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Shakira lanzó una de las canciones más explosivas de los últimos años en colaboración con el productor Bizarrap. El resultado es un tema que se refiere a la última parte de la relación con su ex pareja, Gerard Piqué, y su infidelidad con Clara Chía: Music Session #53. La canción batió récords mundiales de escuchas al alcanzar 35 millones de reproducciones en tan solo medio día y 12.862 millones de reproducciones en tres días.
Hay quien habla de despecho e insiste en que no es femenino aullar como una loba si nos maltratan. También quien piensa que la ira ya no está reservada a los hombres.
En otros tiempos la mujer estaba postergada y sufría en silencio la infidelidad de su compañero. Ahora las mujeres son protagonistas, emprendedoras, con decisiones propias. “Yo solo hago música, perdón que te sal-pique”, “tiene nombre de persona buena, clara-mente no es como suena”, punzante la ironía de Shakira.
El matrimonio, la pareja, es una opción libre. El acuerdo es que vas a compartir ciertos bienes y además prometes fidelidad que consiste en la exclusividad emocional y sexual con la otra persona, a no ser que se trate de una pareja abierta. Cuando una de las partes rompe el acuerdo y no lo dice, comete traición. Esto genera un trauma difícil de superar en quien lo recibe, porque es un engaño, una vulneración a la transparencia de la relación.
Sin prisa, “Ella está utilizando sus canciones, como forma de comunicar y de curarse. Hay que darle el tiempo que ella necesite. Shakira ha decidido no autoboiocotearse. En vez de caer en depresión saca toda la rabia con una identidad pública impresionante. Decidió curarse a pesar de todas las opiniones que sabía que iban a producirse”, dice la psicóloga Pilar Guerra (https://pilarguerra.es/).
“Hacer lo que hizo es de una valentía impresionante porque puso en la letra de la canción lo que le ocurrió. Por supuesto, en esa letra están frases muy inteligentes. Para ella es una canalización de lo que siente. Está bien que lo haga, porque deja de ser cómplice. Mucha gente se quedaría en la zona de confort y sería incapaz de hacer lo que ha hecho Shakira”, opina Pilar Guerra, que aporta un dato importante: “Empleó tiempo para hacer la canción, no es fruto de un impulso. Me parece de una inteligencia supina. Corta la complicidad que puede tener la sociedad en relación a la infidelidad”.
En el futuro, tal vez, la fidelidad será considerada de otra forma. ¿Temporal quizás? Te prometo fidelidad por 7 años, por ejemplo.
Por ahora, Shakira supo transmutar su humillación pública, el dolor y la rabia en una apabullante victoria. ¡Aplausos!