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A 180 kilómetros al norte de Concepción, en el distrito de San Lázaro, y a 7 kilómetros de Vallemí, se encuentra la comunidad indígena Río Apa, del pueblo guaná. Allí se asentaron y formaron la aldea luego de que la Industria Nacional del Cemento (INC) les cediera un inmueble de 55 hectáreas. Actualmente son 37 familias.
Estos nativos vivían en la zona de Puerto Sastre y Puerto Casado, en Alto Paraguay, en las comunidades de Riacho Mosquito y Machete Vaina. Habían dejado sus casas, a finales de los 80, para mudarse a Vallemí, donde trabajaron como obreros de la cementera estatal.
Esa migración del Chaco a la Región Oriental influyó negativamente sobre la lengua ancestral de los guaná, que pertenecen a la familia lingüística Maskoy. Con el paso de los años, fueron perdiendo su idioma por diversas razones, entre ellas la muerte de los indígenas que solo hablaban en su lenguaje ancestral.
Vivir y trabajar con personas de otra lengua les obligó a aprender el guaraní paraguayo y esto se fue trasladando al interior de la comunidad. Antropólogos interesados en este fenómeno iniciaron investigaciones sobre la parcialidad y contribuyeron con estudios para que los mismos indígenas se preocuparan por conservar su lengua.
Si bien estas investigaciones se iniciaron hace varios años, en 2013 asumió como cacique Miguel Cuéllar y uno de sus primeros trabajos al frente de la aldea fue conversar con cuatro mujeres ancianas que habían llegado del Chaco a Vallemí para contribuir en la preservación de su lengua ancestral.
“Cuando les comenté a las abuelas sobre la idea que tenía se pusieron muy contentas y empezamos a trabajar para enseñar nuestro idioma”, recuerda el líder nativo de 47 años.
Miguel Cuéllar no solo se quedó con ese proyecto dentro de la comunidad guaná, sino que golpeó puertas de instituciones públicas y logró respuestas positivas para conservar la lengua de sus antepasados.
Hasta ahora continúan con sus celebraciones religiosas en las que utilizan sus trajes típicos y los niños y jóvenes así van aprendiendo esta cultura. Además, las mujeres siguen preparando artesanías como pantallas, sombreros y diversos tipos de canastos de karanda’y.
Publicación de libros
Con ayuda de la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL) especialmente encararon la tarea de resguardar el idioma guaná, mediante la publicación de libros que documentan la historia, costumbres, la realidad lingüística. Inclusive, ya cuentan con un diccionario con traducciones en guaraní y castellano.
El rol que tienen Vicenta Sánchez, de 81 años; Modesta Sosa, de 67 años, y Azucena Portillo, de 76 años, es fundamental para la conservación del dialecto guaná.
Estas mujeres enseñan su lengua a los niños y adolescentes de la aldea para no perder su identidad como pueblo originario.
En la escuela básica número 13.138, asentada dentro de la propia comunidad, se tiene un rincón de la lengua guaná, donde se muestra la forma escrita y con dibujos el alfabeto, desde el primero hasta el sexto grado.
Mientras la mayoría de los hombres trabajan en la realización de limpieza de campos y pastizales, además de la colocación de alambrados, las mujeres venden remedio refrescante y artesanías.
Varias carencias afectan a los guaná. La aldea está ubicada a tan solo 7 km del centro urbano de Vallemí, pero el camino no está pavimentado. Cuando se registran grandes lluvias es imposible transitar por la zona. La comunidad tampoco cuenta con un puesto sanitario, aunque reciben periódicamente asistencia médica del centro de salud de Vallemí.
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El diccionario guaná
Para la ministra secretaria de Políticas Lingüísticas, Ladislaa Alcaraz de Silvero, contar con el diccionario en la lengua guaná es un sueño compartido entre la Secretaría de Políticas Lingüísticas y el pueblo. Ella explica cómo surgió la idea.
En 2013 –comenta– se tomó contacto por primera vez con la comunidad Río Apa del pueblo guaná desde la institución, ya con conocimiento de que su lengua se hallaba en serio riesgo de extinción, tal como dan cuenta los documentos de la Unesco y el censo de población indígena de 2012. “En Paraguay, las 19 lenguas indígenas son lenguas minoritarias, considerando la cantidad de hablantes con que cuentan y son seis lenguas las catalogadas en riesgo de extinción: ava guaraní, tomárãho, sanapaná, manjui, angaite y guaná”, detalla la ministra.
Afirma que de todas ellas, el idioma guaná es el que se encuentra en mayor riesgo de desaparecer por diversos factores: la desterritorialización, el corte de la transmisión generacional, el número absoluto de hablantes y la falta de disponibilidad de materiales para el aprendizaje y la enseñanza de la lengua.
La SPL, a través de la Dirección de Documentación y Promoción de Lenguas Indígenas, a cargo de Carmen Rosana Bogado de Orué, por ley se encarga de “registrar en forma oral y escrita todas las lenguas indígenas del Paraguay y prioritariamente aquellas que se hallan en vías de extinción(…) e impulsar la revitalización de las mismas”, ha dado un paso importante para ello.
Surge así el proceso de documentación y revitalización de la lengua guaná, cuyas líneas de trabajo fueron construidas con los miembros de la comunidad. Como punto de partida, se ha consensuado una grafía para la lengua, es decir, un alfabeto para el registro escrito. Se ha acordado qué materiales serán producidos con la colaboración decidida de las abuelas, portadoras de la lengua, quienes con mucho entusiasmo han ayudado para concretar el sueño de contar con el diccionario en la propia lengua. Fueron muy importantes las documentaciones realizadas por el estudioso Hannes Kalisch.
Es posible evitar la extinción
La revitalización de una lengua constituye una responsabilidad compartida entre la comunidad hablante y el Estado. Desde la comunidad o pueblo debe haber deseo de seguir hablando y el Estado debe garantizar los medios, el espacio y el acompañamiento para ello.
En el caso de los guaná se valora esa actitud positiva hacia la lengua y la cultura propias, pues con ello se puede revertir la situación de peligro de desaparición por la revitalización, rescate, recuperación de la lengua.
“El diccionario será de mucha utilidad como material de referencia para estudiar la lengua por parte de los miembros de la comunidad que no han recibido la transmisión espontánea desde los mayores. Asimismo, para otros pueblos o personas que estén interesados en conocer el idioma o cultura guaná, a partir de lo registrado en este material. En el caso de los guaná, estamos hablando de aprendizaje de la lengua del pueblo como segunda lengua, ya que hoy en día, la lengua hablada mayoritariamente es el guaraní paraguayo y solo tres abuelas quedan en la comunidad Río Apa, que conocen la lengua y la cultura del pueblo. Por esa razón, nos referimos a ellas como portadoras de la lengua y no hablantes, porque ya no interactúan en la lengua dentro de su hogar ni en la comunidad. Sin embargo, las abuelas enseñan palabras o frases sueltas a los niños, jóvenes y adultos para aprender el idioma”, se explaya.
Nicho o nido lingüístico
Con el pueblo guaná –anuncia Ladislaa Alcaraz– en estos días se inicia la construcción del Nicho o Nido Lingüístico. Se trata de una estrategia o modalidad de revitalización lingüística que consiste en contar con un espacio físico estimulante, totalmente contextualizado culturalmente. En este espacio interactuarán las abuelas –portadoras de la lengua– con los niños, jóvenes y adultos para aprender la lengua de manera lúdica, empleando los audios, registros audiovisuales, impresos. Además, existe un aprendizaje significativo como hacer artesanías, recuperar recetas de la gastronomía propia o forma de alimentación que tenía el pueblo, su historia, creencias, etc. La idea es que el aprendizaje se dé de manera innovadora, recuperando el contenido y pautas culturales de este pueblo, expresados mediante su idioma. El proceso de la documentación lingüística es inagotable.
País plurilingüe
Muchos piensan que todos los indígenas de nuestro país hablan guaraní; sin embargo, en la realidad nos encontramos con que no es así. Hay pueblos indígenas que solo manejan el español junto con su lengua propia. Somos un país plurilingüe.
El diccionario es un material trilingüe, guaná-guaraní-castellano, que posibilita conocer y aprender el plano léxico del idioma y aproximarse a la cultura, ya que la lengua constituye el vehículo de acercamiento a la cultura, es un medio de acceso a la información. Su uso será de apoyo en el ámbito educativo, inicialmente, y, posteriormente, debe ser ampliado a otros ámbitos, como la salud, la justicia, el acceso a la información. La lengua es la herramienta para acceder a todos los derechos de las personas. “Es nuestro interés la difusión, apropiación y aprovechamiento, primero en la comunidad Río Apa, lo que no resta la posibilidad de su difusión, su análisis en otros espacios, por ejemplo en el ámbito académico, en la formación de especialistas del área, en la educación superior”.
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Si una lengua muere...
Ladislaa Alcaraz asegura que todas las lenguas revisten gran valor, sin importar cuántas personas las hablan. La lengua es el principal vehículo para mantener vivo el acervo/patrimonio cultural de un pueblo. Si una lengua muere, muere con ella una forma de ver el mundo desde otras perspectivas, lo que llamamos cosmovisión, en otros términos. Una lengua expresa la filosofía de vida de un pueblo. Su desaparición constituye una gran pérdida, no solo para la comunidad de hablantes, sino para la humanidad.
En el caso del Paraguay, varias lenguas han desaparecido, como el mbayá (Eyiguayegi) y el payaguá. Sin embargo, hay registros de vocabulario realizados por cronistas, antropólogos, sacerdotes, entre otros, que hacen llegar por lo menos los vestigios a nuestras generaciones.
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Decenio de Lenguas Indígenas
Hoy día, las lenguas en peligro constituyen una preocupación mundial. En respuesta a esta preocupación surge la declaración del Decenio Internacional de Lenguas Indígenas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuyas acciones son planificadas y coordinadas por la Unesco. Con esta proclamación se hace un llamado a los gobiernos, los pueblos indígenas, la academia, las organizaciones de todos los sectores a trabajar por la salvaguarda de las lenguas.