¿Qué hacemos con Asunción?

El doctor Omar Quiroga, director del Centro de Ciudades Inteligentes de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, estuvo en Asunción, con la propuesta de “una visión estratégica de ciudades”. En esta entrevista detalla por qué un bonaerense se interesa por Asunción.

Libro Asunción. Una visión desde el centro de Sudamérica.
Libro Asunción. Una visión desde el centro de Sudamérica.gentile

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El libro Asunción. Una visión desde el centro de Sudamérica es de la autoría del doctor Omar Quiroga junto con el compatriota Carlos Guasti.

¿Pero qué hace un bonaerense hablando de Asunción? El experto propone ideas para la capital paraguaya, “atendiendo su gran momento de desarrollo y potencialidades, abordando a la vez los problemas que sufre”. Por esta razón decidió participar de “un análisis riguroso de una ciudad con ansias de transformación, que desea decir presente en el contexto de las grandes ciudades latinoamericanas”. Quiroga resalta que para este fin se utilizó el modelo Q de ciudades inteligentes desarrollado por la UBA.

Cómo son las ciudades del siglo XXI

Omar Quiroga a Carlos Guasti.
Omar Quiroga a Carlos Guasti.

–¿Qué es una ciudad inteligente?

Desde el origen de este término, una ciudad inteligente era aquella que aplicaba tecnologías a la gestión urbana para permitir una mejor calidad de vida. Esa idea cambió en los últimos tiempos, no solo para Sudamérica, sino para todo el mundo. Hoy esta idea está más asociada a que una ciudad afronte sus desafíos sociales, ambientales, económicos, institucionales y de movilidad y transporte desde una perspectiva integral y sistémica, a partir de desarrollar una estrategia de ciudad que le permita apuntar a un desarrollo sostenible. Ello involucra el hecho de aplicar políticas públicas que pueden considerar cuestiones tecnológicas o no, para construir ciudades saludables que tengan una profunda dimensión humana. Ciudades donde la gente pueda tener estándares razonables en su vida cotidiana.

–¿Conoce a fondo Asunción?, ¿cómo la percibe desde la distancia?

Estuve en Asunción por primera vez en 1991, en visita académica a la Universidad Católica. Regresé en 2013 y 2014 para una conferencia inolvidable ante cientos de estudiantes de la Universidad Nacional de Asunción. En esos 20 años que pasaron desde la primera visita me encontré con la ciudad distinta, con un crecimiento explosivo. Me sorprendió muchísimo. Desde Buenos Aires se percibe a Asunción como una ciudad que vive un proceso de transformación enorme en los últimos tiempos. Una ciudad que está viva y se desarrolla de manera exponencial. Un entramado urbano que se modificó totalmente. Creció en altura y se constituyó en un área metropolitana con desafíos que debe afrontar y la ponen de frente a las dificultades que tienen las grandes ciudades latinoamericanas.

–¿Por qué consideran a Asunción en su momento de “gran desarrollo”?

Porque está en un contexto favorable que le permite vivir estos momentos de los últimos tiempos. Paraguay ha crecido en términos de atracción de las inversiones. Asunción ha crecido en ese marco tan distinto al que tiene, por ejemplo, Argentina.

–¿Qué lo motiva como argentino y experto en economía a escribir sobre nuestra ciudad capital?

Omar Quiroga.
Omar Quiroga.

Entre otras razones, que expuse antes, vinculadas a un crecimiento y a un cambio llamativo. Una situación que puede ser dolorosa, porque crecer rápidamente también genera desafíos. Hay cuestiones sociales, ambientales, de movilidad que hay que atender. También atrapa la historia de Asunción, llena de situaciones dolorosas que su pueblo afrontó con valentía. Por último, haber conocido a un asunceno como Carlos Guasti, un apasionado por el progreso de la ciudad que me convenció de que era el momento de trabajar sobre el tema.

–¿Qué mirada cree que requiere hoy Asunción: de conservación, de innovación, una mezcla de ambas cosas?

Hace falta una mirada de largo plazo, hace falta mucha planificación estratégica. Hay que poner acento en la innovación social, avanzando sobre desigualdades y la fragmentación social que presentan las ciudades que viven procesos similares a los de Asunción. El desafío es construir una sociedad integrada con la mayor calidad de vida posible, y para eso es necesario trabajar mucho.

–Una vez un argentino me dijo: “En Paraguay viven muy bien, todas las casas son de tejas”, relacionándolo a los chalets de los selectos barrios porteños.

Es cierto, Asunción tiene muchas tejas, pero son también las de los barrios más populares, cuyo futuro es incierto ante los cambios que se irán dando. La mirada de un porteño puede ser tan particular… Asunción no tiene por qué perder sus barrios tradicionales a cambio del crecimiento. Debe consolidar la vida de sus distintos barrios y particularidades de cada uno de los departamentos que integran el área metropolitana. Debe evitar que el crecimiento urbano arrase, no solo con esa fisonomía descripta de las casas de tejas, sino también impidiendo un crecimiento desordenado que atente contra la densidad de la ciudad.

–¿Cuáles son los graves problemas que vieron en nuestra ciudad?

En el último capítulo de nuestro libro intentamos hacer una síntesis, que es un humilde punto de partida. El objetivo es que Asunción sea una ciudad ágil, resiliente e innovadora sustentada en una base indispensable: la democracia.

–Hay megaconstrucciones que prometen modernidad y tecnología de punta, pero aquí no cuentan con el estudio de impacto ambiental. Los ciudadanos y también otras especies de vida animal y vegetal pagamos las pérdidas de áreas muy valiosas. Parece haber un abismo entre los intereses de un sector y la gente del lugar...

La ciudad debe amigarse con la increíble naturaleza que la enmarca. Cuidar el agua, por ejemplo. Que el agua potable llegue a cada ciudadano, que las viviendas tengan estándares razonables para una vida de calidad y evitar las inundaciones. Sé que no es fácil y que es necesario invertir mucho en ello. Es imprescindible repensar el diseño urbano de la ciudad. Recuperar espacios ociosos y mejorar e incrementar los espacios públicos y tener una eficiente gestión de los residuos urbanos. Poner foco en una movilidad sustentable con el fin de terminar con el derroche de tiempo para trasladarse de un lugar a otro. Hay que repensar la ciudad para que sus ciudadanos vivan seguros y accedan a una educación y salud de calidad.

–Es tan posible como imposible...

Esto solo es posible con un proyecto sólido, apoyado en instituciones serias que permitan la construcción de ese proyecto a partir de la participación ciudadana. Con planificación. Con proyecto. Eso implica una democracia participativa que se instale en la cultura cotidiana. Si los ciudadanos no participan del diseño de su ciudad, viene otro y lo hace por ellos.

–Muchos países han sufrido la burbuja inmobiliaria, ¿qué nos excluiría de ello teniendo un crecimiento acelerado de edificios comerciales y para vivienda en Asunción?, porque a la vez aumentan los migrantes pobres del interior. El progreso siempre tiene dos caras.

Las ciudades están teniendo un crecimiento enorme en este siglo. Y lo seguirán haciendo según distintas proyecciones que llegan hasta 2050. Ese fenómeno tiene su explicación en que la gente busca en las ciudades una oportunidad. Quiere conquistar una pequeña porción de poder al menos. Eso explica el porqué del crecimiento notable de las áreas metropolitanas, de ciudades difusas con enormes complejidades que tenemos que seguir explotando día a día. Para evitar situaciones como la descripta, hay que trabajar en realizar profundos diagnósticos, determinar prioridades y hacer planes de largo plazo que impidan que los más poderosos se adueñen de un modelo de ciudad que sólo los beneficie a ellos.

–Asunción tiene dos primeras impresiones: una si se llega por el aeropuerto y la otra por la terminal de ómnibus, ¿las ha experimentado?

Solo he llegado por el aeropuerto… pero he recorrido la Gran Asunción y eso es cierto. Esa fragmentación de la ciudad es lo que hay que impedir. Primero deteniendo el proceso y luego trabajando en procesos de integración social. Ejemplo de ello hay muchos en el mundo. Medellín, donde estuve hace 20 días, es un modelo en tal sentido. Hay muchas cosas por hacer para resolver esa cuestión tan importante y, sin dudas, llevará tiempo.

Ciudades europeas vs. americanas

Cuando uno piensa en ciudades como Berlin o Varsovia después de la guerra, se percata de cuán posible es reconstruir con belleza, funcionalidad, equilibrio y respetando la historia. Paraguay también sufrió una guerra dolorosa y grande, pero luego los sucesivos gobiernos no cimentaron políticas públicas de arquitectura sostenible. Asunción crece como una maraña de fallas e improvisaciones. Pese a todo, los visitantes admiran su verdor. Para los que vivimos aquí, creer una ciudad distinta es esperanzador, pero difícil.

–¿Con respecto a esta reflexión qué nos dice doctor Quiroga?

Las ciudades europeas tienen décadas de planificación estratégica. En Latinoamérica estamos intentando consolidar la importancia del tema. Asunción tiene todo para evitar perder el verde y potenciar su crecimiento para beneficio de sus vecinos. Es un pueblo que superó momentos históricos durísimos. Seguramente podrá hacer frente a los dolores de un desarrollo explosivo y bastante desordenado.

–Hay dos visiones en la mente del asunceno: a) la ciudad debería cambiar y convertirse en un centro moderno, y b) conservar el encanto colonial.

Las dos ideas son compatibles siempre y cuando exista una estrategia de ciudad. El progreso de la ciudad moderna no debe llevarse puesto a la ciudad tradicional. Eso debe ser parte del proyecto de Asunción.

–Es fundamental construir considerando el pensar y sentir de la población, pero hay grupos con poder dentro y fuera que aspiran a decidir y definir.

Democracia, democracia y democracia. Tenemos que construir una ciudad moderna y de iguales. Nadie tiene que imponer su poder político y económico. Debemos lograr construir una ciudad con dimensión humana. Para ello es vital luchar contra los procesos de corrupción que son los principales obstáculos contra el progreso. Cada ciudadano tiene una fuerza enorme. Y si se unen en pos de objetivos comunes no habrá poderoso que pueda hacer frente a eso.

El modelo Q

Omar Quiroga obtuvo el Premio Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires a la mejor Tesis Doctoral de 2017. Este Modelo Q –explica es una herramienta para facilitar la gestión estratégica de las ciudades. “Surge de un riguroso análisis científico de las políticas públicas implementadas por un conjunto de ciudades exitosas a nivel global. Básicamente lo que expresa es que las ciudades afrontan desafíos sociales, ambientales, económicos, institucionales y de movilidad y transporte. Para poder afrontarlos hay que trabajar un conjunto de 40 buenas prácticas relacionadas a los desafíos, donde la tecnología surge como una herramienta importante. Superada la instancia de aprobación de mi tesis y el MQ, cedí mi trabajo al Centro de Ciudades Inteligentes de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires que dirijo. El modelo fue aplicado a casos reales para contribuir a transformar las ciudades. Lo hicimos en San Miguel y ahora en Tigre, ambos municipios en el Gran Buenos Aires. Ahora trabajamos sobre Asunción, concluyendo en este libro que pretende solo ser un pequeño aporte para avanzar en una ciudad mejor”.

Un libro para la transformación

El libro de Quiroga en coautoría con el paraguayo Carlos Guasti pretende hacer un aporte a un trabajo colaborativo que deben emprender los asuncenos. “Lo hicimos con toda la seriedad posible, partiendo del uso riguroso de una herramienta como el Modelo Q de la UBA. Pero nada de ello habría sido posible si no fuera por los aportes fundamentales de Carlos. La mirada local, cercana y cotidiana de él era algo imprescindible para sumar a la fría mirada y aplicación de un modelo. Ojalá sirva para ayudar en el proceso de transformación de Asunción en una ciudad modelo en Sudamérica”, sentencia Quiroga.

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