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Margarita Brítez tiene 33 años y es oriunda de Emboscada, departamento de Cordillera, como ella misma se presenta. Todos los años –por esta época– su actividad principal se centra en el Mercado 4 de Asunción, donde sus habilidosas manos convierten ramas de palma en reliques para el Domingo de Ramos.
“Es un trabajo más para nosotros elaborar los reliques para que se puedan bendecir. Su preparación es herencia nuestros abuelos y ellos a su vez le enseñaron a nuestros padres”, cuenta con entusiasmo.
Ella ha aprendido a tejer estos objetos cuando tenía entre 8 y 10 años. ¿Cómo se prepara? Se puede empezar de una sola hoja de palma. Se le saca el palillo que tiene y se deja solo la parte flexible de la hoja en dos tiras que se van armando en una especie de encadenado para que no se desarme.
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Margarita prepara alrededor de 250 reliques al día si trabaja sola, pero en grupo llegan a completar hasta 1.000 unidades en una jornada.
Las medidas y matices van variando conforme al tamaño de las hojas y el color, ya que algunas son más oscuras, tirando al verde, y otras más claras que tienden al amarillo. “Siempre hay diferencias entre uno y otro relique porque las hojas del pindó no son uniformes”, aclara.
A esta joven emboscadeña acompaña en la tarea Silvia Torres (34), quien aprendió las técnicas de su abuela Aparicia Ramírez de Torres, una de las precursoras del Paseo de los Yuyos en el Mercado 4. “Yo empecé a preparar las guachitas cuando tenía 7 años. Para nosotros, desde mi infancia, esta es una tradición al llegar la Semana Santa. Ayer completé 13 docenas”, cuenta.
Silvia menciona que varios días antes, la gente ya está adquiriendo los reliques porque los quiere llevar bendecidos a sus casas, más aún ahora, con el acecho de los mosquitos y la chikunguña.
La ayudan otros dos amigos. Eduardo Ortiz (22) y Juan Marcelo Gómez (26), quienes se encargan de otros tipos de trenzados de las hojas para mayor variedad.
Javier Torres, el creador del Tereré Literario del Mercado 4, detalla que su trabajo es un tanto más complejo porque se dedica al entramado de un penacho entero de hojas con aplicaciones de ruda, romero, siemprevivas y laurel. “Es más artístico lo que hago porque se utilizan para los colegios religiosos o para la decoración en la entrada de las iglesias. De una sola institución nos piden 300, por poner un ejemplo”, cuenta.
Reconoce que todos los conocimientos los heredaron de doña Aparicia, oriunda de Villa Hayes. Precisamente de esa zona es de donde se trae actualmente el pindó y aclara que no se trata de brotes de cocotero ni karanda’y. “No es que se extrae de cualquier lado, existe un lugar específico de donde se busca cada año”, afirma.
También se consiguen los penachos de pindó en Emboscada y Altos. La ruda, el romero y las siemprevivas que se aplican para las ornamentaciones se cultivan en Acahay. Otro elemento que se agrega a las palmas para el Domingo de Ramos es el laurel hû.
Los penachos grandes y ramas de laurel, una vez bendecidos durante el Domingo de Ramos, se llevan a las casas y se colocan detrás de las puertas como una protección en los hogares.
Los reliques, sin embargo, se llevan en la cartera, entre las hojas de la Biblia o se coloca en el auto como un amuleto.
Talismanes, amuletos y <i>reliques</i>
Dionisio González Torres, en su libro Folklore del Paraguay, habla de los talismanes y reliques. Explica que “hay amuletos sagrados o religiosos y profanos, aunque nuestra gente no hace mucha diferencia entre amuletos, reliques, escapularios, porque muchos amuletos profanos, al ser bendecidos, se vuelven religiosos”.
Los considerados –prosigue González Torres– religiosos son: medallas, escapularios, cruces, rosarios, figuras religiosas o de santos, etc., y reliques serían los amuletos o talismanes profanos, como las figas, figuras antropomorfas, zoomorfas, una bolsita con hierbas, flores, figuras o signos cabalísticos, simbólicos...
Según el autor, los amuletos y reliques se hacen más frecuentemente de hojas de palma o pindo, de tarope, kaavo-tory; de trozos de nuestro incienso: yvyra-paje; del kurupa’y; de plumas de aves como el kavure’i el ynambu-kagua; trocitos de resina petrificada o ita-ysy, de ita-karu o piedra imán, de huesos, de metales, etc. “Entre nosotros al amuleto o talismán le llamamos relique y en guaraní kurundu, que también quiere decir hechizo”, aclara.
Detalla que la función del relique es preventiva contra los males y que nuestra gente los usa, no específicamente para prevenir el paje o sus consecuencias, sino en carácter más general, aunque sí para evitar maleficios. Entre los más usados cita un ejemplo: “Quemar los viernes hojas de laurel y de pindo karai para tener suerte y para ahuyentar los malos espíritus de la casa”.
En la medicina natural paraguaya el pindo karai es considerado pohã guasu y nuestros abuelos los utilizaban contra el ojeo de los niños, incluso el recién nacido llevaba un pequeño relique primorosamente tejido atado a la muñeca con cinta roja junto con otros talismanes para ahuyentar al mal de ojos.
Propio de la grey católica
Publicaciones de ABC Color relacionadas a la Semana Santa y los preparativos de los años sesenta y setenta mencionan las costumbres y la tradición de la “grey católica” para la celebración.
“La grey cristiana se aprestaba ayer a adquirir palmas para los actos litúrgicos del Domingo de Ramos (…). Hoy los templos e iglesias de la capital e interior del país se verán colmados de fieles deseosos de hacer bendecir sus ramos, que –como todos los años– exterioriza el fervor cristiano del pueblo paraguayo. Los ramos, de las más variados formas y tejidos, exteriorizan también el ingenio del pueblo en hacer reliquias”, decía una crónica de 1975.
En 1976 una publicación daba cuenta de la venta masiva de palmas “artísticamente trabajadas” a los precios de 10, 15 y hasta 30 guaraníes según el tipo. Se podían adquirir tanto en puestos fijos como de pequeños vendedores ambulantes ofrecían reliques de todos los tamaños”.
Hacia finales de la década del 70, también se agrupaban mujeres organizadas en la Feria de Pettirossi con el fin ofrecer el pindó para el Domingo de Ramos. “Mujeres hacendosas de manos hábiles que se hallaban sentadas en las aceras, los trabajaban ante la mirada atónita de los niños que esperaban para comprarlos”, decía ABC Color en 1979 elogiando los manojos de pindó entretejido para la ceremonia de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
En la actualidad los precios por lo general son de 3 reliques pequeños por G. 5.000, y los precios de las palmas tienen van de 5.000 a 10.000 guaraníes en el Mercado 4.
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Ceniza de Miércoles Santo
De acuerdo con la tradición católica, todo el pindo karai que queda en las iglesias luego del Domingo de Ramos se guarda para el año siguiente. El martes antes del Miércoles de Ceniza se los quema y la ceniza que queda se mezcla con un poco de agua. Esta suerte de pasta se bendice en la misa y se aplica en la frente a los fieles al inicio de la Cuaresma.
Del francés a un paraguayismo
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia, el término en español es reliquia y en Paraguay se utiliza para nombrar los objetos de pindó que conocemos hoy día tan ampliamente identificados con la celebración del Domingo de Ramos. Sin embargo, en español no tiene ese significado que le damos los paraguayos con relación a los amuletos de pindo karai. Se refiere más bien a objetos relacionados con los santos y vestigios de cosas pasadas.
Don Juan Aguiar, un verdadero intelectual estudioso del idioma, explica que lo correcto en castellano es reliquia, dado que relique es un término francés.
Sin embargo, reconoce que mucha gente utiliza relique como un paraguayismo, expresándose en guaraní, como ocurría décadas atrás, pero con el tiempo fue cambiando y la gente empezó a usar reliquia como sinónimo de amuleto.
Pero como la lengua es dinámica, tal vez el uso haga que relique se incorpore próximamente a la lista de los paraguayismos.