La memoria, ejercicio político

La actriz, dramaturga y directora de teatro Raquel Rojas propone la obra Vivir en paz, que pretende ser no solo un antídoto contra el olvido, sino un energizante mental para la debilidad de la memoria ciudadana, secuela del temor con que se vivió durante la dictadura. Se estrena el viernes 4 de agosto, a las 21:00, en el Teatro de las Américas.

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NOTA TEATRO RAQUEL ROJAS 30 JUL 23
Carmen y Augusto, los actores Sair Gamarra y Ronald Maluf, en la obra teatral.
NOTA TEATRO RAQUEL ROJAS 30 JUL 23
Una de las escenas que se verán en la puesta teatral.
NOTA TEATRO RAQUEL ROJAS 30 JUL 23
Raquel Rojas, periodista, actriz y directora de teatro.

Raquel Rojas vuelca toda su experiencia no solo como una gran profesional del teatro, sino de vida misma, al presentar una comedia que cuenta de una manera exquisita, con mezcla de un fino humor, una historia de intriga y suspenso, muy envolvente con toques políticos. Esencialmente busca ser una especie de ayuda memoria a los “olvidadizos” y una manera de mostrar, a los que no vivieron en la época, sobre todo los jóvenes de hoy, algunas facetas de los difíciles años de la dictadura.

Vivir en paz no surgió por generación espontánea. La obra es el resultado evolutivo de toda una vida dedicada a su lucha contra las injusticias y reúne vivencias, recuerdos y hechos de esos tiempos oscuros, así como sus años de experiencia y de formación, no solo en nuestro país. El estreno se da casi 40 años después, con El Camarín Cultural de Asunción, en el Teatro de las Américas del Centro Cultural Paraguayo Americano (José Berges 297).

“En los años 80, cuando se nos cerraron todas las puertas por persecución de la dictadura a mi grupo teatral originario Aty Ñe’ê, fui invitada por los maestros Darío Fo y Franca Rame, en Milán, Italia, a hacer una pasantía sobre La Comedia del arte italiana”, comenta la directora. En Milán se capacitó como Asistente alla Regia en la prestigiosa Escuela del Piccolo Teatro de Milano, dependiente de la Municipalidad de Milán. Allí se codeó con grandes directores contemporáneos: Giorgio Strelher, Lucca Ronconi, Peter Weis y el icónico maestro Grotowsky, Eugenio Barba y el polaco Tadeus Kantor.

Al concluir los dos años del curso de dirección teatral, había que presentar un guion de montaje, como proyecto de tesis. Entonces escribió la primera versión de Vivir en Paz y la representó con sus compañeros. De regreso al Paraguay realizó otra versión ya más acabada a pedido de la Dra. Teresa Méndez Faith, quien la incorporó y publicó como parte de su Antología de Teatro Paraguayo.

Teatro de los 80 y represión cultural

Al regresar a nuestro país, luego de pasantías con grupos de París, Madrid, Cuba, Ciudad de México y Nicaragua, encontró un ambiente vital y creativo de la resistencia cultural. “El sector cultural teatral y musical fueron de los más combativos a pesar de la represión”, refiere. También ella conoció con feministas socialistas y otros compañeros, las lúgubres celdas de Investigaciones y el Buen Pastor. “Fuimos ‘procesadas y condenadas’ por tres leyes represivas (leyes 209, 904 y 323) por supuestos actos de ‘subversión’. Nada mermó nuestro espíritu de lucha por vivir en un país sin dictadura. En esa época está ubicada la obra Vivir en paz”.

Raquel menciona que toda su vida creativa profesional, con las 30 obras del Grupo Aty Ñe’ê en tiempos de la dictadura y las 25 piezas teatrales con El Camarín Cultural de Asunción desde el año 2000, todas han escenificado diversas facetas de nuestra sociedad, de manera crítica, y no por ello menos divertida, porque así el teatro político logra, según Brecht, el objetivo de hacer pensar al público que este no es el mejor de los mundos.

“El público en su condición de ciudadano y de espectador es el soberano. Hacemos teatro para él y con él. Desde la Comedia del Arte, Shakespeare, Lope de Vega y Julio Correa, el teatro debe ser popular –y no solo por motivos crematísticos–; es el público el que alza o baja una obra de escena. Igual para nosotros. Los temas, el lenguaje, los intereses de la gente, esas contradicciones que mueven el mundo son y serán la épica que mueve mi lenguaje teatral como creadora, directora escénica y dramaturga”, afirma.

El argumento

La obra transcurre en los años 80 cuando la sociedad paraguaya buscaba en todos los ámbitos deshacer sus amarras y gritar libertad. Una pareja de honestos ciudadanos –Carmen y Augusto (Sair Gamarra y Ronald Maluf)–, a su regreso de unas cortas vacaciones de Encarnación, son retenidos al costado de la ruta por un retén policial militar. Una requisa de rutina. Pero las largas horas de espera se vuelven tensión que no presagian un buen augurio. “El miedo que generó la dictadura creó una sociedad oprimida. Y con ese miedo actúan los personajes de la obra movidos por razones reales o imaginarias. Lo original de la obra es que la pareja no es ‘opositora’; ambos son seccionaleros afiliados al partido de gobierno. Es una comedia dramática de intriga y suspenso, muy envolvente con toques políticos. Se da al público pistas para repensar del pasado al futuro, su presente y el sentido de sus decisiones de hoy.

mpalacios@abc.com.py

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