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Para Tere, ser madre es la mejor experiencia de su vida, en la que puede aplicar todo aquello que sus padres sembraron en ella: “Me siento plena en el rol de mamá y hasta a veces me sorprendo al sentirme tan preparada, y mucho de ello creo que tiene que ver con estar en equilibrio con una misma”.
“Esto ayuda a dar tu mejor versión. Por eso busco mi bienestar, para que así ellos reciban lo mejor de mí”, comenta.
Tere señala que hay errores y, por supuesto, mucho aprendizaje en este camino. “No existe la mamá perfecta, y estoy lejos de ser una, pero pese a todos los desafíos que tiene la maternidad, me sigue pareciendo lo más hermoso de esta vida”, cuenta con una sonrisa cálida en el rostro.
En su nueva faceta, descubrió que la maternidad lo cambió todo en su vida. “Dejé de ser una para pasar a ser 2, 3 y 4. Te das cuenta de que todo lo que puedas decir o hacer ya no solo repercute en vos, sino en tus hijos también. Descubrís que tu capacidad de dar amor es infinita. Te proyectás la vida con otra óptica, con más cautela en las decisiones, mayores estructuras a su vez desestructuradas, mayor flexibilidad y espontaneidad en todo sentido”, manifiesta.
Pero junto con las alegrías vienen los desafíos. “Lo que vendrá, el presente y futuro de ellos”, reflexiona Tere. “Soy bastante consciente de que nuestros chicos viven en una realidad mucho más complicada hoy en día. Mis hijos, en unos años más van a ser adolescentes, y como mamá siento que al día de hoy esa etapa es un gran desafío”, expresa.
El apoyo es fundamental
Junto con su marido, Didier Arias, están forjando las bases en sus tres pequeños, buscando siempre una educación fundamentada en valores, como la humildad, el respeto, la autoestima, y, sobre todo, mucho amor. “Tengo un gran apoyo de parte de mi compañero”, confiesa con gratitud.
“Ese respaldo y compañerismo son lo principal para que en el hogar haya un ambiente armónico donde los chicos puedan crecer y desarrollarse, compartir sus experiencias de vida, tropezarse, levantarse y continuar con seguridad y optimismo”, resalta.
Entre los momentos más memorables de su vida como madre, Tere destaca el nacimiento de sus tres amores. “Fueron momentos sublimes para mí”, cuenta con emoción. “Llegaron en una etapa tan adecuada de mi vida, en la que, desde el corazón, lo único que quería era ser mamá y dedicarme a mi familia”, valora.
La mayor alegría de Tere como madre es ver crecer a sus hijos y compartir con ellos cada paso del camino: “Verlos crecer, compartir sus pensamientos y experiencias, conversar con ellos, verlos tomar sus propias decisiones”, dice con orgullo.
Sus ojos reflejan sinceridad cuando declara que ser madre es también un viaje de autoconocimiento y transformación personal. “La maternidad lo cambió todo en mi vida”, reflexiona. “Te das cuenta de que tu capacidad de dar amor es infinita. Te proyectás la vida con otra óptica, mayor flexibilidad y espontaneidad en todo sentido”, alude.
Tere es una conocida influencer de nuestro medio. “Gracias a Dios, en lo laboral manejo mi tiempo al 100%, por ese motivo no representa un desafío difícil para mí”, explica: “Tengo muy en claro que en mi prioridad están ellos y por ese motivo es que mi agenda personal y laboral están sincronizadas con sus actividades. Una vez que salen del cole y tienen sus actividades extra, yo ya estoy siempre disponible”.
Con humildad, Tere reconoce que ser madre implica cometer errores y aprender constantemente junto a sus tres niños, para quienes estará siempre de manera incondicional para guiarlos en este hermoso camino llamado vida.