una Les Paul después de los Latin Grammy! La ida a comprarla es toda una anécdota que queda para otra nota. Jugué con ella un tiempo, pero evidentemente, gana siempre La Rojita.
–¿Qué sentís cada vez que venís a Paraguay?
–La certeza de la pertenencia, estar completa por un instante, y sin dudas, el amor más puro.
IDENTIKIT
Nombre completo:
Berta Beatriz Rojas Benítez
Lugar de Nacimiento:
Asunción
Fecha de nacimiento:
Un 23 de setiembre en el año 1966
Cómo se compone tu familia:
Padres: Justo Pastor Rojas / Fidela Concepción Benítez de Rojas (+).
Hermanos: Justo Pastor, Marilín (+), Juan Carlos, Ada Estela.
Hobbies:
Me apasiona la alta cocina, la cocina como arte. Buscando la cocina de mi mamá (que era una artista en la cocina) voy descubriendo sabores, aromas, texturas y la riqueza de la cocina como arte. Y volviendo siempre a mi plato preferido: el guiso de arroz de mi mamá.
Tipo de música en ratos de ocio:
Todo lo que J.S. Bach haya escrito.
Una película:
Hamaca Paraguaya, de Paz Encina: abrió las puertas al Paraguay que produce cine, nos enseñó que podemos. Paz Encina, la gran directora paraguaya.
Y si pueden, regálense ver Perfect Days con Koji Yakusho. Un regalo para el alma.