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En el libro La Vida Secreta de las Plantas, Christopher Bird y Peter Tompkins explican que las plantas sometidas a las estridencias del hevy metal, se alejaban casi desesperadamente de la fuente musical. Mientras que aquellas expuestas a la música clásica crecían con vitalidad hacia los altoparlantes. El mayor éxito obtuvo la música de la India en el sitar de Ravi Shankar ¡Las plantas se inclinaron hasta abrazar la fuente musical!
La geobióloga norteamericana Christan Hummel dice que “El canto de los pájaros provoca el mecanismo de floración de las plantas. El croar de las ranas contribuye de forma vital a la sinfonía de Gaia, provocando la lluvia. Y el sonido de los delfines es el responsable de los patrones de crecimiento de las barreras coralinas”. Afirma que existe una “matriz bio-acústica” o envoltura sónica de los ecosistemas, que está formada por los sonidos que emiten los animales e insectos de cada región, que estas emisiones sónicas serían necesarias para mantener la salud del ecosistema, armonía que el hombre también puede ayudar a mejorar con la emisión de determinados sonidos.
Investigaciones científicas van encontrando explicaciones que apuntan a afirmar que el sonido tiene efecto sobre la célula humana, y que la música es capaz de hacer resonar las ondas cerebrales en sintonía con las vibraciones del universo. “La semilla de lo espiritual se encuentra en lo físico. La historia divina esta escrita en el corazón de las células, en la hélice del ADN. Cuando la investigación científica, la práctica espiritual y la expresión artística trabajan en conjunto, el cielo y la tierra están en resonancia” dice Fabien Maman, responsable de experimentos biológicos en la Universidad de Jussieu en París, que demostraron el impacto de los sonidos acústicos sobre las células humanas y su campo energético.
El sonido de los tambores está vinculado con los riñones, los refuerza. Las cuerdas, violines y guitarras fortalecen el corazón. Todo lo que es metálico estimula los pulmones. Las flautas de madera son buenas para el hígado.Según Fabien Maman: Si escuchamos la música adecuada nos sentiremos mucho más saludable psíquica y físicamente. En primavera, recomiendo la nota la; por ejemplo, el concierto de Mozart en la Mayor. En verano do -Concierto para piano y orquesta en do de Beethoven-. Para el otoño, sol; y para el invierno, re. No toda la música es saludable. La tecno y el volumen excesivo desorganizan el campo energético. Esto provoca la palidez y cierta desorientación que muestran los adolescentes cuando salen de las discotecas, sin saber que su campo magnético quedará alterado durante varias horas.
La música que nos armoniza con las vibraciones del universo es aquella que suaviza las emociones y elimina los altibajos, tanto los positivos como los negativos. Cuando reemplacemos el sonido de misiles y bombas por el de melodías de amor y cantos sagrados, habremos cambiado el curso de los eventos de la humanidad.