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Resulta que Tamara Falco es una influencer, excelente cocinera salida Le Cordon Blue, incluso se convirtió en la ganadora del programa de televisión Master Chef Celebrity de España y lanzó un libro de cocina. También es una mujer católica muy creyente que hizo estudios de teología, comunicación y moda.
Es a todo esto que se refiere con sorna el premio Nobel, cuando dice en su cuento Los Vientos: “La Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de Doctor en Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa”. Vargas Llosa olvida que sor Juana Inés de la Cruz también transitó filosofía, cocina, teología y poesía.
Recordemos que para escapar del yugo patriarcal (siglo XVII) y saciar su voracidad de conocimiento, Juana Inés ingresa al convento de San Jerónimo, donde la priora (monja también machista) le prohíbe el estudio de “letras mundanas” y como castigo la manda a la cocina.
La mente privilegiada de sor Juana Inés de la Cruz percibe la cocina como un laboratorio, pura alquimia y creatividad. Así escribe ella: “Bien se puede filosofar y aderezar la cena. Y yo suelo decir viendo estas cosas: si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito”.
El conocido poema de sor Juana Inés de la Cruz expone la desigualdad y la injusticia de las cuales es víctima la mujer a través de un hipócritamachismo. En sus primeros versos dice: Hombres necios que acusáis/ a la mujer, sin razón/ sin ver que sois la ocasión/ de lo mismo que culpáis.
La referencia que aparece en el cuento de Vargas Llosa no pasó desapercibida a Isabel Preysler, quien la tomó como un claro ataque hacia ella y hacia su hija. “Ha traspasado todos los límites, ha caído muy bajo”, declaró muy enfadada la socialité.
A Shakira la acusaron de despechada por referirse a su expareja Gerard Piqué, sin mencionarlo, en su último y exitoso tema musical: Sessions #53 con Bzrp.
El despecho por lo visto no es un sentimiento de desencanto netamente femenino. Vargas Llosa también parece escribir desde el despecho masculino que le produce tener que aceptar que su historia con Isabel Preysler se acabó y eso le produce resentimiento, ira y frustración.
En estos días, al ingresar a la Academia Francesa, Vargas Llosa dijo: “La novela salvará a la democracia o será sepultada con ella”. Shakira, en su tema que se convirtió en éxito mundial dijo: “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”.
¿Despecho triunfal en ambos casos?