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Paz, tranquilidad, discreción y seguridad son características atribuidas a los cementerios que adoptan este concepto de espacio verde, tendencia que se expande a nivel global y que también se va consolidando en nuestro país. Las empresas del sector se abocan a ofrecer un servicio diferencial que haga posible mantener viva la memoria de los seres queridos.
La palabra cementerio proviene del griego koimeterion, que quiere decir “sitio para dormir”. En muchos lugares persiste la creencia de que la muerte es solamente una transición y que el cuerpo pasa a “otro estado”, por lo que necesita un sitio especial para el descanso. Parte de la historia señala que en la antigüedad se sepultaba a la gente en algún punto de sus casas o al costado de los caminos, pero distintos factores, como de salubridad y religiosidad, obligaron a que se prohibiera tal manejo y se decretara la creación de espacios destinados exclusivamente para honrar a los muertos, dando lugar a los camposantos con panteones.
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Asimismo se cuenta que, en un principio, los cementerios estuvieron ubicados fuera del casco urbano a fin de separar a los vivos del mundo de los muertos. Entre los más antiguos y célebres cementerios del mundo se hallan Père Lachaise (París, Francia), Nueva Esperanza (Perú) y Wadi us-Salaam (Irak).
Pero con el correr de los siglos, en el mundo se incorporaron nuevos conceptos y determinadas necrópolis pasaron a ofrecer algo más que un túmulo o panteón. Llevó sus años instalar e implementar este modelo que hoy por hoy ya es referencia y gana cada vez más la aceptación de los núcleos familiares, para quienes la partida física de un integrante todavía juega un papel importante.
Se trata de los camposantos con el concepto de parque/jardín, espacios diferenciados por su amplia superficie verde, es decir, por contener sectores rodeados de jardines, con árboles, para acompañar a las familias en este proceso, facilitándoles –además de un lugar para el entierro– asesoramiento, planes de financiamiento, algunos con opciones de salones velatorios, de cremaciones y otros servicios exequiales, inclusive los dirigidos a las mascotas, que prácticamente son consideradas como un integrante más de la familia. La opción prepaga que ofrecen y otras facilidades de pago también les permite a las familias acceder a las parcelas de este tipo de loteamientos y cubrir las demás necesidades que surgen en el momento.
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Otra de las razones que motiva la elección de estos lugares guarda relación con las condiciones en que se hallan determinados cementerios públicos, donde se acumula una serie de problemas como la inseguridad, la rapiña, los robos de placas, falta de mantenimiento, el abandono, así como el hacinamiento de nichos.
Con este escenario es que nacieron los cementerios parque con administración privada, un concepto que permite a las familias pasar el día, caminar, a la par disfrutar de la naturaleza, con el fin de honrar dignamente a sus seres queridos y preservar los mejores recuerdos. Paraguay tiene desarrollados algunos de estos sitios con el nuevo concepto de Parque en Gran Asunción, como en Villa Elisa, Limpio, Luque y en Ciudad del Este, entre otros, y próximamente en Cordillera y Concepción.
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Origen del cementerio-parque
El origen del cementerio-parque en Paraguay se remonta a 1978, tras el fallecimiento del joven Guillermo (Mito) Hellmers. Entonces su padre, el Arq. Prof. Guillermo Hellmers Weiler, ideó los primeros pasos hacia el nuevo concepto, buscando otorgar un lugar de descanso eterno pero con una tipología distinta. Fue así que el 7 de mayo de 1986 sus otros dos hijos, los hermanos Norman y Enrique Hellmers, constituyeron el camposanto Parque Serenidad.