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Con un marcado liderazgo, Frutika, del Grupo Kress, viene creciendo sostenida y exponencialmente en el mercado nacional e internacional. Sus logros son el resultado de la confianza puesta en sus colaborados, más la inversión en capacitación y el reconocimiento al valor del trabajo. En Frutika son conscientes del rol vital que ejerce un jefe, gerente y/o cabeza del equipo, debido a que influye directamente en la productividad.
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“Un buen liderazgo impacta positivamente en los resultados de los objetivos de la compañía”, rescata su gerente de Marketing, Paolo Espínola. En esta fecha, remarca que el líder siempre será el ejemplo a seguir, debiendo reunir cualidades como la empatía, la responsabilidad y el optimismo. “Esto contribuye al compromiso de los empleados para con la empresa, un ambiente entusiasta, comprometido y honesto”.
Marca país
La exitosa gestión de Frutika se ve reflejada en los años de trayectoria, experiencia y dedicación, diferenciándose ampliamente de las demás industrias. “El amor a lo nuestro, a la historia inherente que llevamos de cada familia que pertenece a este grupo, nos hizo la empresa que somos hoy en día”, enfatiza. La empresa posee certificaciones de alto nivel y gracias a la calidad de sus productos fue reconocida como Marca País.
Frutika fomenta el respeto a la diversidad biológica, además, cuenta con un centro educativo con más de 200 niños y adolescentes de la zona y encabeza la Asociación Heinfried Wolfgang Kress, que lleva el nombre en honor al visionario fundador de la colonia y la industria.
El valor al trabajo que Frutika otorga a la comunidad genera sinergia con más de 3000 pequeños productores en todo el país. Asimismo, hace énfasis en el desarrollo industrial mediante la eficiencia y tecnología, en pro de la calidad y seguridad productiva.
PERFIL EMPRESARIAL
La planta industrial emplea a 200 personas en fábrica y más de 500 en campo, ocupando en producción 22.000 hectáreas. El grupo Kress está compuesto por las empresas Frutika, Kressburgo y Kimex.
La cifra: 6.000 hectáreas de bosques vírgenes protegidos posee la industria.
La clave: Reconocer el valor del trabajo y la responsabilidad social. Esta última, primordial para que un negocio sea realmente sustentable.