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¿Cuándo llegó la fotografía al Paraguay? ¿Quiénes fueron los primeros fotógrafos, en este caso, la primera fotógrafa? ¿Cómo fue evolucionando la fotografía? Son preguntas que tienen respuestas en el libro-álbum Fábrica de Dibujos. La historia de la fotografía en el Paraguay, de Juan Alberto Migliore, presentado recientemente con el apoyo del Fondec.
“La historia de la fotografía en todos los países del mundo está muy relacionada a la historia misma de esos pueblos. Casi todos ellos tienen muchísimos trabajos de investigación sobre este tema que terminan no solamente en libros, sino también en sociedades de la historia de la fotografía que son muy activas”, expone Migliore, quien el año pasado sorprendió con otra joya sobre Hoteles del Paraguay en el siglo XIX.
“El hecho que no se haya hecho nunca un trabajo completo que abarque el nacimiento y el desarrollo de la fotografía en los primeros años en Paraguay, me llamó la atención y me desafió a hacerlo. Como es además un libro con muchas imágenes de época pude utilizar parte de mi acervo para complementar la información obtenida”, confiesa ante la pregunta de cómo es que se ha involucrado en este mundo un tanto ajeno a su trabajo profesional.
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Ingeniero de profesión, se define como un “amante de la fotografía” y un convencido de que el registro histórico de imágenes es sin duda un patrimonio fundamental en la construcción de nuestra historia. “Los fotógrafos se convirtieron así, y quizás sin proponérselo, en registradores de la historia. Un trabajo tanto o más importante al que hicieron muchos historiadores de la época, ya que la calidad de información que transmite una imagen es única e indiscutible”.
–¿Cómo se compagina la labor de ingeniería con la investigación histórica y el arte de la fotografía?
–Mucha gente se sorprende que un ingeniero haga investigación histórica. Pareciera que son materias muy distantes. Una muy técnica y la otra muy humanista. Sin embargo, encontré que mi formación racional, metódica, organizada y con manejo de tecnología me ayudó y me sigue ayudando enormemente en mi tarea de investigador. La información que plasmo en mis libros es obtenida de la fuente primaria, es decir, voy a los periódicos, a esa información que debe ser buscada minuciosa y pacientemente, luego la organizo y la sistematizo. Es un trabajo enorme, pero a la vez me garantiza que puedo tener información veraz y quizás nunca antes obtenida.
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En cuanto a la compaginación con mi tarea laboral diaria me exige trabajar en horarios no habituales. Llego a la oficina a las 8:00 y me retiro a las 18:00. Así que trabajo principalmente antes de amanecer y los fines de semana. Es una tarea que me encanta y lo hago con enorme entusiasmo.
Cómo se produce la llegada
–¿Cree que la fotografía llegó en forma tardía o relativamente rápido a nuestro país?
–La fotografía en sus inicios en el mundo era un producto muy caro y destinado a gente con muchos recursos. La gente del pueblo no tenía recursos económicos para retratarse. Paraguay durante el periodo de los López no tuvo una burguesía consolidada que pudiera pagar un retrato, por ejemplo, un daguerrotipo. Así que no hubo retratistas o fotógrafos montando estudios en Asunción hasta la década de 1860. Sin embargo, en los países vecinos como Brasil, Argentina o Uruguay existían numerosos gabinetes de fotografía ya en la década de 1840 y ni qué decir en la de 1850.
Además, esos pocos gabinetes que se abrieron en Asunción en el primer lustro de 1860 se vieron abruptamente interrumpidos por la Guerra contra la Triple Alianza. Recién con la invasión de Asunción por las tropas aliadas, en 1869, llegaron los fotógrafos europeos en cierta cantidad y frecuencia, y a partir de entonces se crea un mercado de fotografías en la capital.
–¿Es raro que una de las primeras fotógrafas haya sido mujer? ¿Qué reflexión le merece?
–No solo es raro, sino que probablemente sea un caso único. Si a eso sumamos el hecho de que la paraguaya Fulgencia Dolores Almirón tenía tan solo 18 años cuando anunció la apertura de su estudio de fotografías, la cosa parece sacada de un libro de ciencia ficción. Hay que tener en cuenta que en la época el papel de la mujer era absolutamente secundario y estaba alejada del mundo laboral. Yo no encuentro otras fotógrafas hasta 1920, donde hallo un caso puntual y nuevamente a partir de allí no las vuelvo a encontrar en las siguientes décadas.
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Poco se sabe de Fulgencia, salvo un par de avisos en un periódico de entonces y su partida de nacimiento. No conozco si alguien posee actualmente algún retrato hecho por ella, ya que la guerra lo arrasó todo. Existen, sin embargo, fotografías (carta de visita) de personajes del poder político de entonces sin sello del fotógrafo y queda la tarea investigativa para determinar si alguno de ellos pudo haberse realizado en el estudio de Fulgencia. Tampoco sabemos qué se hizo de ella ni si sobrevivió a la guerra.
Es un hermoso desafío para investigadores de la historia.
–¿Cuál es el periodo histórico en el que mayor desarrollo tuvo la fotografía en nuestro país?
–Llegado el siglo XX y con el desarrollo que tuvo la tecnología de la fotografía, los precios de las cámaras se hicieron más accesibles y las mismas eran más fáciles de operar. Por lo tanto, fue el momento en que comenzaron a aparecer gran cantidad de fotógrafos, pero además de los profesionales de estudio, muchas personas corrientes adquirían estas cámaras y las usaban en forma particular. Quizás este puede considerarse un periodo de popularización de la fotografía en el mundo y en particular en Paraguay.
–En cuanto a los fotógrafos que ilustraron Asunción y cuyas imágenes se plasmaron en postales, ¿cuál es la que más le gusta y por qué?
–Sin lugar a duda, el español Manuel San Martín fue el fotógrafo más importante que trabajó en Paraguay en la última parte del siglo XIX. Él era además pintor, y esa mirada de artista era notoria en el encuadre y calidad de sus fotografías. No es en vano que su fama haya trascendido su vida. Luego de su fallecimiento, el argentino Ernesto Gunche adquirió su local y sobre todo su nombre. Su negocio siguió llamándose “Fotografía San Martín”. Y cuando Gunche decide vender ese local al fotógrafo italiano Enrique Fratta, este mantiene en sus publicidades el título de “Sucesor de San Martín”. El prestigio fue tan grande que 10 años después de su muerte se seguía utilizando su nombre.
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–Si tuviera que elegir una fotografía de Asunción, ¿con cuál se quedaría?
–Cuesta decidirme por alguna fotografía, pero quizás la foto de la tapa del libro sea una de las mejores. Representa una escena de Asunción, muy probablemente una movilización durante la asunción al mando de presidente de la República de Juan Bautista Egusquiza en 1894. La foto fue tomada por Manuel San Martín e incluida en un álbum de vistas. Se ve al antiguo local de San Martín sobre la calle Florida (hoy Benjamín Constant) y 14 de Mayo. Muchos hombres en diferentes posiciones, todos con sombrero. Algunos mirando a la cámara, otros participando de la escena moviéndose de un lado a otro. Personas descalzas, otros a caballo, algunos mirando desde el techo de las casas y otros subidos a unas ventanas.
Es una escena maravillosa magistralmente captada por este gran fotógrafo.
Coleccionista e investigador histórico
Juan Alberto Migliore colecciona postales, fotografías, documentos, billetes y libros antiguos del Paraguay desde hace más de 20 años. Su acervo está compuesto por más de 1.000 imágenes originales del siglo XIX y principios del XX. Además, posee álbumes originales de fotografías y libros, mapas y una colección de billetes de época. Todo de Paraguay, documentos que va dando a conocer al público a través de sus obras.
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