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Más aplausos de hurrera por el traslado del feriado por el Día del Trabajador que correspondía a hoy, al día de mañana lunes 2 de Mayo. Las buenas decisiones merecen ser mencionadas. Es probable que muchas personas estén de acuerdo conmigo y me den la razón, también es casi seguro que exista gente que me abuchee. No siempre podemos acertar, a pesar de que querer tener razón es una enfermedad crónica de la humanidad y uno de los motivos que más enfrentó a la gente, a las naciones y a las religiones conocidas del planeta. Es que gran parte del problema consiste en tratar de cambiar la forma de pensar de los demás, en vez de considerar que la causa real de los conflictos es la necesidad de tener la razón.
El libre pensamiento es una conquista humana, pero la libertad de opinión se convierte en una desventaja cuando las restricciones mentales impiden abrirse a nuevas perspectivas o puntos de vista que no concuerdan con nuestras ideas. Esto se nota en la amenazante oposición al feminismo, a la inclusión de los derechos de las minorías, el rechazo a lo políticamente correcto, etc., en discursos incendiarios de extremismos en auge de quienes propugnan el pensamiento único, el falso patriotismo y el liderazgo de Putin. Toda creencia debería estar abierta a un examen permanente.
Por otra parte, la noticia mundial de esta semana, es que Elon Musk, el hombre más rico del mundo, adquirió Twitter, la red de la conversación, en 44.000 millones de dólares. Esto abrió un gran debate entre quienes creen que Musk propondrá nuevas metas, quienes piensan que salir de Twitter es la precisa y también están quienes nada dicen, o sea, ni fu ni fa. Ya se sabe que Musk quiere hacer que el algoritmo de Twitter sea de código abierto para mejorar la confianza, quiere desterrar a los bots de spam, quiere autenticar a todos los usuarios o sea se acabó el anonimato, y propone dar rienda suelta a la libertad de opinión. Si todo esto es cierto, aplausos, zapateos y bienvenido. Sin embargo, el secretario general de la Federación Internacional de Periodistas, Anthony Bellanger, dice que le preocupa que los planes de Musk para Twitter vayan en la dirección equivocada, al aumentar las oportunidades de atacar a los periodistas y amenazar el anonimato de los usuarios.
Sigo con mis aplausos optimistas mientras espero que Twitter no promueva la fuga de mujeres y gente de color, es decir, que no se convierta en un antro con discurso moldeado por hombres blancos, heterosexuales y sin discapacidad, como dice Lindy West en el diario The Guardian.
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