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Esta semana en su cuenta de Twitter Panam Sports, la Organización Deportiva Panamericana eligió a Tiríka como la “mejor mascota de la historia”. Es que se ha transformado en una verdadera sensación al mezclarse con la gente e ingresar a cualquier campo de deportes haciendo gala de su destreza y movimiento como el mejor de los atletas.
“Tiríka representa a nuestra fauna, nuestra naturaleza, se identifica con nuestra cultura, nuestro idioma guaraní, es dinámico y rompe paradigmas”, explica el Lic. Ricardo Deggeller, coordinador general de los Juegos Asu2022.
Todos los juegos tienen sus mascotas y estos no podrían ser la excepción. Para dar nacimiento al popular personaje animado, en primer lugar, se analizaron todos los anteriores repasando al Taguá de la Copa América 1999; Campi, el pájaro campana de los Juegos Sudamericanos Escolares Paraguay 2019, más bien digital; Mimbí, el tatu bolito que fue la mascota oficial del Campeonato Mundial de Patinaje Artístico Asunción 2021, con la idea de buscar algo diferente en un contexto regional al tratarse de 15 países de la región.
Y allí encajó perfectamente el gato montés, tirica (Leopardus geoffroyi) cuyo nombre fue guaranizado con la k en lugar de c y con el acento sobre la segunda sílaba conforme a las consultas realizadas a la Secretaría de Políticas Lingüísticas.
Con una estandarización en la estatura conforme a las disciplinas deportivas y el atuendo, Tiríka cobró vida.
En promedio tiene 1,70 m de altura –ni muy alto ni muy bajo– lo que le permite participar de diversas actividades atléticas y deportivas. “En síntesis, es multideportivo. De ahí que se lo vio en bicicleta, en patines, esgrima, karate, en el velódromo y en el skate park. Tiríka es el primer atleta, el primer voluntario, ágil, veloz, alegre y servicial”, detalla Deggeller.
Entre las características de la mascota también está el hecho de que no emite sonidos, solo gesticula para demostrar su alegría y sentimientos más nobles. Tiene actividades asignadas para cada competencia, pero también una gran capacidad de improvisación.
Aparte de invitar al entusiasmo por los deportes y apoyar a los atletas, Tiríka lanza un profundo mensaje de amor a la naturaleza, a la protección de los recursos naturales y el hábitat. Por ello su figura tiene un profundo contenido y, si bien su atuendo fue encargado en Buenos Aires, los peluches en su mayor parte son “made in Paraguay”.
De la cuna de la confección
Aunque el rostro de Tiríka ya se puede ver en una taza de espumante café de la mano de baristas, los peluches de Tiríka por ahora son muy codiciados.
¿De dónde vienen? Una partida se trajo de china, pero el auténtico Tiríka cobra cuerpo en manos trabajadoras de Yaguarón.
Rubén Arias (46) es un emprendedor misionero radicado en Yaguarón donde hace diez años creó una pequeña fábrica familiar de confección de peluches para el cual escogió un nombre guaraní Kate (coqueto, chuchi). Ha realizado en forma silenciosa diversos muñecos empresariales, entre ellos el Ciclón de Cerro Porteño y los muñequitos inclusivos de Teletón.
Su modesta vivienda, donde también un bien montado taller de confecciones ahora se convirtió en el epicentro de una actividad que se ha intensificado últimamente con la producción de un promedio de 200 peluches diarios. Toda la familia lo ayuda en la tarea y también se han sumado vecinos a quienes ahora da trabajo.
“Tiríka nació como una ilusión. Cuando supimos que iba a ser la mascota oficial, preparamos un diseño y llevándolo bajo el brazo empecé a golpear puertas en la organización. Fuimos perfeccionando todo lo que se podía hasta llegar a un estándar de calidad que fue aceptado. Es un trabajo muy artesanal, al que ahora vamos sumando tecnología y alta calidad en la fabricación”, detalla don Rubén Arias.
Comenta que Yaguarón es una cuenca importante de confeccionistas y que de hecho existen unas 4.000 máquinas de coser en la zona. Ahora Tiríka está arraigado en ese paraje guaraní inspirando patriotismo y dedicación. “Es mano de obra paraguaya de calidad y, sobre todo, transmite un sentimiento de defensa de la naturaleza, de cumplimiento de reglas de juego, de sensibilizar al ser humano”, sostiene.
Una familia peluche
El preparado de Tiríka pasa por el diseño, corte, sublimación, distribución de cortes, confección, cargado del muñeco, terminación, limpieza y empaque movilizando a todos los miembros de la familia Arias, parientes cercanos y vecinos. “Somos casi una familia peluche”, dice el jefe familiar.
Su esposa Mónica García es moldebasista y elabora los diseños. Explica que la elaboración pasó al menos siete pruebas en un proceso de meses. Ahora que se dedican a la fabricación de la popular mascota prácticamente “viven en el trabajo” y se mantienen activos desde muy temprana hora hasta la noche, incluso domingos y feriados.
Rubén Arias García, su hijo, tiene 26 años y es electricista industrial de profesión. Se encarga normalmente de la reparación de las maquinarias y todo el sistema eléctrico del taller familiar. Ahora Tiríka lo sacó de sus actividades habituales y se encarga del sublimado de piezas de tela con una plancha especial.
Su esposa Delia Medina es costurera industrial por el Instituto Juan E. O’Leary de Itá. Es la que se encarga de cortar las piezas y controlarlas estrictamente para que no falte nada en los lotes en fabricación. Su pequeña hija y otro bebé en camino la acompañan en la tarea.
También forman parte del staff –que está a pleno en la elaboración de Tiríka– Andrea Arias (28), licenciada en diseño de indumentaria, quien se encarga de los estampados, toda la moldería y las piezas que pasan al sublimado. Su hermano Nicolás Arias (24) es bordador y costurero, trabajo al cual se dedica desde los inicios de la fábrica.
También desempeñan importante papel en las tareas Lorena García, hermana de Mónica, y la abuela Delia Hermosilla que a sus 82 años realiza las terminaciones y los mínimos detalles.
José López es uno de los vecinos con estudios de administración de empresas que se ha integrado a la tarea de fabricar Tiríka encargándose también de la costura. Proviene de una familia yaguaronina de costureros dedicada a confeccionar uniformes con quienes aprendió el arte. “Empezamos elaborando el brazo, las piernas, la cola y, finalmente, se arma el cuerpo que pasa para el rellenado.
En las manos laboriosas de esta familia paraguaya en Yaguarón se multiplican ahora la mascota de los Juegos de Odesur Asu2022.
Un solo Tiríka
Si bien hay y habrá miles más de peluches, ¿cuántos tiríkas hay en las canchas y sedes? La respuesta desde la organización de Asu2022 es tajante: “Tiríka es uno solo y hay un solo Tiríka”. Y bueno, pero es capaz de multiplicarse en las sedes deportivas y aparecer en distintos lugares simultáneamente. Por ahora, dejemos que siga la magia.
Un gato montés
Tirica (Leopardus geoffroyi) es un gato montés, según la Guía de Identificación de mamíferos medianos y grandes del Chaco Seco, de Andrea Weiler con otros varios autores. En la descripción citan que “es un felino pequeño, del tamaño de un gato doméstico, que en promedio mide 86 cm de largo. La coloración dorsal es amarillenta pálida con numerosas y pequeñas manchas negras, la zona ventral es blancuzca. El melanismo es común existiendo ejemplares totalmente negros. Contorno de ojos y de boca blancos, orejas de color negro, con una mancha central blanca y puntas redondeadas. La cola tiene 12 a 16 anillos marcados”.
La investigación fue publicada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) con apoyo de la Facen de la Universidad Nacional de Asunción con la Universidad de Salamanca y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible y se puede encontrar en el sitio web: www.conacyt.gov.py/sites/default/files/upload_editores/u454/Weiler_et_al_Mamferos_Chaco.pdf