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“Cuando el amor es feliz lleva al alma a la dulzura y a la bondad”. Víctor Hugo (1802-1885), novelista francés.
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“Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal”. Friedrich Nietzsche (1844-1900), filósofo alemán.
“Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva”. Mark Twain (1835-1910), escritor y periodista estadounidense.
“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”. Pablo Neruda (1904-1973), poeta chileno.
San Valentín, ¿un “activista” del amor?
En muchos países, el 14 de febrero se celebra el Día de San Valentín o de los Enamorados o del Amor, que también puede ser cualquier sentimiento de afecto, incluso el amor familiar o el de amistad. Porque ese día ¡el amor estará en el aire! Aunque desde los primeros días de febrero, el gran protagonista es el amor y nos inundan con corazones, flechas, cupidos y objetos alusivos al amor –aunque algunos todavía no tuvimos tiempo de desarmar el arbolito–.
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Pero, a pesar de que mucha gente considera esta fecha una idea, un producto del consumismo, y que solo sirve para vender, lo cierto es que se trata de una antigua tradición. Se cree que San Valentín fue posiblemente uno de los tres mártires ejecutados en tiempos del Imperio romano.
La historia más conocida y que más nos acerca al origen de la celebración es la de un médico romano que se ordenó sacerdote y a quien el emperador Claudio “El Gótico” hizo decapitar en el año 270 porque casaba a escondidas a los jóvenes. En el siglo III, en Roma, el emperador Claudio prohibió los matrimonios entre gente joven, porque pensaba que si su tropa estaba soltera, obtendría mejores soldados: más valientes y libres, sin el peso de una familia sobre sus espaldas.
Y es entonces que aparece San Valentín, un “activista” del amor. Y es que, realmente, hay que ser muy tonto o muy tirano, para siquiera suponer que una “simple” prohibición, aunque esta signifique la muerte, pueda separar a dos seres que se aman.
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Porque la vida está hecha de sentimientos, ojalá de esos que te hacen crecer como ser humano y no al contrario. Porque vinimos a este mundo para experimentar el milagro y el privilegio de amar. Ser correspondidos o no, no es lo más importante, aunque sea una de las cosas que más anhelamos en la vida. Por eso, al principio de este escrito les dije que hay muchos tipos de amor y de amar.
Lo esencial es haber conocido ese maravilloso sentimiento que no es privilegio de todos y es, con toda seguridad, lo que le da sentido a nuestra existencia y a nuestro paso por este mundo, porque amar es una bendición.
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Dos siglos después de que Valentín perdiera la cabeza “por culpa del amor”, el papa Gelasio I quiso conmemorar la gran ayuda que les brindó a los enamorados, haciéndole santo y añadió el día de su ejecución al calendario litúrgico para celebrar el amor.
En 1969, el Concilio Vaticano II eliminó esta celebración del calendario litúrgico. Pero eliminar su celebración fue imposible. Con el paso de los años, San Valentín se había convertido más que en un día para hacer regalos: ya formaba parte de la cultura popular. Lo ideal, de amar y ser amado, es que ese amor trascienda y también nos enseñe a desear y hacer que el otro siempre sea feliz, aunque no sea a nuestro lado; porque eso es el verdadero amor: que se sienta libre, y que si en medio de esa libertad de elegir con quién estar, si al inicio de un nuevo día nos vuelve a elegir, como compañeros de ruta, entonces habremos conocido, no solo el milagro del amor, sino también que nuestro breve paso por este mundo tiene ese sentido.
Fuentes: proverbia.net/ / www.bbc.com/mundo/ /